El PSC intenta frenar un motín ‘nacionalista’ ante la votación de mañana en el Parlament

Las aguas bajan revueltas en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que lidera Pere Navarro. Esta formación ha resuelto votar no a la petición del frente soberanista que quiere aprobar en el Parlamento catalán mañana. Esta petición demanda al Gobierno central que aplique el artículo 150.2 de la Constitución, es decir, que delegue en la Generalitat la potestad de convocar referéndums para que Artur Mas pueda celebrar la consulta independentista en próximo 9 de noviembre. Y ese ‘no’ del PSC ha enervado a los sectores críticos de partido.

Navarro reunió ayer al grupo parlamentario de PSC para recordar a sus diputados que el consejo nacional de la formación decidió la postura oficial hace semanas. “Es un tema de democracia: el máximo órgano del partido aprobó una línea a seguir y una postura a mantener. Y esa postura ha de mantenerse en bloque. Por tanto, es normal que, si el grupo parlamentario decida por mayoría votar ‘no’, todos sus integrantes acaten la decisión, sometiéndose a la disciplina del partido. Y eso no lo hace sólo el PSC, sino todos los partidos democráticos”, explica una fuente socialista a este diario. Y otra fuente remata que “el 85% de la dirección decidió mantener el no. Y no hay más que discutir”.

Fuentes de los sectores críticos señalaron a este diario, tras la reunión del grupo, que Navarro “se mantiene firme en sus posturas y no ha cedido”. Pero anuncian que durante la jornada de hoy, con el pleno parlamentario ya comenzado, seguirán negociando para arrancar “aunque sólo sea la abstención”. Su intención es que no se visualice al PSC como integrante de un frente junto al PP y Ciutadans.

Fuentes oficialistas, no obstante, aseguran a El Confidencial que “ni hay reuniones previstas ni las va a haber. Además, Pere Navarro estará mañana [hoy para el lector] fuera de Barcelona, por lo que será imposible que haya esas reuniones”. Navarro, precisamente, está en el Congreso de los Diputados reuniéndose con Alfredo Pérez Rubalcaba para visualizar el papel de los socialistas como ‘tercera vía’ entre nacionalistas y ‘españolistas’.

En las filas socialistas nadie quiere hablar de sanciones si hay una ruptura de la disciplina de voto. Pero desde la cúpula del PSC se advierte que “si alguno se salta las normas y los mandatos del máximo órgano de dirección, habrá consecuencias”. En algunos círculos se habla incluso de expulsión del grupo parlamentario, aunque desde otros sectores mantienen la “esperanza” de que no haya una ruptura de la disciplina. Pero perdura todavía el recuerdo de enero del año pasado, cuando al votar una resolución soberanista en el Parlamento cinco diputados rompieron esa disciplina. Una segunda vez, sería demasiado, máxime cuando está reciente la toma de postura del consejo nacional de la formación.

Los “demócratas” pasan al ataque

Mientras tanto, desde el frente soberanista siguen la consigna del divide y vencerás. Este frente está formado por el Gobierno de Artur Mas y cuatro partidos parlamentarios: Convergència i Unió (CiU), Esquerra Republicana (ERC), Iniciativa per Catalunya (ICV) y la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP). Durante los últimos días, los llamamientos al PSC para que se una a este bloque han sido constantes. Además, desde el Gobierno y desde los partidos que le apoyan se han encargado durante los últimos días de reiterar hasta la saciedad de llamar con insistencia el “bloque de los demócratas” a los que apoyan el referéndum independentista condenando a los contrarios al infierno de la antidemocracia. Cuestión de semántica… y de burda manipulación política.

En esta coyuntura, los críticos del PSC funcionan, en la práctica, como aliados de ese frente. Pero desde la postura oficialista se justifica la posición de Navarro, contraria a ir a con una fecha del referéndum cerrada y con la pregunta decidida. “Con eso no vas a negociar. Vas a que te den con la puerta en las narices. Si de verdad quieres negociar, le dices al otro que se siente, pero no le pones unas condiciones encima de la mesa y le exiges que las acepte. Y el mandato tanto de la dirección del PSC como de su programa electoral es negociar con Madrid una consulta, no imponerla. Además, incluso el mandato del Parlament era que el Gobierno catalán estableciese un diálogo con las instituciones del Estado para abordar las condiciones legales del ejercicio del derecho a decidir”.

Otra fuente de la dirección socialista señala a este diario que “si vas a Madrid con una propuesta no negociada, el Gobierno central te va a decir que no y volverás con el rabo entre las piernas. A no ser que lo que quieras es precisamente eso, que te cierren las puertas para utilizarlo como excusa”.

Curiosamente, la CUP, que respaldó la propuesta de someter la petición a votación y que acordó con los demás componentes del frente soberanista la fecha de la consulta y la hipotética pregunta que se hará, anunció ayer por la tarde que se abstendrá en la Cámara. ¿El motivo? Que Cataluña no ha de pedir permiso a nadie para celebrar su referéndum. La CUP sí que tiene claro lo que quiere.