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CiU quiere acabar con la subvención a parados que “se pasan el día tomando copas en el bar”
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LOS SONDEOS DEJAN EN EL AIRE LA ALCALDÍA DE BARCELONA

CiU quiere acabar con la subvención a parados que “se pasan el día tomando copas en el bar”

Convergència i Unió (CiU) desempolvó ayer sus viejas armas de enfrentamiento con el Gobierno central para espolear a su militancia. El líder de Unió Democràtica de

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CiU quiere acabar con la subvención a parados que “se pasan el día tomando copas en el bar”

Convergència i Unió (CiU) desempolvó ayer sus viejas armas de enfrentamiento con el Gobierno central para espolear a su militancia. El líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida,  lo aireó ayer en el mitin final que los nacionalistas organizaron en Barcelona. Duran saltó al cuello a los socialistas, recordando que el Gobierno Tripartito de la Generalitat subvencionó el año pasado la compra de yates “modestos” con 470.000 euros (en realidad, tuvo un lapsus y dijo 470.000 millones de euros). Y el 39% de este dinero se lo llevaron dos ciudadanos: uno que se compró un yate de casi 4 millones de euros y el otro, de 1,4 millones de euros. “Ésta es la política social del Tripartito”, dijo para remarcar que las elecciones del 22-M serán una lucha a dos: o el socialista Jordi Hereu (“Tripartito”, matizó Duran, aunque la última legislatura el gobierno municipal fue bipartito, ya que estaba formado sólo por PSC e ICV) o Xavier Trias (CiU).

Pero el líder democristiano fue más allá. Abominó de la cultura del subsidio. El Gobierno, enfatizó, se gasta cada año “32.000 millones de las antiguas pesetas en subsidio de desempleo. Y eso no puede ser”.  Y añadió: “Necesitamos el apoyo de todos para cambiar el sistema de financiación, para modificar la cuota de solidaridad de Cataluña con el Estado. No puede ser que estemos pagando los subsidios a gente que se pasa el día tomando copas en el bar de su pueblo. Por eso, el presidente Mas necesita el apoyo de todos los ayuntamientos para presentar un nuevo pacto fiscal al Estado”. No dijo a quién se refería ni hacía falta: los subsidios de algunas comunidades a sus parados han de acabarse, según CiU. Y, aunque este tema no sea objeto de discusión en las municipales, la introducción de elementos de política general no es más que una herramienta que sirve a los nacionalistas para polarizar la campaña entre el pasado (Tripartito) y el futuro (nacionalistas).

El propio Artur Mas -que fue interrumpido cuando subieron al estrado varios manifestantes con pancartas de colectivos antitaurinos contra los correbous y que demostró sus tablas serenando el ambiente- aludió a la “letal combinación” de la crisis, el Tripartito y Zapatero y contrapuso esa “conjunción de astros” a su candidato, Xavier Trias. Aludió a las manifestaciones de las últimas semanas y subrayó que “cuando al frente de estas protestas se ponen partidos que han tenido responsabilidades de gobierno aquí, proclamando que no se ha de tocar nada, y los que hemos llegado y hemos tenido que levantar las alfombras, hemos de alzar la voz, porque eso es una actitud cínica y una manera de combatirlas es decirles que con su actuación pusieron en peligro la estabilidad y el progreso de este país”.

Duran y Mas fueron los teloneros de Trias en el mitin final de CiU, en Barcelona. Trias quiso centrarse en las propuestas de la ciudad, pero no pudo resistir el referirse a otros gobiernos. “El domingo elegimos entre el continuismo negativo o el cambio regenerador”, alertó. Y criticó a “quienes dejan un agujero de 7.600 millones de euros. Y eso sí que pone en peligro el Estado del Bienestar”, en referencia al déficit acumulado de la Generalitat que dejó el Tripartito. Y echó un cable a Artur Mas: prometió ser “colaborador total” de la Generalitat si es elegido alcalde.

Encuestas diversas

A pesar de esta ofensiva de CiU, la capital catalana está en el aire, aunque todos los partidos tienen clara una cosa: Barcelona es lo único importante. Los resultados en las demás ciudades son secundarios. La segunda localidad de Cataluña, Hospitalet de Llobregat, repetirá casi con total seguridad alcaldesa socialista; y la tercera, Badalona, posiblemente también, aunque el PP puede, por primera vez, igualar los resultados del PSC. Sin embargo, le faltarían socios de gobierno para hacerse con la alcaldía. A partir de ahí, todo es secundario. “Evidentemente, Barcelona es muy importante, por el peso que tiene y la repercusión en la opinión pública”, coinciden fuentes de varios partidos consultadas por El Confidencial.

