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Un informe alerta a Mas de que Cataluña no tiene expertos en aduanas y debería ficharlos
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Un informe alerta a Mas de que Cataluña no tiene expertos en aduanas y debería ficharlos

El Consejo Asesor para la Transición Nacional alerta en un informe que la Generalitat carece de expertos aduaneros para controlar el comercio exterior

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

Si no hay efectivos, hay que encontrarlos como sea. El caso es estar preparados para lo que pueda suceder. El Consejo Asesor para la Transición Nacional, que preside el jurista Carles Viver Pi-Sunyer, alerta en uno de sus informes al presidente catalán, Artur Mas, que la Generalitat carece de expertos aduaneros para hacerse cargo del control del comercio exterior en el caso de que Cataluña se haga independiente. Y eso no puede ser: hay que ponerle remedio.

En uno de los apartados del informe, los expertos afirman que “es preciso estar preparados para hacer frente a un eventual bloqueo por parte de las autoridades españolas en los primeros momentos del despliegue de la Administración tributaria de Cataluña”. Y propone ofrecer unas “buenas condiciones” a los actuales técnicos de la AEAT para que se pasen con armas y bagajes a la Administración de la Generalitat. Además, especifica: “En previsión de que no se obtenga la colaboración del Estado español, la Generalitat habría de dirigirse a otros Estados miembros de la UE para que le faciliten los técnicos que, en caso de necesidad, podrían poner en funcionamiento el dispositivo informático y formar al personal procedente del sector privado”.

Porque el que tiene el dinero tiene el poder y el control. “Entrados en el siglo XXI, el poder fiscal ya no se fundamente exclusivamente en el control del territorio, sino en la explotación y la gestión de los datos personales y, sobre todo, económicos de la población. Por tanto, el objetivo estratégico de la Generalitat de Cataluña ha de ser el acceso a esta información, pues sin ella no es posible articular una política tributaria propia”, enfatiza el informe "La administración tributaria de Cataluña".

Un censo para imponer impuestos

La prioridad que tiene el Gobierno catalán en estos momentos es conseguir una base de datos fiable, tanto para utilizarla en el referéndum que Mas ha convocado para el 9 de noviembre como para sentar las bases de un fisco exclusivamente catalán. “Sin disponer de una base de datos preparada para recibir el inmenso flujo de información derivado de la gestión de los diferentes impuestos que pagan los contribuyentes catalanes, no será posible asumir la condición de autoridad fiscal del futuro sistema tributario de Cataluña. En este caso, el tiempo es un factor esencial, pues la creación de los programas de tratamiento de datos y otros dispositivos de gestión de la información requieren un largo periodo para el estudio, diseño, preparación y prueba de los equipamientos y procedimientos operativos, antes de su definitiva implantación”.

El conseller de Economía y Finanzas, Andreu Mas-Colell. (EFE)El Consejo Asesor detalla, asimismo, diferentes estrategias para conseguir los datos de los contribuyentes. “Una es pedir la información a la AEAT, ya sea por medio de su integración en el Consorcio Tributario de Cataluña, ya sea como resultado del proceso de distribución de activos y pasivos posterior a la constitución del Estado propio, al que también dedicaremos un informe específico. La otra vía es pedirla directamente a los propios contribuyentes, que son los legítimos titulares”.

La campaña ciudadana

En cualquier caso, subraya el informe, “y a pesar de las evidentes dificultades logísticas derivadas de la falta de colaboración de la AEAT, la prioridad de la Generalitat de Cataluña ha de ser la de preparar su propio censo de contribuyentes y, por eso, si el Estado español no le cede la información que necesita, puede aprovechar la que se encuentra dispersa en las diferentes bases de datos a las que se puede acceder sin autorización explícita, y completarla con una campaña social dirigida a que sean los propios ciudadanos y empresas de Cataluña las que voluntariamente faciliten a la Generalitat una copia de las declaraciones que presenten a la AEAT. La eficacia práctica de esta última medida dependerá, naturalmente, del grado de colaboración que aquéllos estén dispuestos a prestar”.

El informe es meridianamente claro cuando afirma que “la falta de entendimiento con las autoridades españolas no impide que las instituciones de la Generalitat de Cataluña no puedan adoptar unilateralmente medidas dirigidas a preparar el escenario de la soberanía fiscal”. Por ello, tiene un capítulo dedicado a Estrategias y medidas que puede adoptar unilateralmente el Govern de la Generalitat y que se pueden aplicar tanto en un escenario de no colaboración con el Estado español como, en algunos casos, en un escenario de colaboración. Un título digno del Relato de un náufrago… de García Márquez… por su longitud, claro.

El consorcio con las diputaciones

Otra de las medidas urgentes que proponen es crear el Servicio de Informática Tributaria de Cataluña “dotándolo de recursos humanos y económicos suficientes para plantificar y poner en práctica los canales de obtención de información y los programas de explotación y tratamiento de los datos fiscales de los contribuyentes”.

