La Generalitat pasará una auditoría externa para garantizar el buen uso de datos fiscales

La Generalitat ha intentado salir al paso para atajar el clima de opinión sobre el mal uso de datos de fiscales, asegurando que siempre se ha cumplido la ley y que incluso la Agencia de Protección de Datos de Cataluña ha iniciado una auditoría sobre cómo la consejería de Economía y la Agencia Tributaria de Cataluña trata los datos fiscales de los catalanes.

La inspección durará un mes y empezó el lunes de la pasada semana. La están llevando a cabo tres auditores. Desde la consejería de Economía garantizan que todo el trato de los datos fiscales se ha hecho en estricto cumplimiento de la legalidad vigente.

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En este sentido, se destaca que la base de datos que se está construyendo y que se integrará en el nuevo programa informático e-SPRIU sólo ha de servir para gestionar los impuestos propios y parte de los cedidos, tal y como marca la ley. También se resalta que la Agencia Tributaria española ha revisado el convenio de intercambio de datos con su homóloga catalana y que no se ha detectado ningún uso irregular de los mismos desde Madrid.

Lo que sí ha destacado la Generalitat es que se está poniendo en marcha una nueva base de datos para tratar los impuestos propios con el nuevo programa informático y que estará inicialmente operativo el próximo mes de julio.

La Generalitat asume la ejecución y liquidación de todos sus impuestos y se ahorrará los 27 millones que pagaba a los liquidadores y los 10 millones que abonaba a la Agencia Tributaria española por estos concepto, como parte de sus planes de constituir la Agencia Tributària de Catalunya (ATC) en una "estructura de estado", si bien esta terminología ha desaparecido de la completa y muy amplia presentación que se ha entregado a la prensa.

El principal trabajo en la base de datos ha sido limpiar duplicidades: para ello se han eliminado 5,3 millones de contribuyentes. Lo que sí se está aplicando es lo que se denomina 'data warehouse', que servirá para cruzar datos y detectar evasores, por ejemplo, en cuestiones como el alquiler de pisos turísticos. El 'data warehouse' está mutando hacia a un 'big data', para detectar posible fraude fiscal.

Potencial futuro

El nuevo sistema informático podría gestionar impuestos modulares, como el IRPF y Sociedades, pero no se cuenta con los datos históricos de los mismos y no se hará nada hasta que se cuente con las competencias legales para ello en el marco de un hipotético y nuevo país.

También se han aplicado 15 oficinas territoriales propias y 12 oficinas compartidas, además de 137 oficinas del servicio telemático TdCat, como parte de este plan para que la ATC gane músculo.

Más big data, menos inspectores

A finales de este año, la ATC deberá contar con 800 personas mientras que actualmente su personal suma 430. De las 370 nuevas incorporaciones, 260 serán equipos humanos de las entidades liquidadoras.

Todo este personal será interino. Por lo tanto, se funcionará con la misma cantidad de inspectores, que no llegan a la treintena. Desde la Generalitat se relativiza este punto débil de infradotación de la escala técnica más preparada, asegurando que la inteligencia fiscal del siglo XXI no radica en los inspectores de Hacienda sino en el 'big data' y en la capacidad de tratamiento de datos.