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PIDE SER EL LÍDER DE LA LISTA UNITARIA

Mas eleva sus exigencias a ERC para intentar evitar unas elecciones plebiscitarias

El fantasma de unas plebiscitarias catalanas se aleja por momentos. Artur Mas tiene muy claro lo que le conviene y no va a ponérselo fácil a sus rivales

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras, observa al presidente catalán Artur Mas durante una sesión del Parlamento de Cataluña (Reuters).
El líder de ERC, Oriol Junqueras, observa al presidente catalán Artur Mas durante una sesión del Parlamento de Cataluña (Reuters).

El fantasma de unas elecciones plebiscitarias en Cataluña se aleja por momentos. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, tiene muy claro lo que le conviene y no va a ponérselo fácil a sus rivales: su estrategia es plantear condiciones inasumibles, especialmente al republicano Oriol Junqueras, para atar en lo posible su victoria en las urnas y neutralizar el efecto Esquerra, es decir, el avance electoral de ERC en unas hipotéticas elecciones anticipadas.

O sea, sí, pero no. A Mas no le interesan elecciones cuanto antes. ¿Y cómo se lo hace comprender a Junqueras? Con indirectas, claro. Por eso, a pesar del sprint de Esquerra Republicana, CiU cree tener en sus manos el antídoto para frenar el ímpetu de Junqueras, materializado el miércoles por la noche en la presentación de un manifiesto con la hoja de ruta a corto plazo que quieren imponer los independentistas: elecciones constituyentes, gobierno de concentración, Constitución catalana, referéndum para ratificarla y proclamación de la República catalana.

“No todo es tan sencillo. Nadie puede pensarse que al día siguiente de unas elecciones plebiscitarias podemos ser ya independientes, porque tras unas elecciones, y en caso de que los ciudadanos diesen su apoyo a esa opción, comenzaría un largo proceso para alcanzar la plena independencia. Incluso en el caso de que fuera una separación amistosa con el Estado español, habría que hablar del reparto de activos y pasivos y eso llevaría un tiempo, así como la puesta en funcionamiento de las estructuras de Estado”, señalan a El Confidencial fuentes de CiU.

Unió rompería

Pero ya no es sólo eso, la federación nacionalista se encontraría con una escisión en su seno: Unió Democràtica (UDC) rompería el tradicional pacto que mantiene desde hace más de tres décadas y una parte de los militantes convergentes, que no son partidarios de la independencia, le darían la espalda. Por si fuera poco, las encuestas vaticinan una debacle de los nacionalistas y un auge paralelo de los republicanos, que podrían duplicar representación (o sea, pasar de 21 a una cuarentena de escaños) mientras que Mas pasaría de los 50 diputados que tiene a solo una treintena.

Ante ello, la carta en la manga del presidente de la Generalitat es una oferta que sus principales rivales se vean obligados a rechazar. Para empezar, Mas reclama ahora el protagonismo del proceso catalán. “Se lo ha ganado a pulso”, justifican desde la cúpula de Convergència.

El referéndum que no se hizo

Por ello, quiere que ERC, en vez de marcar la agenda y decir cuándo y cómo se han de hacer unas elecciones, se pliegue a los tiempos que le marca el president. “Si se convocan elecciones, éstas han de convertirse en un referéndum, el referéndum que no pudimos hacer hasta ahora”, advierte a este diario un alto dirigente convergente. De ahí que Mas agote todas las demás vías. Con la carta enviada al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quema una de esas etapas y, además, como sabe que no le va a hacer caso, “nos cargamos de razones para tomar cualquier iniciativa futura, ya que el Estado no quiere negociar y cierra todas las puertas al diálogo”.

A partir de ahí, la propuesta que el líder convergente pone encima de la mesa es que “no se puede quemar la baza de unas elecciones plebiscitarias en vano. Unas elecciones de este tipo han de tener unas características especiales y todos hemos de hacer sacrificios si cogemos ese camino”. Según explican fuentes de la dirección de Convergència a El Confidencial, la intención de Artur Mas es que “se ha de dar una imagen inequívoca al mundo entero. Es muy importante que en el panorama internacional no tengan dudas de las propuestas que se hacen desde Cataluña. Por tanto, ha de haber una lista única y un solo punto en el programa: la independencia”.

Ello se debe, según estas fuentes, a que “si a las elecciones concurren muchas fuerzas políticas, aunque todas ellas adopten el punto programático de que se comprometen a proclamar la independencia en caso de ganar, esta propuesta quedaría diluida. Cualquiera podría decir, y con razón, que a las diferentes fuerzas políticas las votaron por otros puntos que lleven en sus respectivos programas. En cambio, si todas concurren bajo unas mismas siglas y sólo llevan un punto en su programa, el mensaje que se da a la comunidad internacional es inequívoco y muy potente”.

Pero en las filas republicanas esta propuesta se ve con desconfianza. Para empezar, un programa sin reivindicaciones y promesas sociales queda descafeinado y es poco creíble. También representaría un cheque en blanco de los ciudadanos a una candidatura cuya acción de gobierno es una incógnita. Las intenciones de ese Ejecutivo en el campo económico, fiscal, social, familiar o laboral no se detallarían y dejarían a lalista elegida con plenos poderes para plantear cualquier programa de Gobierno.

Pero, además, dicen en ERC que lo que pretende Mas es asegurarse él la cabeza de lista para repetir como presidente de la Generalitat. Y los republicanos no están dispuestos a ponérselo fácil. Saben que, tarde o temprano, Mas va a tener que convocar elecciones y que Esquerra las ganará, por lo que no transigirán en ese punto. A partir de la primavera próxima, si Artur Mas no ha convocado comicios antes, comenzarán a apoyar movilizaciones en las calles para exigir elecciones ya. Y con eso esperan poder mantener, al menos, el desgaste de CiU para que no levante cabeza antes de los próximos comicios autonómicos.

El fantasma de unas elecciones plebiscitarias en Cataluña se aleja por momentos. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, tiene muy claro lo que le conviene y no va a ponérselo fácil a sus rivales: su estrategia es plantear condiciones inasumibles, especialmente al republicano Oriol Junqueras, para atar en lo posible su victoria en las urnas y neutralizar el efecto Esquerra, es decir, el avance electoral de ERC en unas hipotéticas elecciones anticipadas.

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