El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre. (EFE)Y una más es la constitución de un consorcio con las diputaciones catalanas, que está a punto de materializarse. El 19 de septiembre del 2012, el Gobierno de Artur Mas ya firmó un primer convenio marco con las cuatro diputaciones en el que se recogía ya la intención de constituir dicho consorcio, que unificaría las redes fiscales de las corporaciones locales y de la Generalitat. “En un primer momento, también se podría encargar a las Diputaciones, de manera transitoria y mediante un convenio con la Generalitat, la recaudación ejecutiva de los tributos de esta última (ahora en manos de la AEAT), utilizando de forma integrada los sistemas informáticos existentes”. Este consorcio sería la auténtica Hacienda catalana temporalmente (mientras se van formando e incorporando los funcionarios de la ATC) si se llega a la soberanía fiscal.

El fisco catalán se completaría con la creación de varios organismos más, como el Consejo Fiscal de Cataluña, la Junta de Tributos de Cataluña y el Instituto de Estudios Tributarios de Cataluña. Claro que para ello le falta una pieza básica: el Banco Central de Cataluña, que sería quien, a la postre, gestionaría todos los impuestos de los contribuyentes. “Por esto, es preciso iniciar los preparativos que permitan impulsar la creación de una entidad de crédito de carácter público que pueda asumir la condición de autoridad del sistema financiero de Cataluña y centralizar los ingresos públicos procedentes de la aplicación del sistema tributario catalán”.

Los empresarios, determinantes

Además, teniendo en cuenta el modelo económico y social de la comunidad, el consejo afirma en su estudio que “en esta fase del proceso, sería conveniente crear una comisión de expertos que estudien la combinación de impuestos y tasas que mejor se ajusta a las características del tejido económico y social de Cataluña, con el fin de disponer de una referencia clara en el momento de crear el sistema tributario catalán”. De sus informes, saldrían más adelante las leyes que configurarían la política fiscal de la Cataluña independiente.

Lo que tienen claro es que, aunque en un primer momento se puede aprovechar la estructura de la AEAT, todo el sistema se ha de cambiar y se ha de visualizar fehacientemente. Para ello, subraya el informe, “sería preciso presentar a la sociedad catalana el compromiso del Govern de la Generalitat en el diseño de un nuevo marco de relaciones entre los contribuyentes y la Administración tributaria que supere y mejore el régimen jurídico que hoy les impone el Estado español”. Y aconsejan comenzar ya a redactar la futura Ley General Tributaria de Cataluña, el Estatuto del Contribuyente Catalán y la tipificación de las infracciones y sanciones. “De esta manera, la sociedad catalana podrá percibir no sólo la determinación política de avanzar en la construcción de la Administración tributaria del Estado propio, sino también cuáles serán sus derechos y deberes como contribuyentes de Cataluña”.

Pero el futuro no es nada halagüeño. El informe subraya que “la posición que adopten los empresarios catalanes será la que, en un primer momento, determinará la viabilidad del proceso de construcción unilateral de la Administración tributaria del Estado propio, pues, como ya hemos visto, las empresas son los auténticos recaudadores de los impuestos que pagan los contribuyentes catalanes y, por tanto, quien de verdad puede decidir el destino del flujo financiero (la tesorería) que permita mantener en funcionamiento el aparato institucional de la Generalitat”. Pero a la vista de cómo los empresarios han acogido el llamamiento de Mas para que hagan presión política a favor del referéndum independentista, también tiene garantizado otro no monumental a un fisco catalán secesionado de la AEAT.

Para muestra, un botón: el president clausuró ayer unas jornadas de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) en el Liceu de Barcelona. Pero tras su discurso, el presidente de la APD, Emilio Cuatrecasas, tomó la palabra parta decirle que él se sentía catalán y español y que haría lo posible por que ambas partes se entendieran. Ello provocó un rifirrafe con un abogado del público, que interrumpió a Cuatrecasas y le acusó de faltar al respecto a Mas porque habló después de él, lo que sería impropio según las normas protocolarias. El incidente da una idea de cómo están los ánimos entre el empresariado catalán, que comienza a salir del armario y a protestar cada vez con mayor volumen de voz. Además, minutos antes, el presidente de la APD había recriminado a Mas que hubiese llamado a los empresarios a apoyar el proceso independentista. Y si la APD no quiere ni oír hablar de secesión, mucho menos el Círculo de Economía, la gran patronal catalana, Foment, o la española CEOE, cuyos máximos mandatarios ya se posicionaron a lo largo de estos días en contra del discurso radical de los nacionalistas catalanes.

Si no hay efectivos, hay que encontrarlos como sea. El caso es estar preparados para lo que pueda suceder. El Consejo Asesor para la Transición Nacional, que preside el jurista Carles Viver Pi-Sunyer, alerta en uno de sus informes al presidente catalán, Artur Mas, que la Generalitat carece de expertos aduaneros para hacerse cargo del control del comercio exterior en el caso de que Cataluña se haga independiente. Y eso no puede ser: hay que ponerle remedio.

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