Órdago de Mas a Rajoy: “Si nos paga, no recortaremos la extra a los funcionarios”
El presidente catalán cree que Cataluña siente afecto por España pero ya no confía en el Estado, una percepción que le anima a mantener su apuesta por celebrar una consulta soberanista en 2014
¿Chantaje o aviso inocente? ¿Chulería o desesperación? El presidente catalán, Artur Mas, está dispuesto a morir con las botas puestas y disparando con bala. En su discurso inaugural del debate de Política General del Parlamento catalán (similar al debate del estado de la Nación del Congreso), lanzó un órdago sin precedentes al presidente español, Mariano Rajoy: “Nosotros instauramos un impuesto sobre depósitos bancarios. Pues bien, poco después, el Gobierno central hizo lo mismo, copiándonos la idea. Pero si el Estado nos paga la parte proporcional que nos corresponde de ese impuesto, no recortaremos la paga extraordinaria a los empleados públicos el próximo año. Esto es un ejemplo básico de reversibilidad de las medidas tomadas”. En otras palabras, ha puesto la responsabilidad de su gestión de Gobierno en manos del Ejecutivo central.
Lo dejó caer días después de que el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, anunciase ese nuevo recorte a los funcionarios para el año que viene y de que los sindicatos comenzasen a movilizarse para organizar la protesta contra la Administración. Pero los nacionalistas no están dispuestos a comerse ese sapo. No se queda ahí la cosa: Mas también echó mano de todos sus recursos victimistas en el discurso ante la Cámara autonómica.
El mandatario catalán realizó sus aseveraciones en un marco crítico en el que subrayó que si el Estado pagase a Cataluña lo que le debe por ley, él podría revertir algunas de las “medidas dolorosas” que ha tomado. Para poner un ejemplo: especificó que si el Gobierno central acepta que el déficit de las autonomías puede ser un tercio del déficit del Estado (porque soportan un tercio del gasto público total), Cataluña podrá cumplir sin problemas el objetivo de déficit del año próximo. Y si Madrid paga sólo lo que debe en infraestructuras (es decir, lo que había comprometido a través de la disposición adicional tercera del Estatut), “incluso podremos pagar el déficit injusto del 1% más que nos quieren cobrar”.
El president achacó toda la responsabilidad de los recortes que asumió su Ejecutivo a Madrid y al "Estado español”. Fue un aperitivo del festival soberanista que Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tienen preparado para estos días en que se celebra el debate parlamentario más importante del año. Su prioridad, ya lo dejó patente Mas en su discurso, es celebrar la consulta independentista en el 2014.
Su razonamiento es lineal: 107 de los 135 diputados del Parlamento autonómico “llevaban en su programa electoral propuestas para cambiar el marco de relaciones entre Cataluña y España”. Este equilibrio de fuerzas le permite afirmar al presidente catalán que el encaje de esta comunidad en el Estado es una “reivindicación muy transversal”, porque “el 80% de los partidos tiene claro que no podemos mantener el mismo marco de relaciones, el mismo statu quo. Por ello, podemos afirmar que estamos ante una nueva etapa, lo que yo califiqué en algún momento de dimensión desconocida y que no tiene marcha atrás”.
La ‘hoja de ruta’ del Govern
En su alocución, volvió sobre el asunto varias veces y advirtió de que “si una mayoría quiere cambiar el estatus de Cataluña por el de un Estado propio es porque quiere seguir teniendo país y teniéndolo mejor y eso sólo se puede hacer votando”. Y subrayó dos puntos: “Las minorías no pueden ni deben obstaculizar el camino que han decidido emprender las mayorías, siempre y cuando este sea pacífico y democrático. Y las mayorías han de hacerlo de tal manera que las minorías no se sientan excluidas”. Subrayó, asimismo, que la actual coyuntura de Cataluña se clarifica de una forma: votando. Y el país que resulte lo hemos de construir entre todos, porque es de todos”.
Desde la tribuna de invitados, la intervención del mandatario catalán era seguida con interés por las presidentas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, y de Òmnium Cultural, Muriel Casals, las dos organizaciones que llevan la voz cantante de la “sociedad civil” soberanista y en quien el Govern se apoya para justificar su aquiescencia hacia el “pueblo de Cataluña”.
