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Fiasco del pacto antinacionalista del PP: nadie se fía del antiguo socio de Mas
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EL ‘PRESIDENT’ PREPARA mañana UN DEBATE al rojo

Fiasco del pacto antinacionalista del PP: nadie se fía del antiguo socio de Mas

El frente anti-independentista que ayer propuso el Partido Popular (PP) ya está herido de muerte. Ningún posible socio está por la labor de apoyarlo

Foto: La presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. (EFE)
La presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. (EFE)

El frente antiindependentista que ayer propuso el Partido Popular (PP) ya está herido de muerte. Ninguno de los posibles socios que podían integrarlo está por la labor: ni los socialistas, ni los democristianos de Unió Democràtica (UDC) ni Ciutadans. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal (que fue quien nombró a estas tres formaciones), y la presidenta popular en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, se han quedado así solas en el frente que pensaban liderar.

Fue una calculada propuesta mediática: Sánchez-Camacho debía lanzar la idea en Barcelona para ser recogida después por Madrid y amplificarla. Y todo, además, a las puertas del debate de política general (o sea, el debate del Estado de la Nación versión catalana). Si el PP lograba enganchar a su idea a algún partido a los que lanzó el anzuelo, le serviría para posicionarse como La Alternativa (así, en mayúsculas) a Artur Mas en el debate parlamentario más importante del año.

Convergència i Unió (CiU) quiere grabar a fuego este debate, que comienza mañana en el Parlamento autonómico. Y por ello, presentará un texto en el que la Cámara ensalce el éxito de la Vía Catalana, es decir, la cadena humana que el pasado 11 de septiembre unió el norte con el sur de Cataluña. Pero también quiere que el Parlamento como tal se posicione críticamente contra la carta que Mariano Rajoy envió a Artur Mas. Y, por si fuera poco, prepara una nueva declaración soberanista reafirmando el referéndum independentista para el año próximo y comprometiendo a Mas a establecer la fecha antes de que acabe el año. Por último, aprobará el documento que presentó la pasada semana Joan Rigol sobre el “derecho a decidir”.

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Son ítems más visuales que efectivos pero que ayudan a CiU a mantener la tensión política y alimentan su estrategia. “Este no será un debate más”, advirtió ayer el presidente y portavoz del grupo parlamentario convergente, Jordi Turull. Y por ello Alicia Sánchez-Camacho lamenta que se centre el debate de política general en el tema de la soberanía “cuando es el momento de hacer balance de la obra del Gobierno, escuchar las propuestas que se hagan y discutir las líneas maestras de los presupuestos del 2014”. Y ahí es donde los populares sacan las uñas, porque denuncian que no hay gestión de Gobierno (“se ha aprobado una sola ley en toda la legislatura”, argumentan), que Artur Mas no trabaja para salir de la crisis ni crear empleo y que hablar del referéndum en el debate de política general es “una estafa y una cortina de humo para engañar a los catalanes y desviar la atención de las preocupaciones reales de los ciudadanos”.

La intención de Convergència, no obstante, es suscitar el mayor consenso posible en todos los temas soberanistas y aprovechar para presentarse como líder del proceso.

Desmarque de los posibles socios

Pero ante este frentismo practicado entre nacionalistas y populares, los demás partidos no se fían de nada ni de nadie. Más que nada, como han señalado varios dirigentes políticos consultados por El Confidencial, porque hasta hace un año “CiU y PP iban juntos a todas partes, eran socios y ponían en marcha la apisonadora en el Parlamento cuando les interesaba. Ahora se han divorciado y quieren involucrar a los demás en sus peleas domésticas”.

El portavoz parlamentario socialista, Maurici Lucena, fue el primero en desmarcarse de la propuesta de las populares. Para Lucena, la oferta es “retórica, vacía de contenido”. Y calificó a Cospedal de bombera pirómana. “En este tema, el PP se ha convertido en una máquina de cometer errores, que siempre escoge la opción más perjudicial para que se refuerce la concordia entre Cataluña y España. Es totalmente cínico que plantee una solución quien, con su catalanofobia, tiene una clara responsabilidad en el deterioro de la relación entre Cataluña y España que nos ha llevado a la situación actual”.

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Antoni Font, vicesecretario general de Unió, también definió su estrategia: a pesar de que esta formación es antiindependentista y apuesta por la vía confederal, se niega a formar parte de una plataforma conjunta antisoberanista. El propio Josep Antoni Duran Lleida ya lo advirtió en un artículo publicado en La Vanguardia: quiere un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüístico basado en un modelo confederal, porque “la declaración unilateral de independencia dejaría a Cataluña aislada”. Los democristianos, pues, tampoco secundan a las damas de hierro del PP. Y Albert Rivera, presidente de Ciutadans, anunció que ha pedido una reunión con Mariano Rajoy y otra con Alfredo Pérez Rubalcaba para hablar sobre el tema, aunque no ha rehuido rotundamente crear un bloque que haga de contrapeso al que conforman CiU y ERC.

“Pero no se trata de hacer frentes. No queremos un frente. Los bandos los han dibujado ellos. Han puesto una raya y se han posicionado en un lado. Bien, entonces, lo que tenemos que hacer los demás es ver qué tenemos en común, en qué temas fundamentales podemos estar de acuerdo y establecer estrategias comunes. Pero esto lo llevamos diciendo y proponiendo hace años”, dice a El Confidencial Jordi Cañas, portavoz y diputado de Ciutadans.

Para el dirigente no nacionalista, “se necesita una política de Estado y un calendario de reformas. Hemos de pensar en qué reformas proponer que contenten a una mayoría de ciudadanos y no sólo a los partidarios de la fractura. Debemos poner sobre la mesa un proyecto que transmita ilusión y que meta gasolina en el motor del país”. La reunión con Rajoy y Rubalcaba serviría, así, para aportar ideas y sondear los puntos en que todos pueden estar de acuerdo. “Están en la obligación de escuchar a una fuerza parlamentaria de Cataluña, aunque sólo sea por responsabilidad”.

A partir de ahí, dice Cañas, “no debemos hacer seguidismo de lo que haga o diga Artur Mas.Dejemos de pensar en eso. Hasta ahora, han hablado ellos y ahora nos toca a nosotros desenmascarar sus mentiras y manipulaciones. Hay que desmontar su discurso unánime. Que se estrellen, porque ellos harán en parte lo que les dejen y en parte lo que les dicte su estrategia y su locura. Lo que tenemos es la oportunidad de elaborar un discurso alternativo en positivo. Mucha gente del resto de España lo está esperando. Hemos de ir a lo nuestro y allá ellos con lo que hagan o digan”.

El frente antiindependentista que ayer propuso el Partido Popular (PP) ya está herido de muerte. Ninguno de los posibles socios que podían integrarlo está por la labor: ni los socialistas, ni los democristianos de Unió Democràtica (UDC) ni Ciutadans. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal (que fue quien nombró a estas tres formaciones), y la presidenta popular en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, se han quedado así solas en el frente que pensaban liderar.

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