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Artur Mas se vende en Bruselas como un “Mandela” a la catalana
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Artur Mas se vende en Bruselas como un “Mandela” a la catalana

El expresidente de la Generalitat arranca una gira europea con advertencias sobre el pánico que crearía en los mercados una independencia unilateral

Foto: Artur Mas participa en acto con motivo de la semana catalana en Bruselas. (EFE)
Artur Mas participa en acto con motivo de la semana catalana en Bruselas. (EFE)

Como un Mandela catalán. Así se ha presentado el expresidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, este martes en Bruselas. Tras ser inhabilitado por la consulta del 9-N, la Generalitat ha encomendado a Mas que “explique a nivel internacional la persecución judicial de los cargos electos catalanes” y hagan campaña por la causa del referéndum independentista. Y con esa idea ha llegado a una ciudad, en la que pocas puertas se abren para recibir a los cargos catalanes implicados en el procés. Mas lo sabe, como también lo ha experimentado su sucesor, Carles Puigdemont, en su última y poco fructífera visita a Bruselas.

El discurso de Mas no ha sorprendido: “Pacifismo”. “Democracia”. “Legitimidad”. “Europeísmo¨. “Futuro”. Pero, después de tanto portazo, se insiste ahora en el argumento de que en el caso de que no haya entendimiento con el Gobierno centra, España no podría soportar la presión que venga desde Europa y los mercados, mucho más preocupados por los miles de millones de deuda pública en juego, que por las estructuras políticas nacionales.

No se trata de dinero, ni de “egoísmo” con el resto de regiones españolas menos desarrolladas, razona Mas. Cataluña incluso aceptaría mantener una dotación económica temporal para estos territorios menos productivos, asegura. Pero el “quid” de la cuestión, es la necesidad de que el Gobierno español dé una respuesta política al procés, en lugar de dejarlo todo en manos de los tribunales.

Ante una audiencia que apenas superaba el centenar de personas, Mas ha reivindicado las grandes manifestaciones sucedidas en Cataluña

Ante una audiencia que apenas superaba el centenar de personas, según los cálculos de los propios organizadores, Mas ha reivindicado las grandes manifestaciones sucedidas en Cataluña en los últimos años como muestra del apoyo de los ciudadanos catalanes a su hoja de ruta independentista. Y ha afirmado que Europa no hará oídos sordos a sus reclamos. Incluso cree que Escocia podría marcar una buena vía para Cataluña, si el desarrollo del Brexit le lleva a independizarse y solicitar su entrada a la UE.

Mas se ha permitido, incluso, lanzar advertencias. Afirma que si la tensión aumenta hasta el punto en que Cataluña celebra el referéndum previsto en septiembre, no hay entendimiento con el Gobierno español y termina por declarar una independencia de manera unilateral, las consecuencias se sentirán no solo en España, sino también en el resto de la Unión Europea.

Mas cree que habrá mayor presión de la UE sobre España a propósito de Escocia

“Sin un acuerdo con el Estado español (en el caso de una independencia catalana), éste perdería el 20% de su PIB, pero mantendría el 100% de su deuda pública. Esto sería un problema con los mercados, que son los propietarios de la deuda”, ha dicho. Esto es, a su juicio, “una amenaza para Europa”. Aunque, tras este palo, Mas ha lanzado también una zanahoria: “No queremos llegar a esto”.

La sede del Gobierno catalán ha sido el lugar elegido para celebrar un acto en el que había una fuerte presencia catalana, entre ellos el anfitrión, Amadeu Altafaj -nombrado bajo el contestado título de representante permanente de la Generalitat ante la Unión Europea-, y los eurodiputados catalanes Jordi Solé (ERC) y Ramón Tremosa (Convergencia). Entre los asistentes se podía contar también a una veintena de periodistas españoles y a algunos extranjeros, como simpatizantes escoceses y quebequéses.

El periodista francés Jean Quatremer ha sido el encargado de realizar una batería de preguntas a Mas muy críticas con las bases del independentismo. Pero también ha revelado otra cara de la moneda que es la confrontación que mantiene el gobierno catalán y el español en el exterior: recibió una llamada de Madrid, para preguntarle por qué había aceptado participar en este evento. De quién, eso se resiste a contarlo.

Como un Mandela catalán. Así se ha presentado el expresidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, este martes en Bruselas. Tras ser inhabilitado por la consulta del 9-N, la Generalitat ha encomendado a Mas que “explique a nivel internacional la persecución judicial de los cargos electos catalanes” y hagan campaña por la causa del referéndum independentista. Y con esa idea ha llegado a una ciudad, en la que pocas puertas se abren para recibir a los cargos catalanes implicados en el procés. Mas lo sabe, como también lo ha experimentado su sucesor, Carles Puigdemont, en su última y poco fructífera visita a Bruselas.

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