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DOS ‘BARONES’ SE DISPUTAN LA CANDIDATURA

Los últimos de Carod Rovira plantan cara a Junqueras en ERC para controlar Barcelona

Dos barones de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se disputarán la candidatura a la alcaldía de Barcelona: Alfred Bosch y Oriol Amorós

Foto: Oriol Junqueras y Alfred Bosch, en una foto de archivo. (Efe)
Oriol Junqueras y Alfred Bosch, en una foto de archivo. (Efe)

Dos barones de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se disputarán la candidatura a la alcaldía de Barcelona en las municipales del año que viene en unas primarias que serán poco menos que históricas. Los republicanos manejan datos que apuntan a un alto grado de posibilidades de que puedan gobernar la capital catalana, al sufrir un importante descalabro Convergència i Unió (CiU) y no remontar los socialistas. “Ya hemos tenido la alcaldía de Barcelona en tres ocasiones, la primera hace casi 110 años y dos veces más en la República,y ahora nos enfrentamos a la recuperación de esta importante plaza. Será un hecho histórico”, asegura a El Confidencial una fuente de la formación republicana.

La intención de la nueva dirección de Esquerra era completar la renovación total del partido y, para ello, debía caer el sempiterno candidato a la alcaldía de Barcelona, Jordi Portabella. El método para ello fue la convocatoria de unas primarias, ante las que Portabella no tenía nada que hacer. Es más: declinó participar en las mismas.

Según manifestaron fuentes de ERC a este periódico, ello coincidió con la petición que Alfred Bosch, portavoz de Esquerra en el Congreso de los Diputados, hizo al presidente republicano, Oriol Junqueras, para ser alcaldable. “Oriol le dijo que estaba de acuerdo, pero que él apoyaría al que eligiesen los militantes en unas primarias. La decisión de que Bosch venga a Barcelona es suya, ya que había grupos de militantes que se lo pedían y él considera que su trayectoria en el Congreso tiene ya poco recorrido, habida cuenta de los juegos de mayorías que hay en Madrid”.

Bosch es un profesor de universidad muy integrado en el tejido social barcelonés y que conoce la ciudad como la palma de su mano. Presentó su candidatura en un acto el pasado jueves, arropado por el que fuera presidente de Esquerra Jordi Carbonell y por el también diputado Joan Tardà. Nadie duda de que es el hombre del aparato, la persona llamada a terminar la renovación de los cuadros dirigentes de ERC iniciada hace un par de años, cuando Junqueras tomó las riendas del partido.

El enfado de Amorós

Cuando hace unos días Bosch se posicionó para concurrir a las primarias, ofreció el número 2 a Oriol Amorós, vicesecretario general de Comunicación y Estrategia y portavoz adjunto del grupo de Esquerra en el Parlamento catalán. El enfado de Amorós fue de órdago. Tanto que anunció inmediatamente que él también concurriría y se adelantó a Bosch convocando el acto de presentación de su candidatura un día antes. Entre sus apoyos, evidentemente, cuenta con Jordi Portabella, el hasta ahora hombre fuerte de ERC en Barcelona.

Pero lo que se dirime en la ciudad de Barcelona es algo más que la candidatura a la capital catalana. Alfred Bosch representa la renovación, la nueva savia de Esquerra, mientras que Amorós es el último reducto de la vieja guardia republicana. Y no sólo eso: primero, fue el protegido del propio Portabella en la Federación de Barcelona de Esquerra, la cual llegó a presidir entre 2004 y 2011 (y desde 2000 hasta 2004 había sido secretario de Organización). Y ahí entraron en juego los delicados equilibrios internos en la formación: Portabella y Barcelona eran un contrapeso a la dirección oficialista encabezada por Joan Puigcercós y Joan Ridao como presidente y secretario general respectivamente. Por ello, en la última etapa del Tripartito, este sector trabó alianza con Josep Lluís Carod-Rovira, entonces en la vicepresidencia de la Generalitat y enfrentado a los oficialistas.

placeholder Joan Puigcercós y Joan Ridao. (Efe)

En la última etapa del Tripartito, Amorós ofició como secretario de Inmigración de la Generalitat y estaba claramente alineado con Carod, aunque en el momento en que cambió la dirección supo maniobrar para acercarse al oficialismo de Oriol Junqueras y Marta Rovira, compañera suya en aquel Gobierno. De hecho, le ayudó la circunstancia de que Carod había sido arrinconado por la dirección republicana.

“Amorós siempre se ha movido bien en el partido y ha sabido estar en el sitio correcto para tener su carguito”, explica a este diario un veterano dirigente de ERC. Como protegido de Portabella, ya había ocupado cargos de responsabilidad y, entre otros, fue adjunto a la presidencia del Zoo de Barcelona entre los años 2000 y 2003. Desde ese año, concurrió siempre en las listas al Parlamento catalán en una posición en que tenía asegurado el escaño, pero también dirigió todas las campañas de Portabella en Barcelona desde 1999 a 2011.

“Primero tenemos que cambiar nosotros”

En el gran cambio de estrategia tras el Tripartito, el sector de Carod supo estar a la altura de las circunstancias e intentar acercarse al poder. Pero Oriol Junqueras ha ido trabajando pacientemente estos años para controlar los resortes de la formación. Y Barcelona es crucial en esa estrategia. “Barcelona no es sólo la capital de Cataluña: el alcalde de Barcelona es la segunda autoridad del país. Y, por si fuera poco, es todo un símbolo internacional”, dijo Jordi Carbonell en el acto de presentación de Bosch. Pero hay una frase del candidato que resume aún más la filosofía de este enfrentamiento: “Para cambiar Barcelona, primero tenemos que cambiar nosotros”. Se refería, claro está, a los cuadros, el estilo y la estrategia de Esquerra en la capital catalana.

La batalla de Barcelona, pues, es algo más que el intento de recuperar la ciudad de Barcelona para los republicanos. En estas primarias se dirime la posibilidad de que Oriol Junqueras controle, por fin, todo el partido, o tenga en la capital catalana a un puñado de irreductibles que le puedan hacer sombra y contrapeso político dentro de ERC. Y Bosch ya tiene experiencia en estas lides: para concurrir al Congreso de los Diputados, le ganó las primarias al mismísimo Joan Ridao. Ahora se prepara para conquistar el último reducto de los irreductibles.

Dos barones de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se disputarán la candidatura a la alcaldía de Barcelona en las municipales del año que viene en unas primarias que serán poco menos que históricas. Los republicanos manejan datos que apuntan a un alto grado de posibilidades de que puedan gobernar la capital catalana, al sufrir un importante descalabro Convergència i Unió (CiU) y no remontar los socialistas. “Ya hemos tenido la alcaldía de Barcelona en tres ocasiones, la primera hace casi 110 años y dos veces más en la República,y ahora nos enfrentamos a la recuperación de esta importante plaza. Será un hecho histórico”, asegura a El Confidencial una fuente de la formación republicana.

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