Es noticia
El PP amenaza con romper con CiU por su deriva independentista
  1. España
  2. Cataluña
MAS ESCURRE EL BULTO SOBRE LA INSUMISIÓN FISCAL

El PP amenaza con romper con CiU por su deriva independentista

“Si siguen por ahí, no van a tener ni nuestra abstención”. Esta sencilla frase, que pronuncia un miembro de la cúpula del Partido Popular (PP) en

Foto: El PP amenaza con romper con CiU por su deriva independentista
El PP amenaza con romper con CiU por su deriva independentista

“Si siguen por ahí, no van a tener ni nuestra abstención”. Esta sencilla frase, que pronuncia un miembro de la cúpula del Partido Popular (PP) en conversación con El Confidencial, resume el malestar que se extiende entre los populares hacia Convergència i Unió (CiU) por la postura de los nacionalistas a favor de la insumisión fiscal con España. La teoría de un boicot al pago de impuestos fue lanzada el lunes por la noche por la presidenta de la asociación òmnium Cultural, Muriel Casals. Esta asociación, que ahora cumple 50 años, está considerada la mayor entidad cívica catalana y es, de largo, la que recibe más subvenciones de la Administración pública, unos 10 millones de euros en los últimos 6 años.

“Esto ya no es una entidad cultural, sino que sigue determinadas posturas políticas independentistas. Se quiere convertir en el referente de la sociedad civil sin serlo. Sólo se representan a ellos. Dicen que tiene 20.000 socios. Es posible. Pero lo que intenta es convertirse en el mascarón de proa de la intolerancia hacia los que piensan diferente”, añade otra fuente de la dirección del PP. No se muerde la lengua al subrayar que “lo de òmnium Cultural es escandaloso. Se erigen en garantes sociales cuando tiene entre sus próceres a personas bajo sospecha, como Fèlix Millet o los Carulla, investigados por evasión de impuestos”.

Además, recuerdan los populares, “Casals fue la que se echó al cuello de Alicia Sánchez-Camacho (presidenta del PP catalán) cuando ésta pidió una educación bilingüe para su hijo. Entonces, dijo que Alicia era una maltratadora de su hijo, cuando el niño tiene como lengua materna el catalán y lo único que pedía su madre era que se cumpliese la ley de enseñar en las dos lenguas oficiales”. Otro dirigente añade que “Casals es una sectaria. Recientemente, nos envió una carta diciendo que no invitaba al PP a un foro autonómico porque el año pasado, antes de las elecciones europeas, nos había invitado a un acto y no habíamos contestado. Eso da una dimensión del talante de esta señora”.

Sin embargo, la propuesta de Casals fue recogida a las pocas horas por Oriol Pujol, presidente del grupo parlamentario de CiU en el Parlamento catalán y secretario general adjunto de Convergència, lo que aumenta la intensidad de las críticas populares hacia los nacionalistas. “Es de una irresponsabilidad tremenda. Es la demostración de que aquí lo que prima es el pensamiento único”, dice a este diario un alto cargo de la dirección del PP. Cierto que el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, descartó poco después que el Gobierno catalán apostase por la insumisión fiscal. Pero solo porque espera alcanzar un pacto fiscal similar al vasco durante esta legislatura. Y por eso se negó a “especular” con un hipotético plan B de la Generalitat en el caso de que no se consiga ese acuerdo.

Los pactos siguen adelante

El PP, no obstante, acaba de atar un acuerdo con los nacionalistas para que Artur Mas apruebe los presupuestos de este año y no se vea obligado a convocar nuevas elecciones autonómicas. Para que esto sea posible, los populares se abstendrán en la votación, lo que asegura a Mas que sus cuentas serán aprobadas por el Parlamento. Por eso, la alineación de Pujol con la insumisión fiscal ha sentado a cuerno quemado en el PP. “Los pactos que tenemos son muy económicos y muy concretos. Y hemos llegados a ellos porque hemos atado compromisos de reducción del déficit, de inversiones en sanidad, en educación, en servicios sociales o en embajadas. Pero estas derivaciones, evidentemente, perjudican las relaciones entre los dos partidos”, dicen en la cúpula del partido.

