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Mas y Junqueras pactaron el jueves estirar una escenificación simbólica de referéndum
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ERC RECONOCE QUE LA CONSULTA ES IMPOSIBLE

Mas y Junqueras pactaron el jueves estirar una escenificación simbólica de referéndum

Mas y Junqueras pactaron el pasado jueves forzar al máximo la escenificación simbólica de un referéndum el 9 de noviembre en Cataluña carente de validez legal

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras. (Reuters)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras. (Reuters)

El presidente catalán Artur Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras, pactaron el pasado jueves forzar al máximo la escenificación de un referéndum el 9 de noviembre en Cataluña, conscientes todas las partes de que se trataría de una representación simbólica carente de cualquier validez legal, según han explicado fuentes de los asistentes a la reunión que se mantuvo a puerta cerrada en el Palau de la Generalitat, un día después, el viernes, y de la que han trascendido pocos detalles.

Este fue el principal acuerdo, pero no el único: se coincidió también en dar una imagen de unidad con la foto final a las diez de la noche del pasado viernes y los partidos asistentes: CDC, Unió, ERC, ICV y las CUP. Y sus líderes se conjuraron para que todos fueran conscientes de que, si cualquiera se levantaba de la mesa de negociación, se rompería el denominado ‘proceso’, los pasos políticos encaminados a conseguir la independencia de Cataluña. Incluso se responsabilizaría a esa formación, por parte del resto, del fracaso político que ello supondría.

Por tanto, se retomó la campaña oficial por el 9-N, como pretendía ERC, con la argucia de que se informaba de la suspensión de la misma por parte del Tribunal Constitucional, y se nombró la comisión de control de la consulta. Ambos gestos buscaban apaciguar a los republicanos y poder salvar una unidad que saltaba por los aires.

Los de Unió, representada por Ramon Espadaler, también titular de la conselleria de Interior, fueron los que se mostraron más incómodos en el encuentro y los que más énfasis pusieron en el cumplimiento de la legalidad.

En cambio, CDC lo que quería sobre todo eran garantías de una candidatura unitaria en caso de ir a unas anticipadas en febrero. Pero Junqueras, una vez más, y con la demoscopia a favor, no quiso comprometerse. En todo caso, su victoria fue no concretar los plazos. De manera que para los republicanos alargar la tensión al máximo quiere decir no reconocer que la consulta carecerá de valor legal hasta pocos días antes del 9 de noviembre, mientras que como ha señalado el propio conseller de la Presidencia y también asistente a la cumbre del viernes, Francesc Homs, para los convergentes esto significa mediados de octubre. Otro punto de tensión que prueba que la unidad exhibida por los independentistas es más ficticia que real.

Simbolismo sin votación

Podría entenderse que Mas no se apuntó ningún éxito en la cumbre pero no es así. En la práctica Junqueras y los republicanos aceptaron en privado lo que se niegan a reconocer en público: que lo que habrá el 9-N en Cataluña no será una consulta con validez legal, sino su representación. El 9 de noviembre se convertirá en una masiva manifestación a favor de votar pero no un refrendo que pueda tener un mínimo reconocimiento internacional. Un acto simbólico, pero no una votación.

Es decir, a su manera Mas impuso su tesis de "el 9 de noviembre o votaremos o votaremos", que como en el caso de "OTAN, de entrada no" de Felipe González en 1982, quiere decir que o se vota la consulta o se vota en la autonómicas, una lectura muy alejada de las pretensiones rupturistas de Junqueras.

Tensiones en ICV

Por su parte, en ICV también hay tensiones. Una buena parte de su electorado no es independentista, como puso de manifiesto su representante, Joan Herrera. Esto también se reflejó en la práctica, cuando el catedrático de Derecho de la UAB, Joaquim Brugué dimitió como miembro de la comisión de control de la consulta, equivalente a la Junta Electoral, por considerar que el proceso carecía de las mínimas garantías.

Con todo, más allá de las fotos, los partidos catalanes proconsulta quedaron seriamente divididos. Y como señalan fuentes de CDC, quedó el poso del convencimiento de que en ERC priman los intereses electorales más allá de la cacareada unidad en favor de una futura Cataluña independiente. Ni que decir tiene que la CUP insistió que la independencia sólo es un paso para que la izquierda consiga el poder en Cataluña.

Es difícil sabe en qué grado todos estos hechos irán saliendo a la luz. Dependerá en buena manera de la habilidad de Artur Mas para conseguir que ERC acepte una lista única encabezada por él mismo y que incluya personalidades sociales y culturales de todo tipo. Por ahora, las posturas siguen muy, muy alejadas.

El presidente catalán Artur Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras, pactaron el pasado jueves forzar al máximo la escenificación de un referéndum el 9 de noviembre en Cataluña, conscientes todas las partes de que se trataría de una representación simbólica carente de cualquier validez legal, según han explicado fuentes de los asistentes a la reunión que se mantuvo a puerta cerrada en el Palau de la Generalitat, un día después, el viernes, y de la que han trascendido pocos detalles.

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