Independentistas contra independentistas por el derribo de la estatua de Colón

La petición de la CUP de derribar el monumento a Cristóbal Colón, al inicio de las populares Ramblas de Barcelona, ha generado una intenso debate social en la sociedad barcelonesa e incluso catalana. La primera intervención de la CUP al día siguiente de que se hubiese conocido la noticia fue que la propuesta de derribar la estatua había sido recogida por un diario extranjero. O sea, misión cumplida. Que hablen de mí, aunque sea mal.

La propuesta fue llevada al pleno municipal de este viernes por la CUP, pero rechazada. Votó a favor la formación anticapitalista y en contra CiU, PSC, Ciutadans y PP, mientras que se han abstenido Barcelona en Comú (BeC), la plataforma de la alcaldesa Ada Colau, y ERC. Pero la petición no ha dejado indiferente a nadie. Pero al margen de esta derrota en el consistorio, un sector del independentismo se ha sentido atacado en su más hondos sentimientos, porque considera que Colón es catalán y, por eso, intocable. De ahí que un sector del soberanismo haya empezado una ácida y dura campaña contra el otro sector que quiere cargarse lo que consideran un símbolo de catalanidad. Entre independentistas anda el juego.

Un sector del independentismo se ha sentido atacado en su más hondos sentimientos, porque considera que Colón es catalán y, por eso, intocable

Los ‘otros’ independentistas, pues, ajenos a lo que es la CUP, han iniciado “una campaña de recogida de firmas en defensa del monumento al almirante catalán Cristóbal Colón y por el reconocimiento académico e institucional de este importante personaje de nuestra historia”. La campaña, destacan, se inicia “con motivo de la reciente propuesta de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona de retirare el homenaje a Colón de Barcelona”.

Desde el sector independentista historicista se añade que “nos hemos visto obligados a salir en defensa de la conservación del monumento que la ciudad de Barcelona erigió a finales del siglo XIX al navegante catalán. Recogiendo la herencia de más de cien años de investigaciones históricas sobre la figura del descubridor y la llegada de la expedición catalana al continente americano, hemos lamentado y pedido abortar la intenciones de la CUP de someter a votación la retirada del monumento de Colón, originando una intensa reacción a través de las redes sociales con un considerable impacto en los medios”.

En un editorial del Institut Nova Història (INH), Jordi Bilbeny, uno de los mayores defensores de la catalanidad de Colón, califica al navegante de “militar, humanista, escritor y científico barcelonés, miembro de la casa real catalana y pariente de los condes de Urgell”, aunque se duele de que “hoy pasa por un pobre plebeyo genovés, con el consentimiento inaudito de nuestro mundo académico e intelectual, que tienen el tema como tabú, al estilo de las sociedades tribales primitivas”.

‘Ejemplo y metáfora de Cataluña’

Contradiciendo a la CUP, Bilbeny afirma que “Colón no fue esclavista, al revés, luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indios fuesen esclavizados y trabajó hasta la extenuación para que fuesen tratados como súbditos de los reyes, con los mismos derechos que los catalanes”. El director del INH llega a aseverar que Colón es “ejemplo y metáfora de Cataluña”. Y, para ello, subraya que “había llegado a juzgar y condenar a muerte a algunos colonos que se habían excedido con los pobladores nativos del Nuevo Mundo”. La CUP había puesto como uno de los motivos principales para derribar la estatua, precisamente, su condición de esclavista y colonialista.

“Colón no fue esclavista, al revés, luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indios fuesen esclavizados y trabajó para que fuesen tratados como súbditos"

Para ahondar en la bondad del ‘catalán Colón’, afirman que algunos colonos escribieron a los monarcas españoles quejándose de que Colón “no les dejaba tener esclavos, que les hacía trabajar las tierras, que les obligaba a construir sus casas y les dejaba margen de beneficio en los intercambios de productos, y que si todo continuaba así sería su ruina, porque ellos habían ido a aquellas tierras a enriquecerse y no a trabajar en aquellas condiciones. Este es un aspecto totalmente silenciado”.

Los independentistas ‘pro-Colón’ se preguntan : “¿Se quiere convertir en un símbolo de criminalidad y esclavismo a un hombre que luchó por las libertades y la justicia de Cataluña, que puso su vida en peligro guerreando más de diez años contra Juan II, a quien le fueron confiscados los bienes, que tuvo que vivir en el exilio por culpa de su actitud revolucionaria? ¿A qué clase de caricatura hemos llegado? ¿A alguien se le ocurriría pedir a los Estados Unidos que derriben la estatua de Washington porque hoy en día en ese país la policía mata negros como quien degüella pollos?”.

"¿A alguien se le ocurriría pedir a los Estados Unidos que derriben la estatua de Washington porque hoy en día en ese país la policía mata negros?”

La conclusión para este sector del independentismo es clara: “Abolir, derribar, esconder, borrar son palabras e ideas que no han dejado de preconizar no los defensores de ninguna república, de ninguna revolución social, ni de ninguna Ítaca ni Utopía, sino que son las ideas fuerza, las ideas clave de los enemigos de todo pensamiento; sin pensamiento, está el dogma”.

La reacción ha generado también otro negocio paralelo: el INH ha organizado ya una “ruta colombina” por Barcelona con Jordi Bilbeny como guía el próximo 29 de octubre. La ‘expedición’ sale a las 10 de la mañana de la plaza del Duque de Medinaceli para acabar en la “casa de Colón”, en la calle Miralles. El precio por persona es de 20 euros, con un yantar adicional de 15 euros, que puede ser servido en la supuesta casa que el navegante poseía en Barcelona.