Una de las fuentes consultadas subraya también que “el PP ha hecho lo que tenía que hacer. No podíamos dejar que CiU hiciese un Gobierno de confrontación junto a Esquerra Republicana de Catalunya, que se materializase un frente catalán. Y ahora nuestro objetivo no es conseguir que CiU cambie su manera de ser. No. Ellos son así. Lo que queremos es convencer a los ciudadanos de que somos gente seria y de que, de no ser por nosotros, nos hubieran llevado al abismo”.

Por ello, ambos partidos siguen negociando otro pacto para tirar adelante las tres leyes que sustituyen a la denominada Ley Ómnibus, el proyecto legislativo estrella de Artur Mas para la primera parte de su legislatura. Reconocen fuentes del PP que Alicia Sánchez-Camacho ha mantenido reuniones en las últimas semanas con el propio Mas, con la vicepresidenta Joana Ortega y con los consejeros de Economía, Andreu Mas-Colell, de Empresa y Ocupación, Francesc Xavier Mena, de Sanidad, Boi Ruiz, y de Educación, Irene Rigau. “En realidad, los miembros del Gobierno van con prudencia, porque ya les dimos el toque en la investidura de Mas. Nos desmarcamos de él por su discurso independentista, especialmente por el punto número 8. Eso fue crucial para que ni siquiera nos decantásemos por la abstención. Y ahora podemos volver a hacer lo mismo”, recuerdan fuentes del PP.

El punto número 8 del discurso de Mas llevaba por título una sencilla palabra: Nación. Y en él, el actual presidente de la Generalitat se comprometía a “la defensa, mejora y crecimiento del autogobierno, el desarrollo de una política activa de defensa y promoción de la lengua y la cultura catalanas, así como garantizar la proyección exterior de nuestro país (...) Respecto al autogobierno, queremos conseguir nuevas cotas de soberanía para Cataluña, mediante todos los mecanismos que tengamos a mano (...) Desde el punto de vista cultural, podemos y hemos de actuar como un país independiente (...) El futuro Gobierno tiene como objetivo irrenunciable situar a Cataluña en el mundo. Situarla económicamente, culturalmente, turísticamente, nacionalmente y políticamente. Dar a conocer la realidad catalana por todas partes y procurando aprovechar nuestro potencial de capitalidad mediterránea para proyectarnos al mundo no como una región periférica de España, sino como una nación central del sur de Europa, rótula entre las riberas sur y norte del mar Mediterráneo”.

Con la nueva andanada soberanista, la cuerda entre CiU y PP puede tensarse de nuevo. “Los posicionamientos independentistas de altos cargos de CiU no ayudan. Cierto que dan un paso adelante y otro atrás y desde el Gobierno nos están buscando. Pero a lo que verdaderamente tienen pánico es a que el PP tenga mayoría absoluta en las próximas elecciones generales”. El reto de la insumisión fiscal, no obstante, ya está sobre la mesa. Y es un elemento susceptible de ser utilizado en un futuro no muy lejano incluso por el propio Gobierno.

“Si siguen por ahí, no van a tener ni nuestra abstención”. Esta sencilla frase, que pronuncia un miembro de la cúpula del Partido Popular (PP) en conversación con El Confidencial, resume el malestar que se extiende entre los populares hacia Convergència i Unió (CiU) por la postura de los nacionalistas a favor de la insumisión fiscal con España. La teoría de un boicot al pago de impuestos fue lanzada el lunes por la noche por la presidenta de la asociación òmnium Cultural, Muriel Casals. Esta asociación, que ahora cumple 50 años, está considerada la mayor entidad cívica catalana y es, de largo, la que recibe más subvenciones de la Administración pública, unos 10 millones de euros en los últimos 6 años.

Cataluña CiU