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"En Cataluña no pasa nada": ERC salva otra vez a Mas de ser reprobado
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VIDAL: "Me AVERGÜENZA HABER OÍDO LAS CONCLUSIONES"

"En Cataluña no pasa nada": ERC salva otra vez a Mas de ser reprobado

ERC, partido que se ha coaligado con el convergente, ha cerrado filas y ha impedido que se le pidan responsabilidades por el dinero que su padre tenía sin regularizar en Liechtenstein

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

Jordi Pujol malo. Artur Mas bueno. Total, el primero está jubilado pero el segundo continúa en activo. Es la conclusión de los dictámenes de la Comisión de Investigación sobre el Fraude y la Evasión Fiscales y las Prácticas de Corrupción Política, más conocida como Comisión Pujol. ¿Y quién dictamina esa división de 'honores'? Los políticos. Los diputados, claro: Convergència i Unió (CiU), que en estas cuestiones votan aún juntos, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) unieron sus fuerzas para dictaminar quién es malo y quién es bueno. De hecho, todos los grupos parlamentarios sentenciaron reprobar al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, por haber ocultado fondos en el paraíso fiscal de Andorra. Todos votaron a favor de esa reprobación, excepto Convergència i Unió (CiU), que votó en contra.

Pero otra cosa es meterse con Artur Mas. Y en ese terreno, ERC, partido que se ha coaligado con el convergente, ha cerrado filas y ha impedido que se le pidan responsabilidades. Y eso que está demostrado y admitido que su padre (el de Artur Mas) tenía cuenta secreta en el paraíso de Liechtenstein. Eso sí, era una cuenta que fue legalizada hace unos años, cuando un empleado infiel filtró el nombre de varios evasores fiscales a las autoridades. Si no hubiese sido así, la cuenta continuaría en el limbo de los justos. ¨Pero nadie ha aclarado si los fondos fueron repatriados o si Artur Mas sigue teniendo ficha y firma en el pequeño principado europeo”, explica a El Confidencial un diputado de la oposición.

Ahí es donde Esquerra no quiere entrar. ¿Por qué? Porque Artur Mas es, ahora, su socio de candidatura. Y ante eso no hay ley que se interponga. La oposición quería pedir responsabilidades a Artur Mas, pero sus escuderos republicanos lo han evitado. Lo que se temía acabó pasando. Esquerra ladró mucho en la Comisión Pujol pero se calló y votó a favor de Mas en el pleno parlamentario. Era de esperar. Nadie muerde la mano que le da de comer.

La conclusión era muy clara: "De la comparecencia del Presidente de la Generalitat, Artur Mas, se desprendía que sabía que su padre tenía dinero sin regularizar en Liechtenstein mientras él ejercía de consejero de la Generalitat”. Era una afirmación que se daba por hecha y un punto a votar en el pleno parlamentario. Pero ni por esas. Convergència y Esquerra votaron en contra. Y eso que está más que demostrado, pero por algo son socios. Ya lo dice el dicho: juntos en la prosperidad y en la adversidad.

La aritmética parlamentaria

En cambio, fueron reprobados la diputada popular Alicia Sánchez-Camacho, a quien se acusa de contradicciones en el caso Camarga (la conversación hecha pública subrepticiamente entre ella y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola) y el exalcalde de Sabadell, Manuel Bustos. Cualquier otra mención a los Pujol o Mas fue neutralizada. Fueron 397 conclusiones sometidas a votación que evidenciaron que la transparencia brilla por su ausencia y que lo que cuenta son las reglas aritméticas parlamentarias, independientemente de lo que se vote. Un día para olvidar. Tan enrevesada votación sólo quería ocultar los intereses partidistas. Lo fácil hubiese sido una sencilla declaración de una decena de puntos. Pero para eso no se montan comisiones de investigación.

“Me avergüenza como diputado haber oído las conclusiones de la coalición CiU, que es la que más casos de corrupción contrastados acumula en toda España durante los últimos años”, clamó desde la tribuna el diputado Marc Vidal, portavoz de ICV en la Comisión Pujol. Vidal trazó una radiografía ácida de Cataluña. “La conclusión es que en Cataluña no pasa nada. Me produce una profunda tristeza que aquéllos que se invisten de la soberbia moral que quiere dirigir el país hacia un nuevo marco de libertades y justicia ni siquiera han sido capaces de mirarse el ombligo y pedir perdón y decir lo siento, eran los nuestros pero los hemos apartado’. ¿Con qué garantías les podemos otorgar el liderazgo de este viaje? ¿Con qué valores éticos se puede garantizar este viaje dificilísimo que quieren iniciar si no hay ni la capacidad de reconocer que hablábamos, sobre todo, del Caso Pujol? Ni una palabra. Sólo reproches a los otros”.

Era sólo el lamento de un diputado. Pero, sobre todo, era una reflexión sobre el proceder de la clase política, elegida en las urnas pero liberada de compromisos morales tras la recepción de las actas legales de acreditación parlamentaria. Lo dicho: un día para olvidar.

Jordi Pujol malo. Artur Mas bueno. Total, el primero está jubilado pero el segundo continúa en activo. Es la conclusión de los dictámenes de la Comisión de Investigación sobre el Fraude y la Evasión Fiscales y las Prácticas de Corrupción Política, más conocida como Comisión Pujol. ¿Y quién dictamina esa división de 'honores'? Los políticos. Los diputados, claro: Convergència i Unió (CiU), que en estas cuestiones votan aún juntos, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) unieron sus fuerzas para dictaminar quién es malo y quién es bueno. De hecho, todos los grupos parlamentarios sentenciaron reprobar al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, por haber ocultado fondos en el paraíso fiscal de Andorra. Todos votaron a favor de esa reprobación, excepto Convergència i Unió (CiU), que votó en contra.

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