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El plan de Junqueras y Mas: un referéndum... para que lo suspendan e ir a elecciones
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El plan de Junqueras y Mas: un referéndum... para que lo suspendan e ir a elecciones

En Cataluña se habla de una cosa, pero se piensa en otra: se convocará un referéndum, que no se celebrará; y habrá unas elecciones, estas sí, pero autonómicas y de resultado incierto

Foto: El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras (i), saluda al expresidente Artur Mas. (EFE)
El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras (i), saluda al expresidente Artur Mas. (EFE)

El referéndum catalán se convocará, pero no se celebrará. Es lo que dicen de puertas para adentro en todo el arco parlamentario catalán, excepto la CUP. En cambio, de puertas para fuera, los partidos independentistas se llenan la boca pidiendo la movilización en las calles. En especial, ha destacado Artur Mas, que ya se propugna sin ambages como cabeza de lista del PDeCAT. Así que, como muchas veces en Cataluña, se habla de una cosa pero se piensa en otra: se convocará un referéndum, que no se celebrará; y habrá unas elecciones, estas sí, pero autonómicas y de resultado incierto.

El objetivo del referéndum no es celebrarlo, es convocarlo para que lo suspendan. Servirá así de campaña, de nuevo victimista, para el PDeCAT y ERC. El republicano Oriol Junqueras y el exconvergente Artur Mas saben que poner todos los huevos en la cesta del referéndum es la única campaña posible después de tres años perdidos para la 'realpolitk', según apuntan fuentes de ambos partidos.

La CUP y los intelectuales más independentistas están exigiendo una campaña a favor del sí. Pero la auténtica campaña ya ha empezado y es la electoral. Se lleva a cabo esperando las autonómicas, según apuntan fuentes del PSC y de CSQP. En el plano de lo posible, se piensa que la consulta separatista es una quimera, no como las nuevas autonómicas, que, según las encuestas, encumbrarán a Junqueras como presidente de la Generalitat.

Si Mas destaca que está en la picota porque lo juzgarán por la consulta del 9-N, Junqueras hace alarde de estar organizando una base de datos fiscales paralela a la de la Agencia Tributaria española. ¿Quién da más? El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha enrocado en lo de referéndum o referéndum. Tal vez es el único que se lo cree, según señalan sus colaboradores más próximos. Pero no así sus compañeros de viaje, pensando en una campaña sin programa, como la anterior, por cierto. Una campaña en la que solo se hablará del referéndum y cuyo colofón será su suspensión por parte del Tribunal Constitucional. Convertidos en mártires, en especial Mas, que estará presumiblemente —y según apuntan fuentes judiciales— inhabilitado por el TSJC. Lo que pasa es que podrá recurrir al Tribunal Supremo y, como la sentencia no será firme, podrá seguir siendo candidato, tal y como apuntan fuentes jurídicas de Barcelona.

Por eso, los próximos meses serán de debates estériles alrededor del referéndum que no tendrá lugar. ¿Pregunta binaria, como quiere Puigdemont? ¿Se pacta esta con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que tontea con el referéndum para ampliar su base electoral, sabiendo que el precio del fracaso nunca lo pagará su formación? Los 'comunes' no aceptan una pregunta encadenada a otra en la papeleta. Todos estas discusiones, como la propuesta de Junqueras de avanzar la fecha de la consulta si inhabilitan a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, harán que los medios solo hablen del referéndum. Por tanto, campaña a favor del marco de pensamiento que quieren imponer los exconvergentes y los republicanos catalanes.

Nada se acaba

Si el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, espera a partir de otoño que esta debacle suponga el final del 'procés', se equivoca. El independentismo quedará tocado pero no hundido. Según las encuestas, seguirá habiendo un 40% de diputados independentistas, esto sin contar con la CUP. Con lo que el debate seguirá, pero más ralentizado, sin los mantras que han llevado al independentismo a la ruina en esta fase: 'tenim pressa' (tenemos prisa) y 'el món ens mira' (el mundo nos mira).

El independentismo ha sido víctima de creerse sus propios eslóganes, como 'el món ens mira' o 'tenim pressa', que han resultado trágicamente irónicos

El PP podrá refocilarse con que el independentismo se haya estrellado contra las rocas. Pero no habrá aportado solución alguna. Habrá sido así, incluso, sin que el PP haya hecho nada: no se ha intervenido la Generalitat, no se han suspendido los pagos del FLA, no se ha tomado el control de los Mossos. La idea que repiten los intelectuales independentistas de que Cataluña es una colonia con graves déficits democráticos choca con la pasividad de Rajoy. Si el mundo nos mira, no verá la represión que algunos quieren poner en primer plano.

Oportunidades perdidas

Mientras, Cataluña va perdiendo oportunidades. A la chita callando, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha metido la operación Diálogo en la nevera. Si hay una oferta, ya se la hará a Junqueras después de las elecciones. Mientras, se está definiendo un nuevo marco de financiación autonómica que por primera vez en la historia no estará liderada por la Generalitat. Y es solo un ejemplo. Hasta ahora, era irresponsabilidad. A partir de hoy, hay una excusa, aunque nadie lo diga: Cataluña está en campaña.

El referéndum catalán se convocará, pero no se celebrará. Es lo que dicen de puertas para adentro en todo el arco parlamentario catalán, excepto la CUP. En cambio, de puertas para fuera, los partidos independentistas se llenan la boca pidiendo la movilización en las calles. En especial, ha destacado Artur Mas, que ya se propugna sin ambages como cabeza de lista del PDeCAT. Así que, como muchas veces en Cataluña, se habla de una cosa pero se piensa en otra: se convocará un referéndum, que no se celebrará; y habrá unas elecciones, estas sí, pero autonómicas y de resultado incierto.

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