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Artur Mas acelera la “internacionalización” del conflicto en la recta final del proceso
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en marcha el plan marruecos tras el plan japón

Artur Mas acelera la “internacionalización” del conflicto en la recta final del proceso

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, reunió ayer a los corresponsales extranjeros. Es una etapa más en su plan de internacionalización del 'proceso'

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

El proceso catalán entra desde ahora en una fase caliente, posiblemente la última de su recorrido, que tendrá un hito en las elecciones municipales pero, especialmente, tendrá su culminación en las "previsibles" autonómicas del 27 de septiembre. Y en esta hoja de ruta, tal y como estaba detallado desde hace dos años, tiene un protagonismo importante la internacionalización del conflicto, que debe acelerarse en la recta final.

De hecho, coincidiendo con el día de Sant Jordi, el presidente catalán, Artur Mas, invitó a siete periodistas extranjeros “para que vivan la fiesta de Sant Jordi en directo en Cataluña”. Estos profesionales provienen de Alemania, Dinamarca, Eslovenia, Estados Unidos, Italia, Polonia y Reino Unido. Los gastos (cada uno de ellos tiene un programa personalizado de actividades en función de sus intereses) corren a cargo de Diplocat, el organismo que se encarga de la diplomacia catalana.

La ofensiva exterior, sin embargo, es múltiple. Recientemente, Artur Mas visitó Estados Unidos para mantener contactos al otro lado del Atlántico y vender allí el proceso catalán, aunque el eco de esa visita fue mínimo. Esta semana, y hasta el 30 de abril, se celebra en Bruselas la Semana Catalana, pero también hay actos programados en las próximas fechas en Londres, Turín, Nueva York o Montreal. Algunas actividades son puramente culturales, aunque hay otras que se enmarcan más en un contexto político.

De hecho, el Gobierno catalán considera “esencial el tener unas relaciones exteriores estructuradas y bien focalizadas” pero, al mismo tiempo, “bilaterales”. De momento, tiene dos focos de interés en estrechar estas relaciones y para ello ya ha puesto en marcha el Plan Japón, que trata de las relaciones con el país del Sol Naciente y este miércoles, el secretario de Exteriores, Roger Albinyana, explicó en el Parlamento catalán el Plan Cataluña-Marruecos. Este plan pretende ser “un instrumento para coordinar las acciones del Govern y de las principales instituciones catalanas en Marruecos, dada la importancia de Marruecos como socio clave para Cataluña”.

En materia exterior, Artur Mas ya había hecho planes para volar solo, al margen de España. Así, llevó al Parlamento la Ley de Acción Exterior de la Generalitat, que el pasado mes de marzo fue recurrida por el Gobierno español ante el Tribunal Constitucional. Este organismo admitió el recurso a trámite la pasada semana, por lo que la norma ha quedado suspendida automáticamente. El Ejecutivo central impugna concretamente los artículos 1 a 9, el 26 y 29 a 38. Los primeros artículos consideran a la Generalitat como actor al margen del Estado español, mientras que el 26 trata de las relaciones bilaterales de Cataluña con otros gobiernos y el resto trata de la representación del Gobierno catalán en el exterior.

Otro ‘instrumento de Estado’

Tras la presentación del recurso y la suspensión de la ley, el Gobierno de Mas aprobó esta semana el proyecto de ley de la Comunidad Catalana en el Exterior, que regula e institucionaliza las relaciones de la Generalitat de Cataluña con los catalanes residentes en el extranjero.

Esta semana, el Parlamento catalán aprobó también el Plan director de Cooperación al Desarrollo 2015-2018, que pretende ser “un instrumento identitario y de reconocimiento en el exterior”. Según el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno, Francesc Homs, este plan es también “una oportunidad en el proceso de transición nacional para alcanzar la plena igualdad de reconocimiento y condiciones con el resto de países libres y soberanos del mundo”. Todas las iniciativas en materia de exteriores, pues, van dirigidas a proyectar una diplomacia paralela a la española, a la que desde las filas nacionalistas se acusa de no apoyar los intereses de Cataluña.

Para el diputado popular Juan Milián, que ha seguido de cerca el desarrollo de la política exterior de la Generalitat, “todo lo que hacen es de cara a la galería. Sus acciones no tienen impacto internacional. En realidad, lo que buscan es la foto con un líder mundial, pero hasta ahora todos les han dado calabazas. Se trata, pues, más de una campaña de imagen hacia los catalanes que de buscar un auténtico impacto”.

Para su ofensiva, el Gobierno catalán cuenta con el Diplocat y con sus polémicas embajadas: hay delegaciones en París, Londres, Bruselas, Berlín y Nueva York, y próximamente se abrirán las de Roma y Viena. Pero, además, también con 34 oficinas de Acció (agencia de apoyo a las empresas), 4 oficinas del Institut Ramon Llull, cuatro representantes de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD), 11 oficinas de la Agencia Catalana de Turismo y cinco oficinas del Instituto Catalán de las Empresas Culturales (ICIC). A ello hay que sumar 130 ‘casals' alrededor de todo el mundo.

Quien sí que se ha mostrado activa fuera de nuestras fronteras ha sido la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que ha comenzado varias campañas a nivel internacional: en los Estados Unidos han sido organizadas conferencias en las universidades de Georgetown y Minnesota; desde Suiza, se enviará a 300 personalidades dos libros, uno de Til Stegmann (Katalonien. Der diskrete Charme der kleinen Staaten) y Liz Castro (What’s up with Catalonia?). Para este Sant Jordi también organizó un simposio en la Universidad Queen Mary de Londres bajo el lema The Catalans: a deplorable history, an exciting future; y en varias capitales americanas se organizaron actos culturales y muestras gastronómicas sobre Cataluña. No es mucho, pero es un refuerzo, y de gran importancia, para la estrategia puesta en marcha por el Gobierno de la Generalitat.

El proceso catalán entra desde ahora en una fase caliente, posiblemente la última de su recorrido, que tendrá un hito en las elecciones municipales pero, especialmente, tendrá su culminación en las "previsibles" autonómicas del 27 de septiembre. Y en esta hoja de ruta, tal y como estaba detallado desde hace dos años, tiene un protagonismo importante la internacionalización del conflicto, que debe acelerarse en la recta final.

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