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De catedráticos a exterroristas: quiénes quieren prohibir el castellano en Cataluña
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DIRIGENTES DE CDC Y ERC, ENTRE LOS FIRMANTES

De catedráticos a exterroristas: quiénes quieren prohibir el castellano en Cataluña

Reniegan de la inmersión lingüística practicada hasta la fecha y arremeten contra los partidos que abogan por mantener esa inmersión en la escuela en una hipotética Cataluña independiente

Foto: El exvicepresidente de la Generalitat Josep Lluís Carod Rovira. (EFE)
El exvicepresidente de la Generalitat Josep Lluís Carod Rovira. (EFE)

Catedráticos, políticos, escritores, filólogos, profesores, juristas, pensadores, académicos, exterroristas… y hasta altos cargos del Gobierno catalán, así como un exvicepresidente y dos exconsejeras de Educación, son los firmantes del manifiesto que aboga por el monolingüismo en Cataluña. Un cóctel variado que ha sorprendido a propios y ajenos por las tesis mantenidas en el manifiesto. Su nombre ya apunta maneras: ‘Por un verdadero proceso de normalización lingüística en la Cataluña independiente’. Y lo que viene a decir es que España ejerce una “bilingüización forzosa de la población”, por lo que es prioritario decretar que el catalán es la única y obligatoria lengua de la comunidad. Reniegan, pues, de la inmersión lingüística practicada hasta la fecha y arremeten contra los partidos (incluidos CDC y ERC) que abogan por mantener esa inmersión en la escuela en una hipotética Cataluña independiente.

Dice el manifiesto que es necesaria la creación de un amplio movimiento ciudadano por la normalización lingüística que supere la subordinación de una lengua a otra. “Manifestamos la necesidad, en definitiva, de que se incorpore al proceso constituyente la voluntad de articular la lengua catalana como eje integrador de nuestra ciudadanía en un marco de asunción pública del multilingüismo como riqueza individual y social”. Ello después de reivindicar tres grandes ejes de la política en esta materia: “La restitución al catalán del estatus de lengua territorial de Cataluña, la reversión de la práctica de la subordinación sistemática y generalizada del uso del catalán y la recuperación progresiva de la genuinidad de la lengua”.

El manifiesto es denostado por la mayoría de los partidos catalanes. El propio portavoz de Democràcia i Llibertat (DiL), Francesc Homs, reclamó ayer la cooficialidad de castellano y catalán. El diputado republicano Joan Tardà se pronunció por Twitter: “La República de Cataluña tendrá como lengua oficial el catalán y el castellano será cooficial. Las dos lenguas, ¡nuestras!". En cambio, el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí (que agrupa a CDC y a ERC), Jordi Turull, matizó este domingo a la emisora RAC1 que el manifiesto es de “gente comprometida con la lengua” y que es preciso tenerlo en cuenta. “Tienen toda la razón de decir que cuidado, no nos pensemos que con una situación idéntica a la de ahora el catalán está preservado”.

De Carod a Rigau

Y, efectivamente, detrás del manifiesto -que algunos independentistas de pro incluso califican de fundamentalista- encontramos a personas con sólidas trayectorias catalanistas. Una de ellas es Josep Lluís Carod-Rovira, exvicepresidente del Gobierno de la Generalitat y expresidente de ERC. Carod, que siempre había intentado atraerse al electorado castellanohablante con propuestas de integración, es el político más destacado que firma el texto. Con ello, además, echa por la borda los esfuerzos de sus sucesores al frente de la formación republicana, que incluso presentaron como cabeza de lista en las últimas elecciones a un castellanohablante para demostrar su aperturismo. Si los firmantes del manifiesto llegan a su meta, los días castellanohablantes del diputado Gabriel Rufián se habrán acabado.

Otro exdiputado republicano le acompaña en la lista: Jaume Rodri, que ahora se llama Jaume Rodri-Febrer. Concejal en Cardedeu y diputado autonómico en 1992, su apellido paterno, Rodríguez, le parecía demasiado españolista, por lo que decidió recortarlo y dejarlo en Rodri. En 1989 fue elegido presidente del consejo nacional de ERC y en 1999 abandonó el partido. Miquel Bofill, exsenador de Esquerra, también firma el texto, lo mismo que el exeurodiputado republicano Bernat Joan, un ibicenco que representó a la formación catalana en Europa de 2004 a 2007. Joan fue secretario de Política Lingüística del Gobierno catalán en tiempos del tripartito y se dio de baja en ERC en 2011, juntamente con su esposa, la diputada del PSOE-Pacte Esperança Martí. Xavier Moral, responsable de asuntos occitanos de la Dirección General de Política Lingüística del Gobierno catalán es otro de los nombres que apoyan las tesis del manifiesto. Y ahí figura también otro republicano (luego pasado a las filas de Reagrupament Independentista): el exconcejal de Matadepera Francesc Mortés.

