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Una encuesta secreta de Convergència le da a Mas una cómoda victoria sobre ERC
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LA CLAVE DEL ADELANTO DE ELECCIONES EN CATALUÑA

Una encuesta secreta de Convergència le da a Mas una cómoda victoria sobre ERC

Mas obtendría 43 diputados frente a los 30 de ERC. El resultado significa que CiU cae siete escaños más y Junqueras aumenta la representación en nueve

Foto: Artur Mas y Oriol Pujol, al fondo (EFE)
Artur Mas y Oriol Pujol, al fondo (EFE)

El presidente catalán, Artur Mas, está demostrando día a día que cada vez sabe más de política. De hecho, se está convirtiendo en un experto jugador en el terreno de la res publica. Durante los dos últimos años, se ha afianzado la idea de que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) puede ganar las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. Pero cuando hace pocos días Artur Mas firmaba la paz con su rival y socio Oriol Junqueras, presidente de ERC, para fijar la fecha de los comicios, tenía una carta oculta en la manga.

Y no era una carta menor, sino un as. Cierto que la insistencia de Esquerra en que Mas adelantase las elecciones no era del todo inocente: los sondeos vaticinan, al menos, un empate técnico entre CiU y ERC. Algunos incluso le dan la victoria a los republicanos, relegando a los convergentes a un segundo plano, lo que constituiría una debacle histórica de primera magnitud y, probablemente, provocaría la salida fulminante de Artur Mas.

Pero nada es lo que parece. La posibilidad de victoria de ERC se debilita paulatinamente y a tanta velocidad como vuelve a recobrar fuerzas la formación de Convergència i Unió (CiU), que lidera Mas. Y es que el president guarda celosamente una encuesta encargada por su partido que sitúa a CiU muy por delante de ERC: concretamente, indica que Mas obtendría 43 diputados frente a los 30 de su principal rival.

El resultado significa que CiU cae de nuevo 7 escaños más (en el 2012 ya perdió 12 respecto a los que tenía en 2010), mientras que ERC aumenta su representación en nueve diputados. Pero este resultado permitiría a Artur Mas mantener la presidencia de la Generalitat y, lo que es más importante, entre las dos formaciones sumarían 73 escaños, una mayoría absoluta (la cámara autonómica tiene 135 diputados) que les permitiría formar gobierno y tensar la hoja de ruta hacia la independencia. Es preciso resaltar aquí que algunas encuestas sitúan la suma de las dos formaciones en los 66 o 67 escaños, lo que no les permitiría formar gobierno ni aliándose, puesto que necesitan los 68 diputados entre ambos.

Pero, con esos resultados, Mas podría acometer una legislatura aparentemente tranquila –todo lo tranquila que puede resultar con el apoyo de un partido asambleario cuyas bases se pueden permitir el lujo de poner en cuestión la estrategia de la cúpula en cualquier momento–. Y el pisar más o menos el acelerador de la independencia dependería de los acuerdos puntuales a que llegasen CiU y ERC.

El tercer partido, según la encuesta secreta convergente, sería Ciutadans, con 16 o 17 escaños, mientras que Podemos se colocaría como cuarta fuerza, con 10 u 11 diputados. Muy cercanos a este se situarían PSC y PP, con unos 10 escaños cada uno, mientras que la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) tendría de 7 a 8 y, en último lugar, se colocaría ICV, que caería a la mitad de los que tiene ahora y se quedaría sólo con seis. Dejando de lado la importante debacle de PSC (pasa de 20 a 10) y del PP (pasa de 19 a 10), lo curioso es que lo que se ha dado en llamar el bloque soberanista queda más o menos igual. Es decir, la correlación de fuerzas entre independentistas y no independentistas seguiría igual. En la actualidad, CiU, ERC, ICV y la CUP suman 87 escaños. En la nueva composición del Parlament, tendrían el mismo número e incluso podrían bajar un escaño.

Con estos datos en la mano, y una hoja de ruta hecha a su medida, Artur Mas puede afrontar los nueve meses que restan para las autonómicas con una cierta tranquilidad. “El panorama que se presenta es diferente al que existe en la actualidad, porque se abre un periodo en que habrá en el tablero más partidos y, por consiguiente, una dispersión del voto”, explican fuentes de Convergència a El Confidencial. Esa dispersión de voto, y con la ley d’Hondt en la mano, beneficia a CiU.

“Durante los próximos meses, con unos presupuestos pactados, podemos vender la imagen de una Cataluña que funciona –añaden las fuentes–. Somos la comunidad que más crece, la que más reduce el paro y la que capta más inversión extranjera, por mucho que diga el Ministerio de Economía. En estos momentos, se está creando empleo y no hemos salido de la crisis, pero se está comenzando a salir. La gente de la calle todavía está preocupada por estos problemas y a partir de ahora nos centraremos en solucionarlos”.

Estas fuentes vaticinan que el periodo que va hasta las autonómicas será muy duro, especialmente por la utilización que el PP hará de todos los instrumentos a su alcance para desacreditar el proceso. “Los del PP están instalados en la acusación permanente, pero ellos tienen a tres tesoreros encausados y uno en prisión (Luis Bárcenas salió el mismo día en que se realizaban estas afirmaciones). Por eso están muy nerviosos. Y nosotros no, a pesar de que hemos vivido un episodio muy doloroso con la confesión de Jordi Pujol. Nuestro reto ahora es conseguir el objetivo de corrupción cero”.

Otras fuentes de Convergència manifestaron a El Confidencial que también existe otra encuesta no tan generosa que hizo por su cuenta y riesgo un empresario afín al partido. Esta situaba los escaños de los convergentes en unos 38, frente a unos 32 que obtendrían los republicanos. La caída de socialistas, populares y ecosocialistas no es tan acentuada, pero también recoge una importante subida de Ciutadans y de la CUP, así como la irrupción de Podemos como fenómeno electoral del año. Los de Pablo Iglesias crecerían gracias a una bolsa desencantada del socialismo y del independentismo, pero esencialmente a costa de ICV.

Los ecosocialistas, previendo su entrada en barrena, están intentando cerrar ahora pactos con las nuevas formaciones que se están adueñando de la izquierda, especialmente con Podemos y con Guanyem, la formación que lidera Ada Colau, la ex de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). De cara a las municipales, estas tres formaciones (ICV, Podemos y Guanyem) han pactado ya presentarse juntas en Barcelona, lo que le ha costado el cargo al hasta ahora jefe de filas municipal en la capital catalana, Ricard Gomà, que abandona la política. También Jaume Bosch, diputado y uno de los puntales del sector soberanista de ICV, se retirará de la política a finales de esta legislatura.

El presidente catalán, Artur Mas, está demostrando día a día que cada vez sabe más de política. De hecho, se está convirtiendo en un experto jugador en el terreno de la res publica. Durante los dos últimos años, se ha afianzado la idea de que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) puede ganar las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. Pero cuando hace pocos días Artur Mas firmaba la paz con su rival y socio Oriol Junqueras, presidente de ERC, para fijar la fecha de los comicios, tenía una carta oculta en la manga.

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