Mas aprieta las tuercas a Mas-Colell para acercarse a Montoro

Artur Mas está apretando a su conseller de Economía y hombre de máxima confianza, Andreu-Mas Colell, para que inicie una aproximación al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Aunque la reunión de este fin de semana se ha presentado como una llamada de arrebato general, lo cierto es que la clave para se alivie la presión sobre las finanzas catalanas está en la sede de Hacienda, en el madrileño Paseo de la Castellana.

Mas sustituyó la cumbre para afrontar la crisis económica, que se vio obligado a suspender la semana pasada, por una reunión extraordinaria de su gabinete en la que la consigna fue más diálogo con Madrid en todos los frentes.

Sin embargo, fuentes cercanas a la Generalitat explican que no todos los consellers tienen que darse por aludidos. Pero sí Mas-Colell, que mantiene unas tensas relaciones con Montoro.

Tres consellers ya han iniciado aproximaciones con Madrid con éxito: Santi Vila (Territorio y Sostenibilidad), el equivalente a Obras Públicas; Josep María Pelegrí (Agricultura) y Joana Ortega (vicepresidenta). Hay un cuarto, Germà Gordó (Justicia), que ha mantenido contactos con Alberto Ruiz Gallardón, pero la reunión fue mal porque la intención de hacer un referéndum no es plato de gusto del ministro de Justicia.

En los tres casos se reconoce que buena parte del éxito de los contactos se debe al buen talante de los interlocutores madrileños, según fuentes cercanas a la Generalitat. En una legislatura que está siendo un valle de lágrimas, el único respiro que ha tenido Artur Mas ha sido la inauguración del AVE en el tramo Barcelona-Figueres, algo que debe en buena parte a la buena predisposición de Ana Pastor, titular de Fomento.

Montoro, asignatura pendiente

Con la Generalitat pendiente del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), Cataluña tiene en Montoro su auténtica asignatura pendiente. Montoro considera que una Comunidad con una deuda de 50.000 millones y los mercados internacionales cerrados debería mostrarse más agradecida por el apoyo que recibe del Gobierno central. 

Artur Mas, por su parte, ha marcado dos líneas rojas a la hora de que los miembros hagan concesiones: la consulta soberanista en 2014 y mantener el Estado del bienestar en Cataluña, porque no se quieren aplicar nuevos recortes.

La fórmula que, por ahora, está aplicando Mas-Colell es esperar una relajación en el objetivo de déficit y, mientras tanto, no elaborar los Presupuestos de 2013, de manera que la Generalitat es la única administración autonómica que no ha elaborado sus cuentas.

Talón de Aquiles

Sin cuentas públicas para 2013, el Ejecutivo de Mas ha ofrecido un blanco fácil a la oposición en el Parlament. La ventaja, que ERC se encuentra en una posición cómoda para seguir alargando la legislatura. La desventaja, que la administración se encuentra paralizada con unos presupuestos prorrogados indefinidamente.

Sin Presupuesto y sin agentes sociales que acudiesen tampoco había margen para convocar una cumbre económica: sólo iba a servir para escenificar la distancia entre Mas, CiU y el resto de los partidos. En marzo de 2011, Mas ya convocó una primera cumbre para luchar contra la crisis. Acabó sin medidas concretas. Entonces había 611.000 parados. Ahora, dos años después, hay 618.000 catalanes sin trabajo y la economía está en profunda recesión.

Afrenta a Duran i Lleida

Alejado de los empresarios catalanes por su apuesta soberanista, Mas ha afrentado ahora a ERC y a Josep Antoni Duran i Lleida (CiU) al dar visibilidad a su estrategia de que sea la Generalitat y sus consellers los que lleven el peso del diálogo en Madrid. La nueva línea entra en contradicción con la estrategia secesionaista de ERC y con el papel que el líder de Unió ha de asumir en el Congreso, donde este partido siempre ha sido muy relevante, en especial para negociar temas económicos.