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Duran Lleida ya tiene su “sociedad civil” para plantar cara a Artur Mas
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‘CONSTRUÏM’ NACE CON VOCACIÓN ‘PACTISTA’

Duran Lleida ya tiene su “sociedad civil” para plantar cara a Artur Mas

Se trata de una plataforma en toda regla, con personalidades llegadas desde distintos ámbitos ideológicos que anteponen el pactismo al enfrentamiento

Foto: El portavoz de CiU Duran i Lleida. (EFE)
El portavoz de CiU Duran i Lleida. (EFE)

El nacionalismo ha dado un nuevo paso hacia el cisma interno. El movimiento que se articuló el pasado mes de noviembre en el entorno de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) en forma de jornadas de fin de semana para reflexionar será, desde ahora, una plataforma con cara y ojos, justamente después de que el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, haya sido cuestionado abiertamente en el grupo parlamentario de Convergència i Unió (CiU) y de que dirigentes convergentes le criticasen públicamente, lo que provocó una crisis sin precedente en la cúpula nacionalista.

Se trata de una plataforma en toda regla, con personalidades llegadas desde distintos ámbitos ideológicos que anteponen el pactismo al enfrentamiento. La culminación de este movimiento surgido dentro del nacionalismo llega en un momento crucial: justamente cuando arranca la precampaña para las elecciones municipales y con la vista puesta en las autonómicas del 27 de septiembre que algunos sectores independentistas tratan de convertir en “plebiscitarias”.

La plataforma Construïm (Construimos) publicó este jueves su manifiesto fundacional, en el que dice que durante los últimos años “se han destruido puestos de trabajo, la confianza en las instituciones, muchos valores básicos para la vida común. Se han destruido garantías sociales, prestaciones del Estado de bienestar, y se está a punto de destruir la paz social, la convivencia. Ante esta realidad frustrante, necesitamos levantar otra que ilusione”. Este ideario es un ataque frontal a la estrategia que secundan sin fisuras Convergència Democràtica (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que consideran que la paz social y la convivencia son dinamitadas por el Estado español, que no consiente en dejar celebrar un referéndum independentista, por lo que se sienten legitimados para tensar la cuerda hasta donde sea preciso.

Construïm, que se ha registrado como asociación para disponer de personalidad jurídica, ha registrado también su dominio de internet y el nombre como partido político para evitar su “uso indebido por parte de terceros generadores de confusión”. Entre sus promotores se encuentran desde antiguos dirigentes de Convergència, como el exconsejero de Agricultura Josep Miró i Ardèvol, hasta personalidades del entorno socialista como Alfred Pastor, profesor del IESE y secretario de Estado de Economía con Felipe González; el factotum de Esade, Carlos Losada; Jordi de Juan, exdirigente del PP en Gerona; Ignasi Parody, presidente de la Red europea de Empresas de Inserción Social; los doctores en Filosofía Francesc Torralba y Margarita Mauri; Eduard Arruga, economista, presidente de la Sociedad Catalana de Economía y recientemente nombrado también presidente del Banco de Alimentos; el profesor Ramon Xifré; o el abogado Antonio Duran-Sindreu, entre otros.

La plataforma que le faltaba

Pero el manifiesto subraya que lo importante no son los nombres, sino “el propósito para el cual nacemos y el debate público para este proyecto”. La plataforma, de todos modos, añade que valora “los fundamentos y la experiencia histórica de UDC”, aunque “no nos movemos impulsados por esta fuerza política ni por ninguna otra”. Lo que quiere es “impulsar un cambio de las actitudes, las maneras, el lenguaje y las formas que utilizan casi por igual todos los partidos tradicionales y que, justamente, ha provocado que hayan perdido la confianza con la ciudadanía. Hace falta un revulsivo para una política nueva basada en la práctica de las virtudes”.

Los impulsores constatan también “la lacra de la corrupción”, por lo que consideran urgente “la regeneración política” y sostienen que los principales problemas de la sociedad son “el paro, la precariedad, la situación de la economía de las personas y familias enteras, así como las dificultades de tantas empresas y autónomos para salir adelante”.

Desde UDC, se subraya que la nueva plataforma no tiene vinculación alguna con el partido democristiano y que su nacimiento es una pura coincidencia. Pero el hecho de que nombre el ideario de UDC como su eje y la adopción del nombre de las jornadas democristianas ya es suficiente carta de presentación.

De hecho, las jornadas Construïm que comenzaron el mes de noviembre pretendían perdurar en el tiempo y ser un foro de reflexión sobre las apuestas del nacionalismo moderado que preconiza Unió. Cuando las relaciones entre los dos socios de la coalición comenzaron a agriarse, Duran decidió suprimir las jornadas como gesto de buena voluntad hacia Convergència. Más tarde, llegó el alejamiento con CDC, alimentado por las críticas de Esquerra, que urge a Unió a abrazar la causa independentista para firmar ya una hoja de ruta común ante las elecciones autonómicas y apabulla a CDC a que se separe de los democristianos si éstos insisten en entorpecer o retrasar el camino hacia la independencia.

A Duran, hasta ahora, le faltaba su sociedad civil. Artur Mas había tomado prestada la sociedad representada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural para visualizar su apoyo en la calle. Duran ha emprendido un camino diferente. Con la plataforma Construïm tiene una potente “sociedad civil” formada por personalidades de ideología diversa que pueden posicionarse en un determinado momento en su favor. Desde las filas democristianas señalan que no existe ninguna maniobra de Duran i Lleida para prepararse ante una eventual ruptura de CiU. Pero a nadie se le escapa que los caminos de Artur Mas y Josep Antoni Duran han comenzado a bifurcarse hace meses. Sólo un milagro podría revertir la situación.

El nacionalismo ha dado un nuevo paso hacia el cisma interno. El movimiento que se articuló el pasado mes de noviembre en el entorno de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) en forma de jornadas de fin de semana para reflexionar será, desde ahora, una plataforma con cara y ojos, justamente después de que el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, haya sido cuestionado abiertamente en el grupo parlamentario de Convergència i Unió (CiU) y de que dirigentes convergentes le criticasen públicamente, lo que provocó una crisis sin precedente en la cúpula nacionalista.

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