Barcelona recupera la calma: el 15M se concentra contra la investidura de Camps

Cerca de un centenar de 'indignados' del movimiento 15-M de Valencia se han concentrado ante las Cortes Valencianas donde se va a celebrar el pleno de investidura de Francisco Camps como presidente de la Generalitat valenciana. Los manifestantes llevan tarjetas rojas que exhiben contra los "políticos corruptos". Asimismo, llevan pancartas que muestran el símbolo de paz y otras mostrando su rechazo por "los recortes valencianos".

Julián, uno de los concentrados, ha reivindicado el derecho de reunión frente al Parlamento valenciano "incluido dentro de la Constitución". "Siempre que sea pacífico consideramos que no estamos coaccionado el derecho de nadie", ha señalado. Asimismo, ha mostrado su repulsa a los actos violentos que se registraron este miércoles en Barcelona por parte de personas "que no representan al movimiento".

Así, ha dejado claro que la intención de este colectivo es desarrollar actos "sin ningún tipo de violencia". Por ello, ha criticado el "excesivo" número de agentes de Policía Local y Nacional que custodiaban el Parlamento valenciano. Desde primeras hora se han acercado a les Cortes el presidente de la cámara, Juan Cotino, el vicepresidente segundo de la mesa, Ángel Luna, portavoz del Grupo Parlamentario de Compromís, Enric Morera, y  el consejero de Gobernación en funciones Serafín Castellano. Sobre las 9.30 horas ha llegado Francisco Camps, quien se ha reunido con la portavoz del Consell, Paula Sánchez de León.

Barcelona recupera la normalidad

Desde poco antes de las ocho de la mañana, los diputados catalanes han ido llegando a pie, en taxi o en coche oficial, que en este caso les deja a las puertas del edificio del Parlament, situado dentro del recinto del parque. Entre los que han accedido en coche figuran la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, el conseller de Interior, Felip Puig, y el portavoz del PSC y líder de la oposición, Joaquim Nadal.

El personal acreditado del Parlament ha entrado en el recinto a partir de las 7 de la mañana, mientras los vehículos de aprovisionamiento de la cámara catalana han tenido que esperar hasta las 8 para acceder al parque, que tiene varias de sus puertas abiertas. No obstante, las personas que pretendían hoy acceder a la Ciutadella para pasear o hacer ejercicio físico no han podido entrar en el parque porque los Mossos d'Esquadra impiden por el momento el acceso al público.

Los agentes de los Mossos que custodian los accesos piden la identificación para dejar entrar a políticos, trabajadores de la cámara y periodistas, mientras otros patrullan dentro del recinto del parque, donde se encuentran aparcadas más de una docena de furgonetas de los antidisturbios.

Mas admite que el dispositivo policial no previó la violencia

El presidente catalán, Artur Mas, ha reconocido hoy que el dispositivo policial de ayer frente al parque de la Ciutadella se montó pensando en una protesta "pacífica" de los 'indignados' y no en una "kale borroka" contra los diputados. Después de que diputados de la oposición hayan empezado a dejar patente su malestar con el conseller del Interior, Felip Puig, por el dispositivo de los Mossos d'Esquadra en los alrededores del Parlament, Mas ha admitido que este tema "es materia opinable".

En la sesión de control parlamentario al presidente catalán, Mas no sólo ha evitado elogiar la planificación del dispositivo sino que ha reconocido implícitamente que partía de una premisa errónea, al pensar que la protesta de los 'indignados' no sería violenta. "Es evidente que el dispositivo policial seguramente estaba previsto en unas circunstancias de mayor tranquilidad y se tuvo que enfrentar con una 'kale borroka' organizada por parte de gente de extrema violencia", ha afirmado.

Pese a que, desde los incidentes por la carga policial del pasado 27 de mayo en la plaza Catalunya de Barcelona, Puig había denunciado el comportamiento "violento" de los concentrados, Mas ha destacado que los 'indignados' había prometido que en su protesta de ayer ante el Parlament habría "pacifismo total, ausencia de violencia total".

"Aquello que se nos había dicho y que muchos creyeron seguramente se convirtió en una especie de 'kale borroka' organizada alrededor del Parlamento de Cataluña. Del pacifismo que se había anunciado se pasó a la violencia, la intimidación y la coacción", ha añadido.