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El ala más dura del equipo de Colau 'tumba' la amnistía hotelera para la Torre Agbar
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pese a la carta QUE DABA luz verde del 31 de julio

El ala más dura del equipo de Colau 'tumba' la amnistía hotelera para la Torre Agbar

Finalmente, ni la torre Agbar podrá ser una excepción a la prohibición de nuevas licencias hoteleras establecida por Ada Colau. Aunque esta última lo intentó, el ala radical de su Gobierno lo ha parado

Foto: El 'skyline' de Barcelona, con la Torre Agbar. (Reuters)
El 'skyline' de Barcelona, con la Torre Agbar. (Reuters)

Ni sí ni no, sino todo lo contrario. La flamante alcaldesa de Barcelona Ada Colau está sufriendo serios problemas para aplicar su primera medida: la congelación de licencias hoteleras en Barcelona. Inquietos ante la posibilidad de que la Torre Agbar apagase sus luces, se intentó una excepción. Pero esta ha sentado mal a los sectores más radicales del Gobierno municipal. Y las últimas horas han sido de alta tensión entre el fondo Emin, comprador de la torre para convertirla en un hotel, y el consistorio.

El 31 de julio el fondo Emin Capital recibió una misiva en la que se le informaba de que se iba a hacer un excepción con petición de licencia turística: “En estos supuestos, esta solicitud de licencia no se ve afectada por la suspensión facultativa de licencias prevista”, le manifestó el director de Servicios de Coordinación de Licencias del Ayuntamiento de Barcelona, Miquel García Sanjuán, en un carta oficial del municipio.

García Sanjuán es un técnico de alto nivel, pero ya ha sido desautorizado por su superior político, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, quien ha manifestado que los promotores del Hyatt en la Torre Agbar deberán presentar la licencia y esta será estudiada en su momento. En tres días el proyecto del hotel de la Torre Agbar ha dado múltiples bandazos a caballo de comunicados, contradeclaraciones y desmentidos.

Por lo tanto, si Emin Capital quería despejar la incertidumbre sobre su proyecto para la Torre Agbar, ha fracasado. Es cierto que tiene una carta del Ayuntamiento de Barcelona que dice que se hará una excepción con su caso. Pero desde el consistorio de la segunda ciudad de España, Janet Sanz insiste en que sólo se autorizará el nuevo hotel “por imperativo legal”. O lo que es lo mismo, que ya se lo mirarán y que en todo caso vayan a los tribunales. La carta, en este sentido, es una poderosa baza para ganar en un juzgado pero no para justificar el desembolso de 90 millones por la compra más otros 60 millones para la reforma.

Batería de pleitos

El precedente de la Torre Agbar es clave en un verano en el que prestigiosos bufetes de abogados están estudiando la moratoria hotelera de Colau para recurrirla por la vía legal. Es decir, el ayuntamiento ya prevé que se enfrentará a una oleada de recursos de los promotores de nuevos proyectos. Hay inversiones de cerca de 3.000 millones en juego, según señala la Cámara de Comercio de Barcelona, muy crítica con la moratoria.

Pero si un edificio tan emblemático como la Torre Agbar tiene tantos problemas, al resto de los hoteleros no les espera nada bueno. CaixaBank es el propietario de la torre pero todavía no ha cobrado, a excepción de 5 millones de la paga y señal. La escritura se ha aplazado hasta septiembre a la espera de que se despejen algunas dudas.

Y estamos hablando de una verdadera atracción turística. Cada noche, centenares de turistas acuden a Glòries, que no es precisamente una zona céntrica de Barcelona, para fotografiar el edificio iluminado, que se ha convertido en un verdadero icono de la ciudad catalana.

Mientras, Agbar abandonará el inmueble este mes y se instalará en la Zona Franca en breve. El icónico rascacielos vacío se puede convertir en una verdadera patata caliente para el equipo de Colau, porque además se trata de un enclave fundamental para la regeneración de Glòries, una zona cuya reforma fue una de las prioridades del exalcalde Xavier Trias.

Ni sí ni no, sino todo lo contrario. La flamante alcaldesa de Barcelona Ada Colau está sufriendo serios problemas para aplicar su primera medida: la congelación de licencias hoteleras en Barcelona. Inquietos ante la posibilidad de que la Torre Agbar apagase sus luces, se intentó una excepción. Pero esta ha sentado mal a los sectores más radicales del Gobierno municipal. Y las últimas horas han sido de alta tensión entre el fondo Emin, comprador de la torre para convertirla en un hotel, y el consistorio.

Ada Colau
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