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Puigdemont: cinco meses en la Generalitat y solo una ley aprobada en el Parlament
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Junts pel Sí ha perdido 55 votaciones en la cámara catalana

Puigdemont: cinco meses en la Generalitat y solo una ley aprobada en el Parlament

Tener de socio a la CUP no ayuda a sacar leyes adelante. Tampoco un programa independentista que impide llegar a acuerdos con las otras formaciones políticas catalanas

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la sesión de control al Gobierno catalán en el Parlament. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la sesión de control al Gobierno catalán en el Parlament. (EFE)

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, está comprobando que una minoría parlamentaria es un clima muy frío en política. En los más de cinco meses que lleva de mandato, tomó posesión el 13 de enero, Puigdemont y su formación política Junts pel Sí, solo han sido capaces de aprobar una sola ley. Tener de socio a la CUP no ayuda, claro. Tampoco un programa independentista que impide llegar a acuerdos con las otras formaciones, las cuales mantienen fuertes reservas frente al proyecto soberanista. Puede que Puigdemont gobierne… pero legislar, legisla poco.

En términos de periodismo de datos no sería tan grave. Los primeros meses de la legislatura siempre son los menos prolíficos en términos resultados legislativos. Un ejemplo sería la X legislatura del Parlament, la última de Artur Mas y la que precedió a Puigdemont. En el primer semestre de aquel período parlamentario anterior tampoco se aprobó ley alguna en Cataluña. La diferencia es la pretensión rupturista y grandilocuente con la que nació la XI legislatura, en la que se comprometieron tanto el presidente catalán como Carme Forcadell, la presidenta de la cámara catalana.

Pese a la retórica rupturista, la única ley aprobada tiene muy poco que ver con los discursos que en la cámara hablan una y otra vez de desconexión y de estructuras de Estado. La única ley que ha visto la luz es una modificación de otra de 2011, apenas dos folios, que ha servido para que el Instituto Catalán de las Empresas Culturales mantenga las funciones de aprobar las bases y las convocatorias de las ayudas a las empresas del ramo y de gestionar estas ayudas hasta el 31 de diciembre de 2019. En pocas palabras, un tecnicismo para ganar tiempo. Una realidad muy lejos de la grandilocuencia independentista.

Puigdemont se comprometió en abril a aprobar en 18 meses un total de 45 leyes, tantas, como tramitó el gobierno de Artur Mas en la X legislatura, la anterior a ésta. Un auténtico maratón legal para dejar a Cataluña a las puertas de la independencia pero todo apunta a que no será así, como mínimo al ritmo que se va hasta ahora. Expertos en política parlamentaria consultados por El Confidencial han explicado que ni siquiera con el instrumento de una ley omnibús, que permitiese una tramitación acelerada de buena parte del paquete legislativo anunciado sería posible sin el apoyo de la CUP.

Pendientes de la cuestión de confianza

Pero pendientes de una cuestión de confianza a la que se someterá Puigdemont el próximo 27 de septiembre y con un curso legislativo que no comienza hasta después de la Diada del 11 de septiembre no se prevén grandes cambios en el actual panorama parlamentario catalán.

En lo que va de legislatura Junts pel Sí, la coalición de CDC y ERC, ha perdido 55 votaciones. La más sonada, la que obligó a retirar los Presupuestos del Parlament

En lo que va de legislatura Junts pel Sí, la coalición que integran CDC y ERC, ha perdido 55 votaciones. La más sonada, la que obligó a retirar los Presupuestos del Parlament, algo sin precedentes en la Historia democrática de Cataluña. La CUP no es un socio estable y la moción de confianza puede acabar de cualquier manera. Mientras, se van convocando elecciones generales en las que las coaliciones de Podemos con ICV obtienen resultados demoscópicos que la colocan como primera fuerza política en Cataluña. No es el mejor panorama para poder mantener una actividad legislativa mínimamente normal. El aumento del capital político que acumula Ada Colau como alcaldesa de Barcelona muestra que, al contrario de lo que pueda parecer, hay políticos en Cataluña que se mueven mejor en la órbita simbólica que los propios independentistas.

Modificar la hoja de ruta

En los próximos días, y con el Parlament bloqueado, se espera que Puigdemont anuncie un cambio en la denominada, “hoja de ruta soberanista”, un golpe de efecto. Muchos sectores de la intelectualidad catalana le están pidiendo a Puigdemont que convoque un Referéndum Unilateral de Independencia. Pero en el entorno de CDC no hay acuerdo al respecto. Sin ir más lejos, el candidato de CDC al Congreso, Francesc Homs está manifiestamente en contra.

Puigdemont dijo que si no cumplía su plan de aprobar 45 leyes iba a quedar en una situación delicada. Ni una se ha publicado en el Diario Oficial de la Generalitat

Puigdemont ya reconoció que si no cumplía su plan de aprobar 45 leyes iba a quedar en una situación delicada. “Si al final solo cumplimos 20 leyes, lo tendremos que explicar, y será difícil. Y si hacemos 30, pero hemos encontrado problemas que no esperábamos, pues creo que podremos justificarlo”, reconoció el presidente de la Generalitat en su rueda de prensa en el Palau en mayo. Ahora le quedan solo doce meses y todo el trabajo por hacer. De las 45 leyes que iba a aprobar, ni una se ha publicado en el Diario Oficial de la Generalitat.

Las expectativas de Forcadell

Si Puigdemont se llenó la boca, no menos lo hizo Carme Forcadell con el inicio de una legislatura que se está demostrando menos eficaz de lo que los independentistas anunciaron a bombo y platillo. “Las elecciones fueron excepcionales, estemos a la altura y hagamos que el legado de este Parlament sea la creación de un marco jurídico propio que dé libertad y soberanía en todos los ámbitos. Trabajemos pensando en los próximos 300 años y no en los últimos 300”, planteó cuando fue nombrada presidenta. Pero el único momento de verdad estelar que ha vivido la legislatura fue recibir a Arnaldo Otegi, algo que no ha hecho ni el Parlamento vasco.

A Arnaldo Otegi no lo han recibido en el Parlamento vasco pero sí que lo hizo Carme Forcadell en la cámara catalana con la máxima pompa protocolaria

“Con esta undécima legislatura del Parlament también cerramos la etapa autonómica. Protagonizamos un momento fundacional: de un Parlament regional de competencias limitadas, recortadas y recurridas a un Parlament nacional con plenas atribuciones”, aseguró el día de su toma de posesión Forcadell. Para hacer un alarde de plenas atribuciones, el bagaje legislativo por ahora, resulta más bien escaso.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, está comprobando que una minoría parlamentaria es un clima muy frío en política. En los más de cinco meses que lleva de mandato, tomó posesión el 13 de enero, Puigdemont y su formación política Junts pel Sí, solo han sido capaces de aprobar una sola ley. Tener de socio a la CUP no ayuda, claro. Tampoco un programa independentista que impide llegar a acuerdos con las otras formaciones, las cuales mantienen fuertes reservas frente al proyecto soberanista. Puede que Puigdemont gobierne… pero legislar, legisla poco.

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