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La agresión a Pere Navarro provoca una honda brecha entre los partidos catalanes
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LO ACUSAN DE UTILIZAR EL PUÑETAZO POLÍTICAMENTE

La agresión a Pere Navarro provoca una honda brecha entre los partidos catalanes

La agresión este fin de semana al líder de PSC, Pere Navarro, ha provocado una enorme brecha política entre los partidarios y los detractores del referéndum

Foto: Elena Valenciano y Pere Navarro en el acto 'El futuro de Europa'. (EFE)
Elena Valenciano y Pere Navarro en el acto 'El futuro de Europa'. (EFE)

La agresión este fin de semana al líder del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Pere Navarro, ha provocado una enorme brecha política entre los partidos partidarios y los partidos detractores del referéndum independentista del 9 de noviembre. La brecha política se agranda por momentos y hay partidos que están ya a un lado de la misma y partidos que están al otro lado. Esa tensión no ha bajado aún a la sociedad, pero los mensajes van calando poco a poco: los nacionalistas e independentistas acusan a los socialistas de utilizar política y torticeramente la agresión a su máximo líder y desde el resto de fuerzas se responde con el argumento de que el suceso es un síntoma de que algo va mal.

Hay dos detalles que se resaltan desde la cúpula del PSC: el primero, que el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, ni condenó la agresión ni se puso en contacto con Navarro. Por otro lado, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, sólo envió ayer un mensaje de móvil al líder socialista. “Es un mensaje atípico, muy educado pero sin nada más”, subrayan estas fuentes.

En este contexto se da especial relieve a la reacción oficial de ERC, aunque el mismo domingo tanto la agrupación local de Terrassa (donde tuvo lugar la agresión) como el diputado autonómico Pere Aragonès o el diputado en el Congreso Alfred Bosch denunciaron la violencia.

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El presidente de la generalitat, artur mas (c), oriol junqueras (erc) (2d), joan herrera (icv) (d), la portavoz del govern, joana ortega (2i) y francesc homs (i). (efe)

Ayer, el candidato republicano en las europeas, Josep Maria Terricabras, se limitó a condenar el puñetazo a Pere Navarro pero subrayó que “es un acto aislado del que no se puede sacar ninguna conclusión”. ¿Crispación? Nada de nada. En Cataluña, esa palabra no se conjuga porque ha habido actos importantes como las grandes manifestaciones de la Diada y no pasó nada. La frialdad de Terricabras es también un síntoma del cabreo que existe en la calle Calabria (donde está la sede de ERC) por la magnificación de la agresión a Navarro.

Recordó también el republicano que el propio Bosch fue agredido antes de las últimas elecciones autonómicas y Esquerra no utilizó políticamente ese hecho. Por tanto, vino a decir que Navarro debería estarse callado y no armar más jaleo.

Los dos lados de la brecha

Justamente lo contrario de lo que piensan los socialistas. “Es que en este país, al que le pegan tiene la culpa”, se queja un miembro de la cúpula del PSC a El Confidencial.”¿Que no hay crispación? Ya se ve que sí que hay, especialmente en algunos sectores. Es un monstruo que están alimentando algunos de los que no hace falta decir el nombre” añade otra fuente. El propio Navarro señaló ayer a dos emisoras de radio que la agresión que padeció es “un síntoma” del “clima de crispación política” y que ésta “va en aumento”. La mujer que le agredió, según el líder del PSC, “vivía una opción con un cierto fanatismo”.

Desde el otro lado de la brecha, no obstante, le acusan de mezclar gratuitamente la agresión con el proceso independentista. El secretario de Organización de Convergència, Josep Rull, volvió a insistir en su postura, ya manifestada por Twitter el domingo por la tarde: “CDC condena rotundamente la agresión, pero de un hecho puntal no se puede extraer una categoría”, dijo, alineándose así con las tesis de ERC. Rull rechazó que haya crispación y problemas de convivencia en la sociedad catalana. “En Terrassa, si hay un local que haya sido agredido muchas veces, es el de CDC y nunca hemos planteado que ello responda a una tensión que esté viviendo el país”, aseguró tratando de restar importancia a la agresión.

Pero el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, fue quien salió en tromba contra el socialista, criticando que vincule el puñetazo con el proceso soberanista. Incluso el consejero de Agricultura, el democristiano Josep Maria Pelegrí, pidió no hacer interpretaciones políticas del tema ni instrumentalizarlo políticamente.

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Por el contrario, la cabndidata del PSOE a las europeas, Elena Valenciano, que ayer fue entronizada en Cataluña por el propio Navarro, salió en defensa de éste y enfatizó que ha visto “tensión” en la situación política de Cataluña y que los políticos tienen la obligación de hacer algo para rebajarla. Luego, claro, barrió para casa y elogió al líder del PSC porque ante las posturas inmovilistas de todos los actores (nacionalistas y Gobierno catalán por un lado y Gobierno central y PP por el otro) es el único que trabaja para tratar de “encontrar espacios de acuerdo” y por ser el único que tiende puentes entre Cataluña y el resto de España.

Denuncia ante los Mossos

Navarro, sin embargo, fue claro y conciso ayer a la hora de radiografiar la realidad catalana: los socialistas han notado en los últimos tiempos insultos, miradas de odio y, finalmente, se produjo esta agresión. “Es anecdótica, pero es un síntoma. Cuando determinados partidos alimentan un discurso que no es el diálogo, y se enrocan en sus posiciones, hay personas que son muy sensibles y se fanatizan”, enfatizó.

Fuentes socialistas manifestaron también a este diario que durante los últimos meses Pere Navarro ha recibido multitud de amenazas a través de las redes sociales. “No ha recibido ninguna en su teléfono movil, como se ha dicho, porque de otro modo ya las hubiéramos denunciado ante la Policía. Pero sí a través de Twitter. Muchos exaltados le desean la muerte, le instan a irse de Cataluña o le amenazan con otras acciones”. Ayer por la tarde, sin embargo, sí oficializó ante los Mossos d’Esquadra una denuncia contra la mujer que lo agredió el domingo. “No tenemos ninguna esperanza de que se pueda llegar a conocer su identidad, pero queremos que quede constancia”, explican las mismas fuentes.

En las filas del PSC, por otra parte, han sentado mal las frías valoraciones de los dirigentes nacionalistas e independentistas. Es un dato más que avala la brecha política que día a día se va ensanchando más. Sin embargo, eliminan de ese frente a ICV, puesto que sus dos máximos dirigentes, Joan Herrera y Dolors Camats, llamaron a Pere Navarro para solidarizarse con él y condenar la agresión. Y, por supuesto, al PP y a Ciutadans, que le manifestaron su apoyo desde el primer momento.

Ahora sólo falta saber una cosa: si todavía se está a tiempo de frenar esa brecha y aplicarle la correspondiente sutura.

La agresión este fin de semana al líder del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Pere Navarro, ha provocado una enorme brecha política entre los partidos partidarios y los partidos detractores del referéndum independentista del 9 de noviembre. La brecha política se agranda por momentos y hay partidos que están ya a un lado de la misma y partidos que están al otro lado. Esa tensión no ha bajado aún a la sociedad, pero los mensajes van calando poco a poco: los nacionalistas e independentistas acusan a los socialistas de utilizar política y torticeramente la agresión a su máximo líder y desde el resto de fuerzas se responde con el argumento de que el suceso es un síntoma de que algo va mal.

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