La mayoría de los catalanes ya quiere la independencia, según la Generalitat

La mayoría de los catalanes quiere ya la independencia de su comunidad. Así lo revela el sondeo realizado por el Centro de Estudios de Opinión (CEO), el CIS catalán, que esta mañana se hizo público. Este organismo volvió a introducir en el sondeo la pregunta sobre un hipotético referéndum independentista y preguntó a los ciudadanos cuál sería su voto. Pues bien, por primera vez, la intención de voto directa sobrepasa la mitad de la población: votaría a favor de la independencia un 51,1% (el anterior sondeo sólo cosechaba un 44,6% de intención de voto). El 21,1% votaría en contra de la independencia, porcentaje sensiblemente inferior al 24,7% de la anterior encuesta. Los abstencionistas pasan del 24,7 al 21,1%, igualándose a los que se oponen.

Los partidarios de que Cataluña sea un Estado independiente pasan también del 29 al 34%, mientras que los que consideran que ha de ser un Estado dentro de una España federal se quedan prácticamente igual: pasan del 28,9 al 28,2%. En cambio, los que apuestan por que sea una comunidad autónoma dentro de España bajan del 27,8 al 25,4%.

El CEO no introdujo en esta ocasión los motivos por los que votarían independencia, pero sí preguntó a los ciudadanos cómo creen que sería la vida si Cataluña fuese independiente. Y aquí los resultados son sorprendentes: el 55,5% cree que sería mejor, mientras que el 16,7% cree que sería igual que ahora y el 12,8% cree que sería peor.

La encuesta evidencia también un ensanchamiento de la brecha entre Cataluña y España: el 30,2% de los encuestados se siente más catalán que español y el 22,7% se siente sólo catalán. En la última encuesta, estos porcentajes eran del 28,2 y del 21,1% respectivamente. Paralelamente, los que se sienten tan españoles como catalanes han descendido del 42,4 al 37,3%, mientras que los que se sienten sólo españoles crecieron del 3,4 al 4%.

Castigo a los grandes partidos

El sondeo  revela también que los recortes y las medidas económicas comienzan a pasar factura a los partidos que gobiernan en Cataluña y en España. El PP, por ejemplo, reduce a la mitad la intención de voto en unas generales: sólo le votaría el 3,6% de los encuestados, frente al 6,5% de apoyo que tenía a comienzos de año. Convergència i Unió (CiU), por su parte, pasa de una intención de voto del 24 al 21,7%, aunque se mantiene como el partido más votado, conservando así el liderazgo estrenado en las últimas legislativas. En cuanto a las elecciones autonómicas, pasa otro tanto de lo mismo: CiU pasa del 30,4% al 25,7 %, mientras que el PP baja del 3,3 al 2,2%.

Curiosamente, esta debacle no es aprovechada por sus rivales políticos, que cuya intención de voto apenas sufre variaciones. En unas elecciones generales, los socialistas serían votados hoy por el 13,2% de la población, cuando hace unos meses el apoyo que tenían era del 11%. En unas autonómicas, en cambio, perderían posiciones, ya que sólo sacarían el 10,1% frente al 11% que obtenían en la anterior encuesta.

Otra cosa es ICV, que en unas generales tendría el 8,1% frente al 6,8% del último sondeo. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) pasaría del 6,1 al 6,8%. Ciutadans, por su parte, obtendría el 0,2 una significativa subida frente al 0,6% de la anterior oleada. En unas autonómicas, ICV pasaría del 8,1 al 9%, situándose a tan sólo un punto de los socialistas pero, en cambio, ERC bajaría del 8 al 7,7%. Ciutadans también perdería posiciones, al pasar del 1 al 0,7% en intención de voto.