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Cataluña y Aragón premian a un filólogo que dice que el catalán tiene más de 2.200 años
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TAMBIÉN LE PREMIA ÒMNIUM CULTURAL Y LA FUNDACIÓN CARULLA

Cataluña y Aragón premian a un filólogo que dice que el catalán tiene más de 2.200 años

Artur Quintana afirma que ambas lenguas "son propias de Aragón y las trajeron nuestros antepasados romanos cuando desembarcaron en esta península en el año 218"

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, entrega la Creu de Sant Jordi al filólogo Artur Quintana. (gencat.cat)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, entrega la Creu de Sant Jordi al filólogo Artur Quintana. (gencat.cat)

Todo vale en política. Al menos, en los últimos tiempos. El Gobierno catalán y el aragonés acaban de conceder exclusivos galardones a un filólogo, Artur Quintana, cuya tesis es que cuando llegaron los romanos a la península ibérica, ya se encontraron con que en la zona noreste se hablaba... catalán y aragonés. Ahí es nada. Pero estas tesis parecen gustar a las administraciones, porque Quintana fue galardonado con la Creu de Sant Jordi que le otorgó Carles Puigdemont, y con el premio Desideri Lombarte que le otorgó Javier Lambán, presidente de Aragón.

Las tesis de Quintana no son nuevas. En un vídeo promocional del catalán en Aragón (promocionado por el Consejo Superior de Lenguas de Aragón), el filólogo aseguraba que “el aragonés y el catalán son las lenguas propias de Aragón y las trajeron nuestros antepasados romanos cuando desembarcaron en esta península en el año 218 a.C., en Ampurias, en la Costa Brava, y conquistaron toda la península durante las guerras contra los cartagineses. Desde entonces, desde hace más de 2.000 años, dos mil doscientos y pico de años, se habla catalán y se habla aragonés en Aragón”.

No es un lapsus, el filólogo mantuvo esa tesis en la promoción del catalán. Pero ello no fue óbice como para que recibiese la Creu de Sant Jordi en 2016, el máximo galardón que otorga la Generalitat de Cataluña. Esta es la máxima distinción del Gobierno catalán, creado en 1981 por Jordi Pujol para “distinguir a las personas naturales o jurídicas que, por sus méritos, hayan prestado servicios destacados a Cataluña en la defensa de su identidad o, más generalmente, en el plan cívico y cultural”. En la brevísima biografía que la Generalitat distribuyó de Quintana señala solo que “trabajó desde Alemania como bibliotecario en Espira (Palatinado) y como profesor de lengua y literatura catalanas en la Universidad de Heidelberg, además de su dedicación preferencial a la lengua y la literatura catalanas de la Franja de Ponent. Ha traducido destacados autores alemanes a nuestra lengua”.

Lo curioso es que el Gobierno de Lambán le entregue un galardón por dignificar el catalán cuando sus tesis son que se hablaba 200 años antes de Cristo

El 11 de septiembre pasado, la Junta de Aragón le entregó el premio Desideri Lombarte, “en reconocimiento a sus trayectorias en la dignificación y difusión del catalán en Aragón”. No tendría nada de extraño el galardón. Lo curioso es que el Gobierno de Lambán le entregue un galardón por dignificar el catalán cuando sus tesis son que este idioma se hablaba 200 años antes de Cristo. Las tesis comúnmente aceptadas son que el catalán es una lengua románica y en la época de Jesucristo, al menos que se sepa, no existía. Ni tampoco hay constancia por escrito de ello. Pero las veleidades politicofilológicas escapan muchas veces a la lógica histórica o cultural.

No a la inmersión lingüística… de Aragón

¿Y cómo ve el galardonado tanto reconocimiento de instituciones? “Evidencia que nuestro actual Gobierno sabe valorar a los que a contracierzo trabajamos por el estudio y fomento de este patrimonio tan íntimamente aragonés que es la lengua catalana”, declaraba a lafranja.net en el mes de julio pasado.

Curiosamente, Quintana abomina del sistema de inmersión lingüístico de Aragón porque “en general, [el catalán] solamente se enseña de una a dos horas a la semana en determinadas escuelas, y en unas pocas existe alguna otra asignatura en catalán. La inmersión se hace exclusivamente en castellano”. Justamente lo que denuncian los castellanohablantes de Cataluña, donde la inmersión se realiza exclusivamente en catalán.

"No hay ningún territorio, sea Estado o vaya usted a saber qué (...), donde la lengua catalana y cultura que conforma no se encuentren poco o muy oprimidas"

Pero no son los únicos reconocimientos de este 'sui generis' filólogo. Recientemente, fue galardonado con el premio Lo Grifonet, que otorga Òmnium Cultural (una de las entidades fundamentales del ‘procés’ catalán junto con la ANC y a la Asociación de Municipios por la Independencia) “por su dedicación al estudio y apoyo del catalán en la Franja, por el trabajo acumulado a lo largo de su trayectoria y por su vinculación a la vida cultural del territorio y el fomento de las tierras en encrucijada”. El premio es una escultura de Bronson Shaw que se entregará durante una cena en Arnes celebrada en el mes de noviembre.