La lista incluye a la hasta hace poco consejera de Educación de la Generalitat de Cataluña, Irene Rigau (imputada por la consulta del 9 de noviembre de 2014 junto a Artur Mas y a Joana Ortega), y a la que fuera su directora general de Educación Infantil y Primaria, Alba Espot. Asimismo, se adhirió al texto otra exconsejera del ramo, Carme-Laura Gil. Otro escritor metido a político es Julià de Jódar, diputado electo de la CUP que dejó su escaño en el mes de enero, tras el acuerdo de la CUP para apoyar la formación de un Gobierno de JxS. Jordi Plens, premio de ensayo Rovira i Virgili de 2002 e integrante de las listas de la CUP a las municipales de 2011 es, asimismo, firmante. Y asume también las tesis del manifiesto Miquel Reniu, exdirector de Formación de CDC y exmiembro del consejo de administración de la CCRTV, que era el antiguo nombre de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, el ente que controla la tele y la radio públicas.

Relumbrón sobre la alfombra roja

En el listado hay nombres de postín, como cinco premios de Honor de las Letras Catalanas: Jaume Cabré, Josep Massot, Joan Francesc Mira, Maria Antònia Oliver y Joan Veny i Clar. Y una larga lista de miembros del Institut d’Estudis Catalans (IEC), empezando por su presidente, Joandomènec Ros. Junto a él figuran Joaquim Agulló, Oriol Camps, Salvador Cardús, Josep Gifreu, Vicent Pitarch o Mercè Lorente. Y hay profesores y catedráticos de peso como Gabriel Bibiloni, Laura Borràs, Enric Cassany o Lluís de Yzaguirre. Ahí está también Teresa Colomer, catedrática y experta en literatura infantil y juvenil, que ha sido directora de la Red de Investigadores en Literatura Infantil de las Universidades Catalanas. O Neus Faura, doctora en Filología Catalana y profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la UAB. O Margarida Muset, socia fundadora de la Sociedad Catalana de Pedagogía. O Anna Pineda, primer premio a la excelencia en el rendimiento académico universitario del Estado español en las categorías de Filología Catalana, Clásica, Románica y Árabe y actual investigadora del Centre Nacional de la Recherche Scientifique (CNRS). En 2006, con 18 años, ya había ganado el premio Carme Serrallonga sobre el uso del catalán (juntamente con el FC Barcelona), otorgado por la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona.

Y hay escritores como Víctor Alexandre, Jordi Alzina, Carme Arenas (presidenta del PEN catalán), Jordi Coca, Narcís Comadira, Antoni Dalmases, Antoni Dalmau, Oriol Izquierdo, Joan-Lluís Lluís, Gemma Pasqual o Vicenç Villatoro. No faltan los portadores de la Creu de Sant Jordi, el máximo galardón de la Generalitat: Narcís Comadira, Jaume Cabré y Jordi Mir Parache. Relumbrón en la alfombra roja, vaya. En el listado figura incluso la actriz Mercè Arànega.

Los pasados conflictivos

Más curiosas resultan las biografías de otros firmantes. Como Núria Cadenas, por ejemplo: fue detenida el 9 de septiembre de 1988 junto a otros tres militantes independentistas cerca de la Residencia de Oficiales del Ejército español contra la que supuestamente iban a atentar. Fueron condenados por pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas y estragos en grado de tentativa. El Supremo la absolvió de pertenencia a Terrra Lliure pero mantuvo el resto de cargos, siendo condenada a seis años de prisión mayor y dos de prisión menor. Fue puesta en libertad tras pasar cuatro años en prisión. En las elecciones autonómicas de 2010, cerró la lista de Solidaritat Catalana per la Independència (SI) por Girona y posteriormente fue elegida secretaria nacional de Formación en este partido, para ser escogida presidenta de la formación en 2013.