Mas criticó también con dureza las sentencias contra el Estatut, la cerrazón del Estado a negociar y alabó el nacimiento del movimiento independentista de los últimos años. “Presentamos [a Mariano Rajoy] cinco vías posibles, legales, para poder realizar la consulta. Yo pregunto ahora al Gobierno central: ¿Acepta el Estado español una consulta en Cataluña para conocer el pensamiento del pueblo catalán sobre el futuro del país? Si es así, hemos de negociar cómo y cuándo hacer la consulta. Pero si no acepta ese principio, ¿qué se ha de negociar?”.
A continuación, Mas desgranó su hoja de ruta, que consta de sólo cuatro puntos: el primero es que la consulta se ha de celebrar en el 2014; el segundo, que antes de fin de año concretará la fecha, la pregunta y el marco legal en el que piensa celebrar el referéndum; el tercero, es que quiere una consulta legal “acordada con el Estado o, como mínimo, tolerada”; y el cuarto, advirtió que “si no es posible, utilizaré todos los instrumentos legales a mi alcance para que el pueblo se pronuncie, incluso una convocatoria de elecciones. No es el escenario óptimo, no es el escenario que me gustaría, pero es el último recurso que me queda si se quiere silenciar a los ciudadanos de Cataluña”.
Lista de agravios
Pero el president aprovechó también para llevar el agua a su molino. Sacó a relucir el ímprobo esfuerzo de la Generalitat para ajustar el objetivo de déficit y destacó que en el 2012 rebajó el déficit a la mitad, “mientras que otros lo multiplicaron por dos”. Se quejó de que en los últimos 3 años el Gobierno catalán ha visto disminuido su presupuesto un 20% y de que ha tenido que pagar 5.000 millones de euros en intereses financieros “por culpa del déficit descontrolado que el Tripartito tuvo en el 2010. Y eso es más que el presupuesto de Educación, es el de Bienestar y Familia multiplicado por tres y el de Cultura multiplicado por 25”.
Mas subrayó que “Cataluña ha hecho un esfuerzo superior al resto de las autonomías”, ya que pese a soportar el 17,5% del PIB estatal, realizó un ajuste presupuestario correspondiente al 24,3% de todas las autonomías. Además, aunque “representa el 6% del gasto público, realizó ajustes del 17,3%, el triple de lo que le corresponde. Y eso en una época de recesión en un momento en que el Estado no realiza transferencias de dinero y con una distribución injusta del déficit”.
Por último, desgranó diez grandes temas que serán prioritarios en la labor de su Gobierno si todo va bien y no se ve obligado a convocar elecciones anticipadas porque no le dejan hacer la consulta: 1: Llevar a cabo una nueva industrialización, “más innovadora y más exportadora”, para lo que ya tiene identificados los sectores con más potencial de crecimiento. 2: Establecer un nuevo modelo de Formación Profesional. 3: Llevar a cabo la reforma de la Administración Pública, modificando el Servicio de Ocupación de Cataluña y creando nuevas leyes que afectan a los Ayuntamientos. 4: Conectividad y movilidad. Esto es, apostar por el corredor mediterráneo y pedir a Fomento más inversiones en las líneas de conexión de los puertos de Barcelona y Tarragona y en el aeropuerto de El Prat, que este mes de agosto desbancó a Barajas por primera vez en número de pasajeros. 5: Impulsar un nuevo modelo energético y de economía verde. 6: Pacto de país para la infancia y la pobreza. 7: Pacto nacional de Salud para garantizar la sostenibilidad del sistema público sanitario. 8: Crear un nuevo modelo de Hacienda pública catalana. 9: Cataluña del talento: desarrollar el talento y la creatividad en diversos sectores. Y 10: Concertación entre lo público y lo privado, partiendo de la base de que los holandeses dijeron hace escasos días que no podrán mantener el estado del bienestar como hasta ahora si no involucran a la sociedad.
¿Chantaje o aviso inocente? ¿Chulería o desesperación? El presidente catalán, Artur Mas, está dispuesto a morir con las botas puestas y disparando con bala. En su discurso inaugural del debate de Política General del Parlamento catalán (similar al debate del estado de la Nación del Congreso), lanzó un órdago sin precedentes al presidente español, Mariano Rajoy: “Nosotros instauramos un impuesto sobre depósitos bancarios. Pues bien, poco después, el Gobierno central hizo lo mismo, copiándonos la idea. Pero si el Estado nos paga la parte proporcional que nos corresponde de ese impuesto, no recortaremos la paga extraordinaria a los empleados públicos el próximo año. Esto es un ejemplo básico de reversibilidad de las medidas tomadas”. En otras palabras, ha puesto la responsabilidad de su gestión de Gobierno en manos del Ejecutivo central.
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