En el 2015, la Fundación Carulla también le distinguió con el premio de Actuación Cívica, que otorga “a las personas que han hecho una labor importante para promover la lengua, la cultura y los valores que configuran la sociedad catalana”. En su discurso en esta fundación, Quintana se despachó a gusto: “No hay ningún territorio, sea Estado, departamento, comunidad autónoma o vaya usted a saber qué, y digo esto último pensando en las franjas de Aragón y de Murcia [el último territorio que también reclaman los pancatalanistas], ni tampoco el ayuntamiento de Alguer, donde la lengua catalana y la cultura que conforma no se encuentren poco o muy oprimidas, discriminadas, perseguidas, difamadas, ridiculizadas, maldecidas… El grado de opresión, persecución, discriminación… de la lengua catalana tiene un más o un menos de intensidad: en Andorra y en la Cataluña de administración –todavía– española, este grado de opresión es, seamos optimistas, pasablemente soportable, eso sí, en el caso de Cataluña siempre con la espada de Damocles del Gobierno español, encantado en hacernos desaparecer como catalanes”.

Denunciado por Facao

En su alocución, Quintana arremetió contra el PP y el PAR por haber aprobado la ley del LAPAO (que no es otra lengua que el catalán que se habla en la Franja) con la intención de finiquitar el catalán, por lo que reclama que “los galardonados con los premios de Actuación Cívica tenemos unos méritos añadidos”. Acto seguido, se quejó de que “muchos de los que nos gobiernan no suelen ver con buenos ojos nuestro trabajo, y a menudo lo entorpecen, o nos hacen perseguir por la justicia en más de un caso”.

Hablaba por experiencia propia, claro, porque, echando la vista atrás, la Federación de Asociaciones Culturales del Aragón Oriental (Facao) interpuso querellas criminales contra la Institución Cultural de la Franja (ICF), una web y un profesor (Manuel Riu) por presuntas injurias, calumnias y difamaciones. El presidente de la ICF era Artur Quintana, que había acusado a Facao de ser una asociación “que fomenta el odio y la animadversión entre comunidades vecinas a través de un anticatalanismo visceral”.

"El genocidio del catalán lo proclamaron en voz bien alta (…) Todos sabían lo que harían, y claro que eso les ayudó mucho a obtener la victoria (…)"

En un artículo escrito por Quintana en julio del 2012, atacaba al PP y al PAR, que habían ganado las elecciones, de querer liquidar el catalán. “[Proclamaron que] cuando tuvieran el poder lo primero que harían sería el genocidio del catalán (…) El genocidio del catalán lo proclamaron en voz bien alta (…) Todos sabían lo que harían, y claro que eso les ayudó mucho a obtener la victoria (…) hicieron lo mismo que los nacionalsocialistas alemanes, que ya antes de tener el poder proclamaban que, cuando lo tuvieran, precederían al genocidio de los judíos”.

Quintana nació en Barcelona en 1936 y entre sus trabajos figuran ‘El aragonés residual del bajo valle del Mezquín’ (1976), ‘El lèxic de la Codonyera’ (1977), ‘El català a l’Aragó’ (1989), ‘La literatura aragonesa en catalán’ (1990), ‘Dos projectes per recollir la literatura popular catalana a la Franja’ (1993), ‘Encara més capcirs: els parlars orientals de Sarró’ (1993), ‘Chenesis y desembolicamiento de l’aragonés común’ (1999) y ‘La lengua catalana en el Bajo Aragón’ (2008).

Quintana es también miembro de la sección filológica del Instituto de Estudios Catalanes, del Consejo Asesor del Aragonés y miembro de honor de la Academia del Aragonés, además de miembro de Iniciativa Cultural de la Franja y presidente de honor de la Asociación Cultural del Mararraña. Es, por si fuera poco, miembro honorario del Consello d’a Fabla Aragonesa. Se instaló en la Franja en 1965 y su tesis doctoral, tras licenciarse en Filología Catalana, fue sobre el estado del catalán en la Codonyera, una comarca fronteriza con Cataluña.

Todo vale en política. Al menos, en los últimos tiempos. El Gobierno catalán y el aragonés acaban de conceder exclusivos galardones a un filólogo, Artur Quintana, cuya tesis es que cuando llegaron los romanos a la península ibérica, ya se encontraron con que en la zona noreste se hablaba... catalán y aragonés. Ahí es nada. Pero estas tesis parecen gustar a las administraciones, porque Quintana fue galardonado con la Creu de Sant Jordi que le otorgó Carles Puigdemont, y con el premio Desideri Lombarte que le otorgó Javier Lambán, presidente de Aragón.

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