Igualmente, resulta curioso el nombre de Carles Castellanos, uno de los fundadores del Partit Socialista d’Alliberament Nacional (PSAN). En 1979 creó Independentistes dels Països Catalans (IPC) y, más tarde, el Moviment de Defensa de la Terra (MDT). Durante los años ochenta y noventa del pasado siglo fue detenido en varias ocasiones por supuestas vinculaciones a grupos armados. En la actualidad es miembro de Poble Lliure, uno de los grupos que forman la CUP. Además, entre 2012 y 2013 fue vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). En 1992 se presentó encabezando la candidatura de Catalunya Lliure, tras haber pasado por la MDT, como Castellanos, y obtuvo solo 5.000 votos. Un informe de los servicios de información españoles explica que Castellanos “estuvo detenido en múltiples ocasiones”, que fue condenado por terrorismo y que es un “notorio propagandista de la organización terrorista ETA y su entorno. Fundador de PSAN y MADT, paga actualmente cuota en la CUP”.

“Luchar contra el ocupante”

El valenciano Josep Guia fue también líder del PSAN y luego se adhirió a Solidaritat Catalana per la Independència (SI). Doctor en Matemáticas, fue profesor del Departamento de Álgebra en la Universidad de Valencia hasta 2010 (actualmente está jubilado) y editorialista de la revista ‘Lluita’. Sobre su figura, Núria Cadenas (compañera de manifiesto) publicó un libro-entrevista bajo el título ‘Josep Guia. El independentismo completo’.

En una reciente entrevista en el portal Vilaweb (de su paisano Vicent Partal), criticaba con dureza a la CUP, se mostraba a favor de que Carles Puigdemont abandone “los eufemismos de Artur Mas” y advertía de que “se trata de priorizar la lucha contra el ocupante para después construir una sociedad socialista”. Guia (comunista confeso y convencido) criticó con dureza a la CUP acusándola de izquierdismo y recordando que “Lenin habló del izquierdismo como enfermedad infantil del comunismo. Y creo que la CUP ha mantenido posturas izquierdistas”. Se trata, pues, de “crear un frente patriótico interclasista” para desalojar a los ocupantes (españoles). También es partidario de que “se diga que la nación catalana va más allá de las cuatro provincias actuales del Principado [o sea, la actual Cataluña], sometidas ahora al Estado español”. Se refiere a que “Cataluña es parte de una nación”, porque se ha de considerar como tal los Països Catalans (o sea, Cataluña, Cataluña Norte, nombre que se da a varias provincias sureñas de Francia, la Comunidad Valenciana, las Baleares y una Franja entre Cataluña y Aragón, sin olvidar el Alguer, en Cerdeña).

Las hermanas Eva y Blanca Serra, ambas docentes y ambas detenidas en los años ochenta por supuesta pertenencia a Terra Lliure. En los años sesenta, se afiliaron al PSAN, del que se escindieron en 1974 para pasar luego a IPC. En 1977, fueron detenidas durante varios días, acusadas de colaborar con ETA-pm. Y en 1980 volvieron a ser detenidas. Eva Serra creó, en 1991, la Assemblea Unitària per Autodeterminació junto al sacerdote Lluís Maria Xirinacs y al exmiembro de Terra Lliure Carles Benítez. En los ochenta, las dos hermanas habían sido las promotoras de los Comités de Solidaridad con los Patriotas Catalanes (CSPC). Su hermano Josep, exiliado en Francia, fue uno de los fundadores de Terra Lliure, aunque en 1982 fue expulsado de la organización por su moderación. Las dos hermanas aparecen también en el informe de los servicios de información reseñado anteriormente.

Catedráticos, políticos, escritores, filólogos, profesores, juristas, pensadores, académicos, exterroristas… y hasta altos cargos del Gobierno catalán, así como un exvicepresidente y dos exconsejeras de Educación, son los firmantes del manifiesto que aboga por el monolingüismo en Cataluña. Un cóctel variado que ha sorprendido a propios y ajenos por las tesis mantenidas en el manifiesto. Su nombre ya apunta maneras: ‘Por un verdadero proceso de normalización lingüística en la Cataluña independiente’. Y lo que viene a decir es que España ejerce una “bilingüización forzosa de la población”, por lo que es prioritario decretar que el catalán es la única y obligatoria lengua de la comunidad. Reniegan, pues, de la inmersión lingüística practicada hasta la fecha y arremeten contra los partidos (incluidos CDC y ERC) que abogan por mantener esa inmersión en la escuela en una hipotética Cataluña independiente.

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