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CiU ya vela armas ante las elecciones del 27S: “Es la campaña de nuestra vida”
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siete meses de inestabilidad

CiU ya vela armas ante las elecciones del 27S: “Es la campaña de nuestra vida”

Cataluña se enfrenta a partir de ahora a la campaña electoral más larga de su historia, que amenaza con un periodo de inestabilidad de más de medio año

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

Cataluña se enfrenta a partir de ahora a la campaña electoral más larga de su historia. Es esta una verdad incontrovertible que ya ningún partido niega. Lo malo es que Gobierno y oposición se acusan mutuamente de ser los culpables de ir a unas terceras elecciones autonómicas en menos de cinco años. Con este telón de fondo, el primer pleno del Parlamento catalán, celebrado ayer, tras el nuevo pacto entre Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) fue pródigo en reproches, aunque en esta ocasión, y paradójicamente, con menos tensión que otras veces. Incluso el debate sobre los presupuestos ha sido más desangelado que otras sesiones en que los afilados dardos verbales cruzaban masivamente el hemiciclo.

Los esperados rifirrafes entre el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y los principales dirigentes de la oposición fueron de guante blanco, comparados con el pasado. Pero dos fantasmas sobrevolaron el debate continuamente: el pacto soberanista para preparar a Cataluña para la independencia y la larga campaña electoral que se nos avecina, primero con las municipales y luego con las autonómicas del 27 de septiembre… para luego, seguramente, continuar con la campaña de cara a las elecciones generales que Mariano Rajoy ha de convocar.

Francesc Sánchez, responsable de Régimen Interno de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), señala a El Confidencial que, “aunque pueda parecer excesiva, a nosotros no nos parece una campaña excesivamente larga. Al revés. Consideramos que esta es la campaña de nuestra vida. Son las elecciones más importantes que hemos vivido jamás. Y, con este colchón temporal, tendremos tiempo de explicar bien a los ciudadanos por qué queremos ser independientes y cuáles son las ventajas, pero dentro de un debate sereno, abierto y con detalle”.

El dirigente nacionalista señala también que “en realidad, ya estamos en campaña de las municipales. Ahora, nos esperan unos meses muy importantes para todos los partidos. Y por mucho que queramos mantener la diana de la campaña en la labor de los alcaldes a lo largo de esta legislatura y el brutal esfuerzo por mantener el Estado del bienestar, no hay duda de que los temas nacionales tendrán incidencia”.

Reproches mutuos

Pero fue la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, quien azuzó al president con sus recriminaciones de que en cuatro años y nueve meses, Cataluña habrá tenido tres elecciones autonómicas. "No puede ser que sus legislaturas duren sólo 18 meses. Eso no pasa en ningún lugar del mundo. Lo que pasa es que usted está haciendo ya la campaña electoral, la campaña más larga de la historia. Y ello es debido a que no tienen credibilidad, por eso hacen propuestas de campaña y están cerrando unos presupuestos de campaña. ¿De qué, si no, en los presupuestos que presentó al señor Cristóbal Montoro ha desaparecido una partida de 2.183 millones de euros? ¿Es que en los presupuestos que le presenta a ERC le añade esos millones ficticios para contentarles? Porque a Montoro le dice que esos millones no están y a ERC le dice que sí están, aunque provengan de ventas que pretende hacer. Lo que ha hecho usted hasta ahora ha sido una pésima gestión económica y no ha tomado ni una sola medida para rebajar el paro. Con el gasto que ha dedicado usted al Tricentenario, hubiese podido usted pagar la luz y el gas a todos los que lo necesitan en este ejercicio”. “Bien, señora Camacho. Acaba usted de hacer un mitin. Y no le ha salido mal, aunque puede mejorarlo”, acertó a responder escuetamente el president.

El socio intermitente

Hasta el socialista Miquel Iceta le echó en cara su hoja de ruta. Ante la reiterada afirmación de que las elecciones se convocan elecciones para dar la voz al pueblo que no la pudo tener en un referéndum, Iceta le recordó que “unas elecciones no pueden sustituir a un referéndum” y criticó los pactos tacticistas con ERC, a la que se refirió como “el socio intermitente”. El líder del PSC le espetó también: "Si puede hacer una Constitución catalana en seis meses, ¿no podría hacer una Ley Electoral en seis meses?. Es más sencillo”. Incluso le puso encima de la mesa algunas propuestas de ley que los socialistas están dispuestos a negociar. Y es que Cataluña es la única comunidad sin ley electoral propia y ahora Artur Mas y Oriol Junqueras buscan una fórmula con la que soslayar la ley general a la que se han de acoger obligatoriamente. Lo malo es que, como esa ley general depende de Madrid, no la aceptan.

Los republicanos apuntaron hacia la necesidad de avanzar hacia la secesión con paso firme, y ahí aprovechó Artur Mas para sacar pecho y afirmar contundentemente que “este es ya es un Gobierno de transición nacional. Es más: es el Gobierno de transición nacional más potente desde la reinstauración de la democracia”. No en vano, advirtió a la oposición que su gabinete tiene dos líneas de actuación prioritarias encima de la mesa: terminar las estructuras de Estado para ser independientes y consolidar la acción exterior, campo en el que ya ha anunciado la apertura de dos nuevas embajadas en Roma y Viena y otras tres a lo largo del año en China, Europa del Este y una tercera por determinar, bien en África o en América Latina. Mas ratificó lo que el coordinador general de CDC, Josep Rull, dijo a la cúpula nacionalista en el consejo nacional del pasado sábado: la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) y el servicio de acción exterior “son los pilares fundamentales” del camino hacia la independencia. Y en ellos se está volcando ya.

Cataluña se enfrenta a partir de ahora a la campaña electoral más larga de su historia. Es esta una verdad incontrovertible que ya ningún partido niega. Lo malo es que Gobierno y oposición se acusan mutuamente de ser los culpables de ir a unas terceras elecciones autonómicas en menos de cinco años. Con este telón de fondo, el primer pleno del Parlamento catalán, celebrado ayer, tras el nuevo pacto entre Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) fue pródigo en reproches, aunque en esta ocasión, y paradójicamente, con menos tensión que otras veces. Incluso el debate sobre los presupuestos ha sido más desangelado que otras sesiones en que los afilados dardos verbales cruzaban masivamente el hemiciclo.

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