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La CUP vuelve a poner contra las cuerdas a la Generalitat por el veto a los Presupuestos
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Nuevas exigencias y cálculos políticos juegan en contra de las cuentas

La CUP vuelve a poner contra las cuerdas a la Generalitat por el veto a los Presupuestos

Los anticapitalistas, por ejemplo, quieren revocar la rebaja de Sucesiones que en su día aplicaron Artur Mas y su conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, una última provocación

Foto: La diputada de la CUP Euilàlia Reguant le regala un libro al vicepresidente, Oriol Junqueras, durante el debate sobre los presupuestos en el Parlament. (EFE)
La diputada de la CUP Euilàlia Reguant le regala un libro al vicepresidente, Oriol Junqueras, durante el debate sobre los presupuestos en el Parlament. (EFE)

La historia se repite en Cataluña pero de nuevo los protagonistas retrasan el suspense hasta el último minuto para evitar aparecer como culpables. Por un lado, nuevas exigencias de la CUP, que han aparecido en el último momento, un clásico negociador de los anticapitalistas. Por otro, los cálculos políticos de PDeCAT y ERC. Un cóctel que hace que, de nuevo, las cuentas públicas de la Generalitat se encuentren más cerca del naufragio que de llegar a buen puerto, según fuentes consultadas de diversos partidos políticos catalanes.

Fuentes conocedoras de los entresijos de las conversaciones explican que más allá de la polémica alrededor del tramo catalán del IRPF –la CUP quiere subirlo para las rentas de más de 60.000 euros brutos– hay otros condicionantes. Los anticapitalistas, por ejemplo, quieren revocar la rebaja de Sucesiones que en su día aplicaron Artur Mas y su conseller de Economía, Andreu Mas-Colell. Ésta es una cuestión que hasta ahora no estaba sobre la mesa y que los anticapitalistas han introducido en el último momento para aumentar la presión fiscal sobre las clases más pudientes. Lo que el diputado “cupaire” Benet Salellas definió en TV3 como “que estos presupuestos tengan olor a CUP”.

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, saluda a la diputada de la CUP Anna Gabriel, en el Parlament. (EFE)

En medios cercanos a la Generalitat ya dan los Presupuestos de 2017 por perdidos y los esfuerzos van más en otra dirección: buscar una fórmula que permita convocar elecciones pero no de manera inmediata. Esto implicaría acabar la legislatura pero prolongar su agonía unos meses para que durante este período Carles Puigdemont pueda cumplir con su principal compromiso como presidente de la Generalitat: convocar el referéndum. Puigdemont salvaría así la honra, que no los barcos, puesto que la víctima colateral de esta jugada serían las Leyes de Transitoriedad Jurídica que el Parlament tramita en secreto, las cuales ya no serían aprobadas.

El vicepresidente económico Oriol Junqueras, padre de estos Presupuestos que de nuevo morirán en la playa, también quiere salvar los muebles, pero él lo ha hecho en la mesa de negociación. En contra de lo que dice la CUP, sí que ha realizado un esfuerzo para ofrecer cartas a la formación anticapitalista. Lo ha hecho básicamente a través de dos partidas, según explican fuentes cercanas a la conselleria de Economía: el Fondo de Contingencia, que suma 330 millones, y los fondos transversales departamentales, que suman otros 619 millones. Se podría utilizar parte de esta partida para hacer concesiones a la CUP por ejemplo, de manera simbólica, en otra de sus peticiones: un gesto hacia la renta mínima garantizada.

Insatisfacción “cupaire”

Sin embargo a la CUP le ha parecido insuficiente. La principal razón es que la Generalitat no puede disponer de la totalidad de estas partidas, ya que hay 120 millones comprometidos en mejoras salariales de los funcionarios, y otros 226 millones que se han de destinar retornar a los trabajadores públicos parte de la extras recortadas en los tiempos de crisis.

El calendario aprieta porque Junqueras tiene que entregar las cuentas a los anticapitalistas para que estos las discutan en sus asambleas territoriales

Este lunes la CUP tiene que tener la oferta de Junqueras para discutirla en sus asambleas territoriales. Y el sábado decidirá si apoyan o no los Presupuestos en un “Consell Polític”, un organismo que en este momento tiene como persona de mayor peso al portavoz del secretariado, Quim Arrufat, más bien partidario de apoyar las cuentas públicas. Pero eso en la CUP no quiere decir nada.

Junqueras, el más beneficiado

Con las encuestas a favor, Oriol Junqueras es el más beneficiado de una nueva convocatoria electoral. Sólo tiene que conseguir que Puigdemont convoque el referéndum sin que las futuras inhabilitaciones alcancen a su figura. No parece fácil. Pero la actual política catalana tiene que ver más con el equilibrismo del Circo del Sol que con pasados maquiavelismos florentinos.

Cuando se evidencie el fracaso, todos echarán la culpa a todos. Puigdemont y el PDeCAT responsabilizarán a la CUP mientras que la CUP acusará a Junqueras y los republicanos de tacticismo electoral. Lo que haga Junqueras es un misterio. Lleva al viento a favor y eso le hizo declarar hace dos semanas en RAC-1 respecto a sus relaciones con la CUP que “el junquerismo es amor”. Ya se están haciendo camisetas con el lema. Y no, no es una broma.

La historia se repite en Cataluña pero de nuevo los protagonistas retrasan el suspense hasta el último minuto para evitar aparecer como culpables. Por un lado, nuevas exigencias de la CUP, que han aparecido en el último momento, un clásico negociador de los anticapitalistas. Por otro, los cálculos políticos de PDeCAT y ERC. Un cóctel que hace que, de nuevo, las cuentas públicas de la Generalitat se encuentren más cerca del naufragio que de llegar a buen puerto, según fuentes consultadas de diversos partidos políticos catalanes.

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