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Pelotazos, cuentas en paraísos, 'offshore'… así se enriquecían los próceres de CDC
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COMIENZA EL JUICIO DEL CASO PRETORIA

Pelotazos, cuentas en paraísos, 'offshore'… así se enriquecían los próceres de CDC

Lluís Prenafeta, 'el Rasputín' de Cataluña en tiempos de Jordi Pujol, y Macià Alavedra son dos de los puntales nacionalistas que se sentarán en el banquillo de este macrojuicio

Foto: El exsecretario general de Presidencia Lluís Prenafeta. (EFE)
El exsecretario general de Presidencia Lluís Prenafeta. (EFE)

Las paredes de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) vuelven a temblar con otro juicio, el del caso Pretoria, que implica a dos de sus puntales: Lluís Prenafeta y Macià Alavedra. El primero había sido 'el Rasputín' de Cataluña en tiempos de Jordi Pujol. Hombre de entera confianza del ‘expresident’, fue secretario de Presidencia hasta que tuvo que dimitir por incompatibilidades a comienzos de los noventa. Tras arruinarse y volver a manejar determinados resortes de poder, reapareció esposado por la Guardia Civil en otoño de 2009, acusado de corrupción.

Macià Alavedra, el otro puntal nacionalista, había sido todopoderoso consejero de Economía de la Generalitat también en los años noventa y su nombre había sonado para sustituir al mismísimo Jordi Pujol. Junto a ellos, el exdiputado socialista Luis García Sáez, alias ‘Luigi’. Son los tres principales acusados en un macrojuicio en cuyo banquillo se sientan, entre otros, el exalcalde socialista de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz, el empresario José Singla (propietario de Proinosa) y Philip Bolich, uno de los testaferros de moda entre la clase bien catalana en las décadas de los ochenta y los noventa, que ayudó a que Prenafeta y Alavedra escondiesen dinero en Andorra.

Si algo dejó claro este caso es que la 'sociovergencia', es decir, la alianza política entre socialistas y Convergència, era una cosa imposible, pero lo que no se pudo lograr en política parece ser que fue conseguido en los negocios por un puñado de avispados. Solo una cosa diferencia este caso de otros similares: los implicados trabajaban exclusivamente para llenar sus bolsillos, sirviéndose de sus relaciones políticas pero sin cotizar al partido. Conformaban una exclusiva élite que se codeaba con el poder y que solo pagaba favores personales. De ahí que el propio Prenafeta, al salir de prisión provisional previo pago de un millón de euros, llamase personalmente a Artur Mas para agradecerle su apoyo y el del partido. ¿Y por qué ese apoyo? Mas lo dejó claro: “Un partido como Convergència tiene que estar al lado de aquella gente que lo está pasando mal, como son estas familias de gente que nosotros apreciamos”.

Un chorro de comisiones

El denominado caso Pretoria se sustenta en tres grandes marcos de operaciones: la primera, ubicada en Santa Coloma, se denominaba operación Pallaresa-Cubics. La segunda, ubicada en Sant Andreu de Llavaneras, se conoce como operación Niesma. Y la tercera es la operación Badalona, un pelotazo previsto en la localidad homónima. La operativa era sencilla: Luigi y sus socios, Prenafeta y Alavedra, hacían de intermediarios en la compraventa de terrenos, influyendo en ocasiones para la recalificación de los mismos, con lo que sus cuentas corrientes se inflaban como la espuma. Los beneficios generados por los pelotazos en Santa Coloma fueron escamoteados por una sociedad instrumental holandesa, Ard Choille BV, que más tarde fue utilizada con el mismo propósito por Oleguer Pujol Ferrusola: pagó a esa sociedad más de 5,3 millones de euros en concepto de asesoramiento en la venta de la red de oficinas del Santander a finales de 2007. Luego, Ard Choille pagó a la compañía Aegle International (propiedad de Oleguer Pujol, pero radicada en las Islas Vírgenes Británicas) casi 5,1 millones. El resto, se lo quedó la holandesa en concepto de comisión.

