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La soledad de Puigdemont: solo en el Govern y en PDeCAT a las puertas del referéndum
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La soledad de Puigdemont: solo en el Govern y en PDeCAT a las puertas del referéndum

Ha habido diversas maniobras en la que Puigdemont ha resultado víctima del fuego amigo: el propio Artur Mas nombró al director de TV3, Vicent Sanchis, a espaldas del presidente catalán

Foto: Carles Puigdemont en el parlamento catalán. (Reuters)
Carles Puigdemont en el parlamento catalán. (Reuters)

Acabe como acabe la crisis de Cataluña, Carles Puigdemont está llamado a hacer historia. Su convicción en convocar el referéndum es indiscutible. Su independentismo de toda la vida, también. Pero ante la histórica cita, el 'president' se encuentra sorprendentemente aislado, según confirman fuentes políticas de Junts pel Sí. Pierde aliados cada día mientras que ERC controla los departamentos más ejecutivos de la Generalitat. El nuevo PDeCAT no cuenta con él desde que Puigdemont se autodescartó para volver a presentarse a las elecciones y en el pulso entre la nueva generación –Marta Pascal– y la vieja guardia –Artur Mas– el inquilino del Palau de la Generalitat se muestra perdido. Nunca un 'president' catalán va a tener que asumir tanta responsabilidad y, sin embargo, nunca había estado tan solo.

Foto: El presidente catalán, Carles Puigdemont. (Reuters)

Incluso ERC es consciente del problema. Fuentes del partido republicano apuntan a que los recientes artículos en El Periódico de Catalunya y en El País firmados de forma conjunta por Puigdemont con Oriol Junqueras no sólo han sido para enviar mensajes a Mariano Rajoy, también han servido para arropar al 'president' en un momento de lo más complicado. Con la ventaja para Junqueras de que apoyando a Puigdemont no respalda a un futuro rival en las elecciones.

En el PDeCAT, Puigdemont ha ido perdiendo aliados. La aplicación drástica de un régimen de incompatibilidades ha provocado la salida de dos de los principales aliados del presidente en la dirección del partido. Así, han dejado el Consell Nacional el alcalde de Besalú (Girona), Lluís Guinó, y Albert Batet, diputado en el Parlament; ambos muy críticos con la figura de Artur Mas.

No ha sido la única maniobra en la que Puigdemont ha resultado víctima del fuego amigo. El propio Artur Mas nombró al nuevo director de TV3, Vicent Sanchis, a espaldas de Puigdemont, y desplazando en el cargo a un periodista que estaba en sintonía con el 'president', Jaume Peral.

En este conciliábulo participó también el hasta ahora portavoz del PDeCAT en el Congreso, Francesc Homs. Homs ya ha dejado la cámara nacional, inhabilitado por el Tribunal Supremo pero su relevo es fuente de más tensiones. El partido no quiere que le sustituya Jordi Xuclà, congresista de Olot cercano a Puigdemont. Y desde el PDeCAT se desconfía también del otro candidato al puesto, Carles Campuzano, por considerarlo demasiado cercano a la vieja guardia.

Referéndum o referéndum

Puigdemont lo dejó muy claro: “referéndum o referéndum”. El problema es que a seis meses del límite marcado por todos los partidos independentistas –el próximo mes de septiembre– cada vez hay más dudas sobre que en realidad la consulta se pueda llegar a hacer. La convicción, según fuentes de la Generalitat, tanto de ERC como del PDeCAT es que el referéndum se convocará pero no llegará a celebrarse a causa de la presión legal del Gobierno de España.

En este panorama, la soledad de Puigdemont no ayuda. Además, el PDeCAT le presiona para que, aunque el referéndum no se celebre, evite convocar nuevas autonómicas por mucho que la situación sea insostenible en el ámbito político. Según las últimas encuestas, el PDeCAT podría convertirse en la quinta fuerza política de Cataluña. En esta circunstancias, a los de Marta Pascal no les conviene unos nuevos comicios.

Pasar la pelota

Lo que algunos sectores del PDeCAT están pidiendo es pasarle la pelota a Carme Forcadell en el Parlament para alargar la partida de manera artificial al mismo tiempo que la ANC moviliza a la gente en las calles. La presidenta del Parlament ya va camino de la inhabilitación, así que se está convirtiendo en un personaje políticamente amortizado; podría impulsar desde el parlamento una declaración de independencia de Cataluña hecha por la cámara catalana donde los independentistas cuentan con una mayoría absoluta.

Las posibilidades reales de hacerse con el control efectivo de Cataluña al día siguiente de tan solemne pronunciamiento serían muy escasas. Pero se trataría de capitalizar electoralmente esta catarsis colectiva para obtener réditos electorales y poder recuperar posiciones ante los malos augurios demoscópicos.

Acabe como acabe la crisis de Cataluña, Carles Puigdemont está llamado a hacer historia. Su convicción en convocar el referéndum es indiscutible. Su independentismo de toda la vida, también. Pero ante la histórica cita, el 'president' se encuentra sorprendentemente aislado, según confirman fuentes políticas de Junts pel Sí. Pierde aliados cada día mientras que ERC controla los departamentos más ejecutivos de la Generalitat. El nuevo PDeCAT no cuenta con él desde que Puigdemont se autodescartó para volver a presentarse a las elecciones y en el pulso entre la nueva generación –Marta Pascal– y la vieja guardia –Artur Mas– el inquilino del Palau de la Generalitat se muestra perdido. Nunca un 'president' catalán va a tener que asumir tanta responsabilidad y, sin embargo, nunca había estado tan solo.

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