La familia de Muñoz Ramonet halla una red de empresas oculta en Panamá y Filipinas

La familia del multimillonario Julio Muñoz Ramonet acaba de descubrir una fortuna oculta por medio mundo de la que no tenía constancia: el rastro de unos papeles de Panamá les llevó a encontrar empresas creadas no solo en el país centroamericano, sino también en Estados Unidos, Suiza, la Isla de Jersey, dos aseguradoras en Filipinas y negocios en Japón. Todo este patrimonio oculto, al parecer, había sido administrado por Guido Hugelshofer, un antiguo abogado alemán del magnate que había ejercido como secretario particular suyo.

Julio Muñoz Ramonet murió en 1991 en Suiza, país en el que se había recluido sin intención de retornar a España por temor a ser detenido. Tras su muerte, el Ayuntamiento de Barcelona tuvo conocimiento de un testamento en el que, supuestamente, decía que legaba parte de su imponente imperio a la ciudad de Barcelona bajo el patronato del propio consistorio barcelonés.

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Sus cuatro hijas batallaron durante 15 años alegando que su padre les había dejado a ellas la herencia. Primero fue un juzgado de primera instancia, luego la Audiencia de Barcelona y, finalmente, el Tribunal Supremo quien falló a favor del consistorio y de su Fundación Privada Julio Muñoz Ramonet como gestionadora de dos palacetes que el magnate tenía en el centro de Barcelona y alrededor de 800 obras de arte, entre las que hay cuadros de Velázquez, Goya, Brueghel, El Greco, Botticelli, Zurbarán, Murillo, Rembrandt, Tiziano, Delacroix, Ribera, Fortuny o Gainsborough. Claro que no tuvieron en cuenta un pequeño detalle: el testamento, al parecer, estaba mal traducido.

El pasado 26 de mayo, el albacea testamentario, el notario suizo Romano Kunz, creó una fundación denominada Fundación Casa Julio Muñoz Ramonet y envió una carta al Ayuntamiento de Barcelona, advirtiéndole de que se había apropiado de la herencia y de que lo que el empresario decía en el testamento es que legaba la herencia a sus hijas y que esta había de ser gestionada por una fundación que llevase su nombre y que contase con el patrocinio del Ayuntamiento de Barcelona, no con el patronato del ayuntamiento. Esa mala traducción había sido la causante de las sucesivas sentencias judiciales a favor del consistorio barcelonés. El pleito, pues, puede tomar ahora derroteros radicalmente distintos. Y, de momento, ha provocado una situación tan comprometida como para poner de los nervios a un consistorio que ya se había hecho a la idea de que la herencia era cosa suya.

Las empresas 'offshore'

Pero por si no fuera suficiente este frente abierto, ahora aparecen varias compañías de las que la familia no tenía ni idea que existiesen. Sus representantes enviaron hace varias semanas una carta al antiguo secretario Hugelshofer, explicándole: “Hemos localizado determinadas compañías de naturaleza 'offshore' constituidas por el señor Julio Muñoz Ramonet y en las cuales usted ostentaba facultades de representación”.

Aparecen varias compañías en Panamá, Estados Unidos, Filipinas, Isla de Jersey y Suiza de las que la familia no tenía ni idea que existiesen

En Panamá, se encuentran las sociedades Proinvest Enterprises INC, creada en 1971, Contram Company Inc, creada en 1952, Sociedad Europea de Financiación SA (SEF), creada en 1963, y American Trading Company Inc, creada en 1947. Las cuatro fueron formalizadas a través del bufete Arias, Fábrega & Fábrega.

En Estados Unidos, apareció la compañía Carum Trading Inc, son sede en Nueva York. En la Isla de Jersey, figura también la sociedad Securities Investments & Participations Ltd. En Filipinas, la familia descubrió que tiene dos compañías aseguradoras: Capital Insurance & Surety Co y Capital Life Assurance Corporation. Las dos están domiciliadas en la ciudad de Cotabato. En enero de 1991, el Tribunal Supremo de Filipinas dictó una sentencia declarando que dichas compañías eran propiedad, en un porcentaje muy significativo, de la empresa SEF, de Panamá. El secretario se SEF es Guido Hugelshofer y desde Filipinas los abogados que llevaron el pleito declararon recientemente que recibían instrucciones del abogado alemán.

Por último, la familia también descubrió otra empresa en la propia Suiza, Securities Investiments Inc, con sede en Ginebra. En la mayoría de las compañías todavía figura como secretario el antiguo colaborador del magnate. Y no es moco de pavo: alguna de estas compañías tiene un capital social de nada menos que 10 millones de dólares (de la época en que fueron constituidas).

La familia ha hecho saber al abogado alemán: “Con carácter previo a judicializar el asunto, nos gustaría mantener una conversación con usted. No descartamos que exista una explicación razonable a lo acontecido a dichas compañías, así como en relación a su intervención personal en las mismas tras la defunción del señor Julio Muñoz Ramonet, que dicha explicación razonable pueda contar con el debido soporte documental, pero estamos seguros de que entenderá la necesidad de aclarar el destino final de las citadas compañías y de sus activos”.

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Se da la circunstancia de que el propio Julio Muñoz Ramonet, en su testamento, dejaba “un pago en efectivo por importe de 40 millones de pesetas a don Guido Hugelshofer. Con este legado, le pido que asesore y ayude a mi compañera sentimental y a mis hijas”. La familia, en cambio, dice que ninguno de sus miembros fue jamás asesorado por este abogado.

Una cortina de humo

Fuentes cercanas a Hugelshofer señalan a El Confidencial que esas empresas fueron creadas por Muñoz Ramonet “para dar la impresión de que tenía reservas. El industrial solicitaba préstamos bancarios con reserva de acciones de compañías en medio mundo. Por ejemplo, había una compañía en Singapur que dominaba otra de Panamá y esta una tercera en Bahamas, y con eso funcionaba. Pero él nunca escondió su patrimonio. Lo cierto es que las sociedades creadas así no tenían bienes a su nombre. Lo hacía para eludir impuestos. Además, esas compañías ya no deben existir, porque se dejaron de pagar las cuotas anuales de entre 400 y 500 dólares. Y en esos países, si dejas de pagar las renovaciones, te cierran las empresas”.

Las compañías 'offshore' fueron creadas para dar la impresión de que Muñoz Ramonet tenían reservas y destacan la inteligencia empresarial del financiero

La compañía de la Isla de Jersey, por ejemplo, fue utilizada para avalar a la Compañía Internacional de Seguros, una de las empresas que Muñoz Ramonet tenía en España y que quebró en los años ochenta. “Era para hacer ver que la empresa no estaba en quiebra técnica, aunque las reservas no cubrían los compromisos”. Y destacan la inteligencia empresarial del financiero. “Era muy hábil para los negocios. Se hizo amigo del general MacArthur tras la Segunda Guerra Mundial, y por ello obtuvo una licencia para que sus aseguradoras pudiesen trabajar en Japón. Pero solo se dieron cinco licencias similares tras la Gran Guerra. Eso da una idea de sus contactos a nivel internacional. Y esa sociedad fue cedida posteriormente, cuando las matrices entraron en quiebra”.

Ahora, años después, el fantasma de las compañías 'offshore' de Muñoz Ramonet vuelve a asomar. La familia está asombrada de lo que ha encontrado, aunque habrá que esperar a ver si, realmente, queda algo tangible de aquel imperio faraónico que el financiero barcelonés había levantado desde la nada.