Los avispados catalanes que ahora se sientan en el banquillo podrían haber canalizado hace más de una década unos 10 millones de euros a través de la sociedad pantalla holandesa. La mordida personal llevada por Luigi de Santa Coloma fue de casi 2,2 millones de euros, mientras que el exalcalde se embolsó, según Fiscalía, más de 1,7 millones de euros. El beneficio del empresario Singla fue de más de 861.000 euros.

Según la acusación fiscal, Proinosa, propiedad de Singla, se llevaba la mayoría de las adjudicaciones públicas. Para ello, fue fundamental la amistad de Luis García con el alcalde Muñoz. Ambos mantenían “una relación personal y profesional tan fluida e intensa que, 'de facto', era Luis García quien dirigía y tomaba muchas de las decisiones urbanísticas de este ayuntamiento que Bartomeu Muñoz asumía como propias, percibiendo por ello cuantiosas e ilícitas comisiones”.

Los acusados que se sientan en el banquillo podrían haber canalizado hace más de una década unos 10 millones a través de la sociedad pantalla holandesa

En Sant Andreu de Llavaneres y Badalona, eran Prenafeta y Alavedra los ‘conseguidores’. Según el fiscal, los tres (los dos anteriores más Luigi) “se concertaron planificando y ejecutando el manejo de los tiempos del desarrollo urbanístico de las adjudicaciones, lo que les permitió recibir ilícitas comisiones procedentes de los empresarios que, gracias a sus influencias, lograron adjudicaciones en estos municipios”. Los tres montaron también un entramado de sociedades y cuentas corrientes “en entidades situadas en territorios 'off shore', ocultaron cuantiosas ganancias procedentes de su actividad delictiva”. Para ello, los dos prohombres de Convergència se sirvieron incluso de sus esposas (la de Alavedra ya falleció, pero la de Prenafeta se sienta también en el banquillo).

En la operación Niesma, el beneficio a repartir entre los tres socios fue de algo más de 450.000 euros (a 150.000 euros por cabeza), y en el pelotazo urbanístico también utilizaron la empresa pantalla Ard Choille. En Badalona, el objeto de negocio era una finca ubicada junto al futuro puerto deportivo de la ciudad: la finca, comprada por 12,5 millones de euros, fue vendida poco después por casi 28,9 millones a dos inmobiliarias. Las comisiones en este caso fueron cuantiosas: un pago de más de un millón, otro de 354.000 euros, otro de 167.555 euros, otro de 740.620 euros y un último de 1.461.599 euros a la empresa Poliafers, de Prenafeta, que repartió esta mordida entre los tres: tocaron a 487.200 euros.

Coleccionistas de arte

Así, el fiscal acusa a Luis García de percibir ilegalmente casi 5,9 millones de euros entre 2003 y 2006. Con ellos, compró terrenos, inmuebles en la zona alta de Barcelona, un Mercedes y dos Audi A6 de 50.000 euros cada uno. Asimismo, invirtió parte de su dinero en obras de arte: tras su detención, se le encontraron 256 cuadros por un valor de casi 1,1 millones de euros. Se enfrenta a ocho años de prisión y multa total de 22,6 millones de euros, además del decomiso de los 5,9 millones.

Destaca el fiscal que a Alavedra se le descubrieron cuentas en paraísos fiscales a su nombre, al de su esposa y a nombre de dos testaferros

Macià Alavedra está acusado de haber percibido casi 6,1 millones de euros por su “actividad ilícita”, de los que 637.688 derivan “de la actividad delictiva cometida por su labor de intermediación en las adjudicaciones públicas realizadas en las localidades de Sant Andreu de Llavaneres y Badalona; 290.337 de un pago recibido de Gas Natural; 288.000 realizados por la sociedad Buic, instrumental de Lluís Prenafeta, y 9.604 de intereses percibidos, desconociéndose el origen del resto de sus ganancias, si bien, al igual que las anteriores, ocultó su existencia a la Hacienda pública española, eludiendo, por tanto, el cumplimiento de sus obligaciones fiscales”.

