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'Guerra secesionista': la ANC presiona con la calle a la CUP para que vote a Mas
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LOS RADICALES VIGILARÁN AL 'PRESIDENT' HASTA EL 29

'Guerra secesionista': la ANC presiona con la calle a la CUP para que vote a Mas

Las asociaciones municipalistas ACM y AMI (la de los municipios independentistas) convocaron ayer concentraciones en las plazas mayores de los pueblos para apoyar a Artur Mas

Foto: El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas. (EFE)

La débil situación del presidente catalán, Artur Mas, con dos votaciones perdidas para formar Gobierno, ha hecho saltar todas las alarmas. Los integrantes de la plataforma Junts Pel Sí (JxS) -Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Esquerra Republicana (ERC), la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural- son conscientes de que, debido a la negativa de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), caminan hacia unas nuevas elecciones y eso sería el fin de la coalición independentista y, de rebote, del propio Artur Mas. Para más inri, los radicales hicieron público ayer un documento de 50 páginas que establece las bases de la negociación con Mas y detalla las 39 medidas de su plan de choque, sin las que no puede haber apoyo.

Así pues, tocan a rebato y es preciso movilizar la calle. Las asociaciones municipalistas ACM y AMI (la de los municipios independentistas) convocaron ayer concentraciones en las plazas mayores de los pueblos para apoyar a Artur Mas. Y este domingo, está convocada una concentración en las inmediaciones del Parlamento en apoyo del proceso. O, al menos, esa es la excusa oficial. El acto, bajo el lema ‘Unitat, Govern i Independència’, es, oficialmente, un llamamiento a JxS y la CUP para defender el proceso iniciado y visualizar el bloque separatista. Eso, oficialmente, porque extraoficialmente es un acto pensado en exclusiva para presionar a la CUP en la investidura de Artur Mas, en una alambicada estrategia del líder de CDC.

El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, es consciente de que esa estrategia puede incomodar a la formación radical debido a lo delicado del momento e incluso puede añadir dificultades para que la CUP apoye a Mas. Pero también está la excusa de hacer frente común ante las iniciativas del Gobierno central y del Tribunal Constitucional. En esa estrategia, Òmnium se ha desmarcado de la presión. Un sector de esta entidad mantiene muy buenos contactos con el sector moderado de la CUP y es partidario de reconducir la situación para evitar que los actos de reivindicación se conviertan en actos de 'todos contra la CUP', lo que podría soliviantar aún más la situación.

De hecho, la ANC y Òmnium han tenido varios desencuentros en los últimos días. El primero fue la pasada semana, cuando la Asamblea se negó a participar en el reparto de banderas europeas e independentistas en el Camp Nou con motivo del último partido de la Champions League. El segundo desencuentro fue la negativa de Òmnium de viajar a Estrasburgo para presentar ante el Consejo de Europa las firmas recogidas el año pasado, durante el 9-N, a favor de la independencia. La entidad se negó a viajar porque la delegación catalana no iba a ser recibida por autoridades de primer nivel. Existe, pues, una creciente división y desconfianza entre las cúpulas de las entidades de la 'sociedad civil' de Mas. Falta por ver si ese malestar acabará afectando a la estrategia del presidente catalán, que necesita más que nunca la unidad en torno a su figura.

‘Gran Hermano’ en la Generalitat

Por otro lado, el presidente catalán tiene 15 días de tregua antes de que sepa con seguridad si va a ser o no ‘president’ de nuevo. Ese es el plazo que le ha dado la CUP, que celebrará una asamblea el próximo 29 de noviembre para resolver de una vez por todas si apoya al líder de Convergència para encabezar el nuevo Ejecutivo o le da carpetazo definitivo, y exige otro nombre encima de la mesa.

La ANC y Òmnium han tenido varios desencuentros en las últimas semanas con independentistas de la CUP

“La CUP no se moverá en estos 15 días. Estará pendiente de los acontecimientos y, al final, votará dependiendo de la trayectoria que siga en este lapso de tiempo Artur Mas”, señalan a El Confidencial fuentes cercanas a la formación independentista. Serán, pues, dos semanas con un Artur Mas vigilado de cerca y con cada uno de sus gestos analizado milimétricamente por quienes han de darle el visto bueno. Será, por así decirlo, el ojo del ‘Gran Hermano’ trasladado al Palau de la Generalitat. Las mismas fuentes subrayan que “el candidato Mas tiene un gran problema: los representantes de la CUP no son políticos profesionales. No siguen consignas de partido, sino un mandato emanado de sus bases. Como consecuencia, en cualquier negociación no tienen ni cintura ni tacticismo. Se guían solo por su deber”.

El líder del grupo de la CUP en el Parlamento, Antonio Baños, se lo dejó claro ayer: “Esto no debe ser una danza entre ustedes, los de Junts Pel Sí, y nosotros. No debe ser un flirteo, sino una negociación seria por el país”. Y le advirtió luego: “Todos tenemos prisa. No nos emplace de manera unilateral cuando todos nos hemos de poner las pilas”, cuando Artur Mas les dijo que el tiempo apremia. En las filas de Junts Pel Sí ha cundido un cierto desánimo, especialmente porque la estrategia de Artur Mas parece estar llevando a la plataforma a un callejón sin salida. Y ello porque Convergència había atado bien que su líder fuese el único candidato a ‘president’ y, de momento, esa es una línea roja que la CUP no está dispuesta a traspasar.

“Se han puesto sobre la mesa propuestas generosas. La CUP no puede hablar de personalismo de Mas [como le habían echado en cara ayer por la mañana en el Parlamento], porque si hubiese querido ser presidente, le hubiese bastado con buscar los votos de otras fuerzas políticas y a estas alturas ya estaría solventado el problema. Pero por dignidad, por obedecer el mandato democrático de las urnas, estamos en esta situación”, explican a este diario fuentes cercanas a Convergència. También desde JxS hay reproches hacia la formación radical. “Nosotros tenemos más de 1.600.000 votos y 62 diputados. No pueden pretender gobernar ellos con la quinta parte de sufragios y 10 diputados”, argumenta un miembro de CDC.

La débil situación del presidente catalán, Artur Mas, con dos votaciones perdidas para formar Gobierno, ha hecho saltar todas las alarmas. Los integrantes de la plataforma Junts Pel Sí (JxS) -Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Esquerra Republicana (ERC), la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural- son conscientes de que, debido a la negativa de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), caminan hacia unas nuevas elecciones y eso sería el fin de la coalición independentista y, de rebote, del propio Artur Mas. Para más inri, los radicales hicieron público ayer un documento de 50 páginas que establece las bases de la negociación con Mas y detalla las 39 medidas de su plan de choque, sin las que no puede haber apoyo.

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