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YA SÓLO CONFÍA EN FRANCESC HOMS

Mas, cada vez más solo y aislado

El 'president' sobrevive con pocos apoyos y ha reducido hasta el mínimo su círculo de confianza. El sector duro de CDC ya no domina la escena política, aunque gana peso el portavoz del Gobierno

Foto: Artur Mas y Francesc Homs, en una sesión de control al gobierno catalán (Efe).
Artur Mas y Francesc Homs, en una sesión de control al gobierno catalán (Efe).

El poder es una actividad que parece llevar irremisiblemente al aislamiento personal y profesional. Ésa es la sensación que dan los líderes políticos que ocupan la cúspide de las instituciones. En el caso del presidente catalán, ese aislamiento se acentúa por razones coyunturales, esencialmente la delicada situación política que se vive en la comunidad. Artur Mas sobrevive ahora con los pocos apoyos que le quedan (estamos entrando en la campaña de las municipales y, acto seguido, Cataluña se meteráde lleno en la campaña de las autonómicas de septiembre) y ha reducido hasta elmínimosu círculo de confianza. El sector duro de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ya no domina la escena política, aunque ha ganado peso uno de sus exponentes más notorios: Francesc Homs, que ejerce de portavoz del Gobierno y de consejero de Presidencia.

Los que en otro tiempo se conocieron como talibanes (el grupo comandado por Felip Puig en el que podían encuadrarse hombres como Homs, Oriol Pujol, Francesc Gordó, Antoni Vives o David Madí) están divididos y enfrentados entre ellos. Al lado del president sólo persiste Homs, que se ha ganado tanta confianza de Mas como desconfianza de sus antiguos colegas. De hecho, el principal y único apoyo del portavoz de la Generalitat es el propio Mas y si éste cae, nadie duda de que a Homs le pasarán cuentas también.

La influencia que antes tenían Oriol Pujol, Felip Puig o Francesc Gordó (que había sido tesorero del partido, prueba de la confianza que le profesaba Artur Mas) ha caído estrepitosamente. Sólo conserva su margen de confianza Francesc Homs, que parece ser el que dicta algunas directrices de la hoja de ruta del Gobierno catalán. Y son sólo algunas, porque la forma de actuar del president ha dado un giro de 180 grados en los últimos meses.

Gracias a su pacto para crear el frente soberanista, en el que se encuadraban Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Iniciativa per Catalunya (ICV) y la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP), además de la Asamblea Nacional catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Artur Mas había cedido protagonismo político. “Durante meses, se mantuvo callado y cumplió todo lo que había prometido. Escrupulosamente. Desde la creación de estructuras de Estado hasta la plasmación de la pregunta del referéndum y la fecha y hasta la realización de la consulta en los términos en que podía plantearse”, dice a El Confidencial una fuente de CDC.

Durante meses, el líder de ERC, Oriol Junqueras, fue un socio leal y potente. Además, los votos de CiU y ERC sumaban una mayoría absoluta que, aunque justita, era suficiente para sacar adelante la acción de gobierno y para aguantar parlamentariamente. Pero se acercan elecciones y Artur Mas no quiere tener las manos atadas. Prefiere no ser prisionero de nadie y se ha puesto por delante una hoja de ruta que, por cuestiones de ideología, ERC no podrá cuestionar. Ni Junqueras lo hubiera hecho mejor: terminar las estructuras de Estado con el fin de prepararse para la desconexión con España. En ese sentido, sabe que los republicanos, por patriotismo, no podrán votar en contra de las medidas que lleve a la Cámara autonómica.

El secreto mejor guardado

Su estrategia es uno de los mejores secretos que guarda la Generalitat. De hecho, sólo la vislumbra Francesc Homs. Y a ratos. “Mas ha vuelto a dinamizar los contactos que había perdido durante el proceso. Habla mucho con gente muy diversa y escucha. Y pregunta mucho, se interesa por muchas cosas. Pero es una tumba a la hora de definir sus líneas de acción. No suelta prenda. Jamás comenta a sus interlocutores o a sus asesores lo que hará. Se limita a recoger toda la información, la procesa y luego actúa”, explica a El Confidencial una fuente que vive en primera persona este resurgir.

¿Porqué este misterio? “No se fía de nadie. Además, vienen elecciones, dos campañas muy duras, y quiere pillar desprevenidos a sus rivales”. En efecto, Artur Mas ya no es aquel político bisoño y tecnócrata que llegó a conseller en cap (consejero jefe) hace una década y media y que no sabía dar un titular. Se ha convertido en un viejo zorro de la política y su objetivo desde hace meses es sólo uno: neutralizar a ERC, porque sabe que en la actual espiral soberanista de Convergència es el único espectro político que le puede reportar nuevos votantes.

Su estrategia ha dado resultado: contra todo pronóstico y a pesar de las amenazas de Oriol Junqueras, celebró el 9N. Fue un punto de inflexión, a pesar de que le costó la ruptura del pacto que tenía con los republcianos, que se negaron a votar a favor de los presupuestos e hizo falta un nuevo periodode negociaciones para alumbrar un nuevo pacto hasta el 27 de septiembre, fecha de las autonómicas. “Lo había prometido y tenía que cumplirlo”, justifican desde CDC. A partir de esa consulta, ERC entró en declive total y continúa bajando, mientras CiU recupera votos con la misma rapidez. Los balbuceos de la dirección de Esquerra han provocado que muchos de los votantes que había robado de las filas convergentes vuelvan ahora a su posición original. Ha sido el gran éxito de Mas.

El president, sin embargo, no se fía de la recuperación. Las encuestas internas con que cuenta le dan una ventaja considerable respecto a ERC, cuando hace sólo unos meses todos los sondeos daban a los republicanos como ganadores en las próximas elecciones. “Mas sabe lo que se hace. Hoy por hoy, es el principal activo que tiene Convergència. Sabe modular los tiempos y diseña su estrategia de manera muy personal. En este sentido, cada vez se parece más al Jordi Pujol en sus tiempos de líder indiscutible. De momento, se ha convertido en el referente de todo el proceso. Ya no se habla de la ANC como motor del mismo. Ni se hablará más. Se ha de finiquitar de manera discreta y silenciosa toda la estructura que se había creado. Sólo necesita un poco de silencio y un par de escenificaciones para situarse como único líder del proceso catalán. Y ya tiene las suficientes tablas como para hacerlo de manera indiscutible. De ahí que su opción sea ver, oír, preguntar, callar y actuar”.

El poder es una actividad que parece llevar irremisiblemente al aislamiento personal y profesional. Ésa es la sensación que dan los líderes políticos que ocupan la cúspide de las instituciones. En el caso del presidente catalán, ese aislamiento se acentúa por razones coyunturales, esencialmente la delicada situación política que se vive en la comunidad. Artur Mas sobrevive ahora con los pocos apoyos que le quedan (estamos entrando en la campaña de las municipales y, acto seguido, Cataluña se meteráde lleno en la campaña de las autonómicas de septiembre) y ha reducido hasta elmínimosu círculo de confianza. El sector duro de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ya no domina la escena política, aunque ha ganado peso uno de sus exponentes más notorios: Francesc Homs, que ejerce de portavoz del Gobierno y de consejero de Presidencia.

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