Destaca el fiscal que a Alavedra se le descubrieron cuentas en paraísos fiscales a su nombre, al de su esposa y otras que controlaba a través de dos testaferros: Gloria Torres y Phillip Bolich. Asimismo, ocultó un fondo de inversión domiciliado en la Islas Caimán a través de una sociedad que había domiciliado en Liechtenstein llamada Vernet Foundation. Utilizando esta, creó en Panamá otra sociedad llamada Vernet Investment Inc, en la que escondió 236.000 euros en el año 2000 y otros 22.398 euros al año siguiente. El total de fondos que escondió a través de Vernet fue de casi cuatro millones de euros. En sus cuentas de Andorra guardaba a su nombre, en 2009, un total de 1.877.443 euros. Ese año, repatrió 300.000 euros a Barcelona en una rocambolesca operación. En las cuentas de Gloria Torres, había escondido 1.259.189 euros. La cuota defraudada a Hacienda en solo cuatro ejercicios se eleva a unos 2,5 millones de euros. La petición fiscal es de seis años y 10 meses de prisión y multa de 10,3 millones de euros, además del decomiso de 3,2 millones de sus cuentas.

Pionero en Madeira

Prenafeta, por su parte, mantuvo ocultos 15 millones de euros, de los que 637.890 eran de “actividad delictiva cometida por su labor de intermediación en las adjudicaciones públicas ejecutadas en las localidades de Sant Andreu de Llavaneres y Badalona; 4.630.266,98 euros de pagos recibidos por labores de intermediación prestadas a Siemens dentro del ámbito privado, y 8.611.830,03 euros procedían de pagos realizados en última instancia por la multinacional Alstom a través de la empresa domiciliada en las Islas Vírgenes Británicas, Marven Development Ltd, por labores de asesoramiento en el ámbito privado, desconociéndose el origen del resto del dinero percibido”. También acusa a Prenafeta y a su esposa, Lluïsa Mas, de canalizar ganancias ilícitas a través de cuentas de Andorra y Suiza. En su domicilio de la zona alta de Barcelona, se le encontraron también obras de arte por valor de 335.815 euros.

Prenafeta fue uno de los primeros en abrir empresa en el paraíso fiscal de Madeira, donde ubicó su compañía Buic, de la que figuraban como socias otras sociedades de las Islas Vírgenes y de las Seychelles. Al frente de este pequeño imperio puso “a un hombre de confianza del que se servía habitualmente: Giorgio Locatelli”. Este testaferro también le manejaba cuentas corrientes para escamotear sus ganancias. No obstante, en una cuenta de la Banca Rothschild de Lugano, se le encontraron casi 11 millones de euros de “ganancias ocultas”, y en Andorra varias cuentas con 192.000 euros, más de 2,7 millones de euros y otra con más de 400.000 euros. El fraude a Hacienda desde 2000 a 2003 se eleva a casi 5,2 millones de euros y lo defraudado desde 2004 a 2007 se eleva a casi 1,2 millones de euros. El fiscal pide seis años y diez meses de prisión y multa de 13,8 millones, además del decomiso de 5,8 millones.

Tanto Convergència como los principales dirigentes políticos nacionalistas calificaron las detenciones de sus dos próceres de conspiración del Gobierno español contra su partido y se multiplicaron los actos de solidaridad promovidos por CDC, por entidades ligadas al partido y por fundaciones vinculadas a los convergentes. Las pruebas aportadas, las cuentas secretas en paraísos fiscales, los pelotazos urbanísticos, las comisiones evadidas a Hacienda y los envíos de remesas dinerarias cruzadas entre cuentas 'off shore' eran simples nimiedades para los catalanistas, interesados entonces en acentuar su entonces popular eslogan ‘Espanya ens roba’.

Las paredes de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) vuelven a temblar con otro juicio, el del caso Pretoria, que implica a dos de sus puntales: Lluís Prenafeta y Macià Alavedra. El primero había sido 'el Rasputín' de Cataluña en tiempos de Jordi Pujol. Hombre de entera confianza del ‘expresident’, fue secretario de Presidencia hasta que tuvo que dimitir por incompatibilidades a comienzos de los noventa. Tras arruinarse y volver a manejar determinados resortes de poder, reapareció esposado por la Guardia Civil en otoño de 2009, acusado de corrupción.

Lluís Prenafeta Paraísos fiscales Artur Mas Convergència Democràtica de Catalunya (CDC)
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