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Puigdemont propone en Madrid pactar con el Gobierno la fecha y pregunta del referéndum
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TONO MÁS FLEXIBLE DEL PRESIDENT

Puigdemont propone en Madrid pactar con el Gobierno la fecha y pregunta del referéndum

El president catalán llegó a la capital con un tono más flexible y anunció la posibilidad de pactar con el Estado la pregunta del referéndum, la fecha concreta y una moratoria para posteriores consultas

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont (i), durante el desayuno informativo en el que ha participado hoy en Madrid. (EFE)
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont (i), durante el desayuno informativo en el que ha participado hoy en Madrid. (EFE)

El president de la Generalitat acudió este lunes a Madrid días después de que el Parlament catalán aprobara la resolución para celebrar un referéndum en Cataluña y seguir adelante con la desconexión de España. Y lo hizo escoltado por muchos pesos pesados de su partido y Gobierno autonómico como los consellers Raül Romeva o Neus Munté y ante un vacío completo -una vez más- de cargos institucionales del Ejecutivo nacional y la delegación del Gobierno. Sólo el portavoz del PSOE en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y el diputado de Unidos Podemos y miembro de la Mesa del Congreso, Marcelo Expósito, estuvieron presentes en el desayuno protagonizado por Carles Puigdemont, compartiendo mesa y mantel con otros diputados catalanes como Francesc Homs. Muy cerca, también, el embajador británico en España Simon Maley. El tono, más flexible y conciliador, sirvió para que el president lanzara una oferta al Gobierno español para acordar los detalles de la consulta que pretende celebrar el próximo año.

Puigdemont aprovechó su intervención para reprochar que las demandas catalanas “sigan sin otra respuesta en España más allá de la judicialización” y sacó pecho por la “estabilidad” de la que ahora goza su ejecutivo en Cataluña tras haber superado la moción de confianza en la Cámara autonómica y recabar los apoyos para sacar adelante los presupuestos. El president reiteró la “imposibilidad de volver a la centralización”, máxime después de que la semana pasada los grupos parlamentarios de Junts Pel Si y la CUP aprobaran las primeras resoluciones de desconexión con España, aunque eso sí, Puigdemont desplegó una importante flexibilidad en sus palabas al proponer al Estado pactar la fecha concreta del referéndum así como la moratoria para futuras consultas, la pregunta concreta -“esto se puede hablar" dijo, e incluso el porcentaje de voto que le daría validez.

“Lo que estoy diciendo que el Estado español juegue el partido. Estoy de acuerdo en ver cómo manejamos la pregunta y los resultados”, afirmó Puigdemont, “pero se debe preguntar a los catalanes si desean ser independientes o no”. Precisamente, el president almorzará este mediodía con Pablo Iglesias con el ánimo de intercambiar opiniones e incluir al líder de Podemos en el contacto habitual que mantiene con otros dirigentes nacionales. El jefe del Gobierno catalán sí defendió que han de ser los ciudadanos de esa región los que voten en la consulta, "los europeos no votaron en el referéndum del Brexit" -justificó-, aunque insistió en que "si la mayoría dice que no haya independencia, así será. Aceptaremos los resultados".

Puigdemont no quiso entrar a valorar qué porcentaje de participación sería necesario para que la consulta diera por válido el resultado, teniendo en cuenta que la Convención de Venecia recomienda no fijar porcentajes previos. En ese sentido, el president volvió a reiterar la importancia de “diálogo” para marcar unas condiciones y promover una verdadera movilización de la sociedad. “Queremos saber qué piensa la mayoría de catalanes. Lo mejor sería que hubiera una participación y un resultado tan claro que fuera el mandato. Obviamente, si vota el treinta por ciento, no lo daremos por válido”, aseguró. En el caso de que los catalanes no validaran, efectivamente, la consulta a través de una baja participación “gestionaríamos el ‘status quo’ actual que a mi parecer es desastroso”, dijo el jefe del Govern.

Llamada en cuanto haya nuevo presidente

El president catalán insistió en que si finalmente hay una investidura exitosa y Mariano Rajoy sale reelegido para volver a La Moncloa, le llamará de forma inmediata. Puigdemont puso en valor su voluntad de diálogo "como ya hice el pasado mayo cuando vine a Madrid y como hago hoy aquí", continuó, para reiterar la voluntad de su partido y de su ejecutivo para "estar en la mesa de diálogo y no en el banquillo de los acusados".

Eso sí, Puigdemont quiso también dibujar un futuro complicado para el Gobierno español “tras dos investiduras fracasadas y diez meses sin control a un Gobierno que ya no tiene la mayoría”. El dirigente catalán insistió en que la situación de gobernabilidad “podría parecer que está igual” aunque, a su juicio, “está todavía peor” y auguró una legislatura “de inestabilidad e incertidumbre” que contará con una “salida técnica en vez de política” para acabar con el bloqueo.

Tuvo palabras y diagnósticos para todos los grandes partidos, a excepción de Unidos Podemos, al que no se refirió. Puigdemont habló del pacto entre PP y Ciudadanos “que sin duda se renovará” pero que “no será nada duradero”, según explicó, “por la desconfianza tan enorme” de la formación de centro hacia los conservadores. Peor parado salió el Partido Socialista teniendo en cuenta que el president recordó la “gravísima” situación interna que atraviesa desde el comité federal que se saldó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general. “Sin fuerza propia, no se puede dar fuerza ajena”, afirmó, para después reprochar también la estrategia de la gestora que preside Javier Fernández: “Los que mandan ahora en el PSOE tampoco darán estabilidad. Es decir, te hago presidente para después poder impedir que lo seas”.

El president de la Generalitat acudió este lunes a Madrid días después de que el Parlament catalán aprobara la resolución para celebrar un referéndum en Cataluña y seguir adelante con la desconexión de España. Y lo hizo escoltado por muchos pesos pesados de su partido y Gobierno autonómico como los consellers Raül Romeva o Neus Munté y ante un vacío completo -una vez más- de cargos institucionales del Ejecutivo nacional y la delegación del Gobierno. Sólo el portavoz del PSOE en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y el diputado de Unidos Podemos y miembro de la Mesa del Congreso, Marcelo Expósito, estuvieron presentes en el desayuno protagonizado por Carles Puigdemont, compartiendo mesa y mantel con otros diputados catalanes como Francesc Homs. Muy cerca, también, el embajador británico en España Simon Maley. El tono, más flexible y conciliador, sirvió para que el president lanzara una oferta al Gobierno español para acordar los detalles de la consulta que pretende celebrar el próximo año.

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