Mas y Junqueras esquivan la comparecencia de Pujol rumbo al desafío de mañana

La comparecencia del expresidente catalán, Jordi Pujol, esta tarde en el Parlament, será el penúltimo looping en la montaña rusa sin fin en la que se ha convertido la política catalana. En todo caso, todo parece muy pactado entre el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras para que el proceso soberanista siga hasta el 9N, según explican fuentes políticas cercanas a CiU y a los republicanos.

Fuentes cercanas a Pujol avanzan que el fundador de CDC se centrará en su defensa. Y por mucho que haya grandes expectativas no hay que olvidar que otros en situaciones tanto o más difíciles salieron a hombros de una comparecencia en la cámara catalana. Y si no, que le pregunten a Manuel Pizarro en la época que era presidente de Endesa, en 2007, que llegó a redoble de tambor y al final sólo le faltó pedir a los diputados que le trajesen otra botella de agua.

Mas y Junqueras pactaron el calendario de estos días y, lo que es más importante, su escenificación, durante una comida el pasado miércoles 17 de septiembre en el Parlament. Y para ambos la comparecencia de Pujol no fue la parte más importante. Para ambos políticos mucho más clave es la firma de la convocatoria, que se hará mañana en el Palau con toda la solemnidad, en el Salón Torres García, con presencia del propio Junqueras y con una declaración institucional, investida de la mayor pompa. También se prepara una entrevista por la tarde en TV3 para explicar la situación a los catalanes y que pilotará Mònica Terribas.

Fuentes políticas de ambas formaciones señalan que en esta comida se analizó la posible entrada de ERC en la Generalitat y bajo qué condiciones. Mas sigue sin querer sacar las urnas a la calle. Pero podría haber otros precios, como que la campaña institucional que Mas arranque el mismo sábado, siga en marcha pese a que el Tribunal Constitucional (TC) suspenda la Ley de Consultas, como está previsto que pase en pocos días. Mantener esta campaña podría ser una escenificación necesaria para que ERC se sienta cómoda y apoye a Mas hasta el final.

Solidez a toda prueba

Por tanto, la solidez del pacto ERC-CiU no se debilitará por la comparecencia de Pujol esta tarde. Acabe como acabe. Como prueba, ERC es la única formación que no ha puesto a un primer espada a interrogar a Pujol. Lo hará la diputada de ERC, Gemma Calvet. Junqueras ya le ha advertido a Mas que se actuará con “contundencia”, pero intentando lo mismo que quiere CiU, que no se abra una comisión de investigación en la cámara catalana que haga insoportable lo que quede de legislatura.

En cambio, CiU envía a Jordi Turull, presidente del grupo en el Parlament. PSC, por su parte, estará representado por su máximo líder, Miquel Iceta; lo mismo que las CUP, que ha escogido para interrogar a Pujol a David Fernández, sí, el mismo que amenazó al ex presidente Rodrigo Rato con una sandalia. Del PP sólo se sabe que no lo hará Alicia Sánchez-Camacho, para evitar que le salpique el caso de las grabaciones de La Camarga.

Pujol juega en casa

También hay que tener en cuenta que Pujol juega en casa. Tiene 83 años muy bien llevados. Se conoce todas las tretas parlamentarias. Y la motivación de defender a su familia cuenta a su favor. Así que habría que evitar un entierro precipitado, pese a que haya confesado que sus hijos y esposa tenían cerca de 5 millones en Andorra sin declarar.

Jordi Pujol sólo es un giro más en el calendario de la montaña rusa. El sábado se desatará toda la maquinaria del Estado para parar la consulta, empezando por la reunión del Consejo de Estado. Y el lunes en Barcelona se presentará el libro blanco del proceso soberanista de cómo se ha de implementar la independencia, por parte del Consell Assessor de la Transició Nacional. Lo dicho, cada día un looping.