Los duros de la CUP proponen ir a elecciones y formar Tripartito con Podemos y ERC
Ya ha habido acercamientos y algunas conversaciones. Pero si finalmente dan la puntilla a Artur Mas, como pretende el núcleo duro, se imponen ya negociaciones en serio
La Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) prepara un Frente Popular en Cataluña para pilotar un nuevo proceso, dando a Artur Mas por amortizado totalmente y abogando por un frente netamente de izquierdas. Al menos, ésa es la intención del núcleo duro de la formación, que no quiere oír hablar del líder de Convergència ni en broma.
La diputada Anna Gabriel ya se lo dejó bien claro ayer por la tarde al analizar los resultados de la asamblea: “Señores de Junts pel Sí: tienen la posibilidad de generar una nueva propuesta. La que nos han puesto encima de la mesa no tiene el apoyo mayoritario de la CUP. Por lo tanto, muévanse y presenten otra propuesta. Es preciso que pongan algo más de lo que nos han puesto y a otro candidato. Muévanse, porque nosotros no nos quedaremos quietos, sino que nos moveremos, que es para lo que hemos sido escogidos”. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
En este escenario, el sector duro de la CUP ha estudiado ya la posibilidad de poder formar un nuevo Tripartito, en el que entrarían Podemos, la CUP y Esquerra Republicana (ERC). Ya ha habido acercamientos y algunas conversaciones. Pero si finalmente dan la puntilla a Artur Mas, como pretende el núcleo duro, de la pequeña formación Endavant-OSAN, se imponen ya negociaciones en serio. Los radicales catalanes están incluso preparados para dejarse algunas plumas por el camino y aceptarían la celebración de un referéndum vinculante, que apoya Podemos a nivel estatal, a cambio de no realizar una declaración unilateral de independencia, según manifestaron a El Confidencial fuentes cercanas a la dirección de la organización radical.
La misma fuente señala que el resultado de las elecciones del 20 de diciembre clarificaron mucho la situación. “Se vio el apoyo y el aumento de las opciones de izquierda que no son antiindependentistas en Cataluña. Ahora se impone un nuevo proceso electoral donde las dos primeras fuerzas sean ERC y Podemos. Y esas dos fuerzas, juntamente con la CUP, para la que se vaticina un ligero ascenso, podrán formalizar tranquilamente y con nitidez un Tripartito de izquierdas en Cataluña”. Las previsiones son que los republicanos obtengan alrededor de 35 diputados, mientras que Podemos puede acercarse a los 30 y la CUP rondar los 12. Paralelamente, este frente podría contar con los restos de los náufragos de Convergència, que darían apoyo a las iniciativas identitarias que acordase el Ejecutivo.
La nueva hoja de ruta
Lo que propone la CUP, según un documento llevado a la asamblea de ayer es la formación de “un Frente Popular por la República Catalana”. Subraya en su documento que “si ante este emplazamiento JxS se enroca y fuerza a unas nuevas elecciones en el mes de marzo, la CUP ha de afrontar este escenario como una oportunidad para dar un salto adelante en el proceso independentista y generar una nueva fórmula ilusionante a través de articular un frente amplio”. Su prioridad entonces sería articular ese Frente Popular, que habría de movilizar a la CUP, a movimientos populares, a candidaturas municipalistas y a organizaciones del Espacio por la Ruptura. El Frente ya tiene incluso hoja de ruta: “Convocatoria de referéndum unilateral, proceso constituyente, programa de choque y bases políticas por la nueva República”.
En una de las reflexiones de su documento, la organización radical deja la puerta abierta a un frente electoral amplio y a que incluso no se presente como CUP a las elecciones, sino en coalición. Así, subraya que, vistos los resultados del 20D, en las autonómicas de marzo una alianza entre CUP y Podemos podría ser la fuerza mayoritaria, aunque ambas “habríamos de asumir ciertas rebajas en nuestro discurso, resumidas en la convocatoria de un referéndum no avalado por el Estado español. Por el contrario, nos une la apertura de un proceso constituyente, la aplicación de un plan de choque contra la emergencia social, la paralización y reversión de las privatizaciones de las empresas públicas y las externalizaciones de los servicios o un discurso global de izquierda rupturista”.
En este marco, los cuperos creen que “sería necesario asumir la posibilidad real de encabezar el nuevo Gobierno de la Generalitat para encarar un triple reto: conformar un equipo humano capacitado para asumir el Govern, desarrollar un programa electoral y un plan de gobierno común y establecer un mecanismo firme de toma de decisiones. Este triple reto se habría de construir en el tiempo récord de un mes”. El frente de izquierdas debería mantener el escenario de confrontación con el Estado español. “Por tanto –añade el texto- en un plazo relativamente corto, se habría de volver al escenario de desconexión con el Estado español, pero con la incorporación de este nuevo agente (Podemos) y el liderazgo del proceso”.
Los puntos débiles
Los puntos débiles del nuevo escenario, en cambio, son “la invalidación del hecho plebiscitario de las elecciones autonómicas del 27S”. También se considera negativo la “pérdida de la oportunidad de desplegar la declaración del inicio del proceso hacia la creación de la República Catalana, juntamente con su anexo, y retraso de la aplicación del plan de choque”. También sería negativo un escenario donde CDC fuese clave para la gobernabilidad, porque con ello condicionaría a ERC y ésta es imprescindible para el nuevo Tripartito con Podemos y la CUP. Otro de los peligros que comporta este escenario es “el peligro de retorno de CDC a posicionamientos moderados y pactistas y de reencuentro con Unió, lo que acabaría de deshacer el ‘soberanismo transversal’”. Asimismo, existe la posibilidad de una pérdida de incidencia del Govern si se rehacen puentes entre soberanistas y partidos no independentistas y una “posibilidad de ascenso mayor de Ciutadans”.
Los cuperos creen que la no reedición de JxS “ayudaría a clarificar la mayoría de izquierdas. El mantenimiento del voto de estas opciones por separado y un aumento del voto de la candidatura donde participase la CUP reafirmaría la opción de ruptura en clave independentista y la hegemonía de la izquierda en el proceso hacia la independencia”.
En definitiva, lo que queda claro es que la declaración aprobada por el Parlament el 9 de noviembre pasado, que detallaba la hoja de ruta de desconexión con España, quedaría dinamitada con esa estrategia. El proceso, tal y como lo conocemos, quedaría en hibernación, aunque la CUP ha de esperar ahora un movimiento de Artur Mas, que aún tiene tiempo de plantear su última opción: permitir que alguien que no sea él se postule como ‘president’. Algo difícil, conociendo el carácter del personaje.
La Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) prepara un Frente Popular en Cataluña para pilotar un nuevo proceso, dando a Artur Mas por amortizado totalmente y abogando por un frente netamente de izquierdas. Al menos, ésa es la intención del núcleo duro de la formación, que no quiere oír hablar del líder de Convergència ni en broma.
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