Las últimas encuestas apuntan a que el actual alcalde, el socialista Jordi Hereu, recorta distancias con Xavier Trias, pero habrá que esperar a lo que dicen las urnas para ver el veredicto final de los ciudadanos. Nadie da nada por perdido y nadie da nada por ganado. El propio Trias hizo pública una encuesta esta semana según la cual podría alcanzar los 17 concejales (la mayoría absoluta se sitúa en 21) y el PSC se quedaría con 11. De ese modo, podría gobernar en coalición o bien con el Partido Popular (PP) o bien con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que sacaría 4 o 5.

Pero sus encuestas difieren de las que tienen socialistas y populares encima de la mesa. Las del PP, según manifestaron fuentes de esta formación a El Confidencial, le dan a CiU una horquilla de 14 o 15, entre 12 y 13 para el PSC y 7 u 8 para el propio PP. Los otros dos partidos en liza, ICV y ERC, sacarían entre 3 y 4 cada uno. De este modo, CiU tendría opción a alcanzar la alcaldía si cuenta con los votos populares o con los de los propios socialistas, aunque estos últimos ya han decidido que no quieren la sociovergencia en la capital catalana.

La campaña, pues, deja las espadas en alto en la ciudad de Barcelona, la principal plaza que la izquierda conserva desde el año 1979. Desde las filas del PSC se admite que la pérdida de la capital catalana sería un durísimo golpe para esta formación y, de rebote, para el PSOE. Hereu marcó distancias con sus rivales ayer por la noche, convencido de que tiene posibilidades de ganar a Trias.  El cartel que puso en el atril del discurso lo resumía todo: A punto de ganar. Su discurso fue directo al grano, atacando a su rival y reclamando el voto útil de la izquierda, estrategia que aceleró durante la última semana. Y, aunque no llevó discurso escrito ni guión, sino que realizó una improvisación, lo articuló en dos grandes ejes: el primero insistía en que los socialistas tienen aún la esperanza de conservar Barcelona, a tenor de lo que auguran las últimas encuestas; el segundo está basado en la insistencia de que Trias sólo podrá gobernar con apoyo del PP, con lo cual, si no existe el voto útil de izquierdas, la capital catalana caerá en manos de la derecha.

Sabía muy bien la idea que quería transmitir a su potencial electorado: “Somos los únicos que podemos garantizar un gobierno progresista y de izquierdas en Barcelona”. El propio alcalde se felicitó ayer, en el mitin final del PSC, que puede dar un vuelco a las encuestas. Y pidió el apoyo de los votantes del PSC, de ERC y de ICV. “Que todos lo tengan muy claro. Pido a la gente de izquierdas y de ERC y a los que dudan entre el PSC e ICV, de manera respetuosa, pero bien clara, que esta vez toca Jordi Hereu”. Y zanjó: “Sólo habrá Gobierno de izquierdas en Barcelona si la mía es la lista más votada. Los que no quieren un gobierno de derechas, con la suma de PP y CiU, que voten a Jordi Hereu. Y pido a los que votaron a CiU, a los que votaron por el cambio hace unos meses [en referencia a las autonómicas], que voten por Jordi Hereu, porque es la garantía de una Cataluña fuerte”.

El candidato del PP, Alberto Fernández Díaz, justificó su discurso en cinco puntos: la prioridad de fomentar la ocupación y la lucha contra la crisis; la necesidad de primar la seguridad y aprobar una nueva ordenanza de civismo; el control de la inmigración para que ésta sea ordenada y legal; las mejoras en los servicios sociales con especial atención a la tercera edad, discapacitados y guarderías; y la potenciación de la marca Barcelona. “El peligro que tiene Barcelona es que se radicalice el Gobierno de la ciudad. Y el PP es la única fuerza que puede evitar que se vuelva a materializar un Gobierno Tripartito o un Gobierno nacionalista de Trias con la Esquerra de Joan Laporta [refiriéndose al ex presidente del Barça, que va se presenta de número dos en coalición con ERC]”, señalan a este diario fuentes del la formación conservadora.

ICV y ERC, que no tendrán, en principio, grandes cambios respecto a otras elecciones, basan su estrategia esencialmente en la ecología y el nacionalismo, en la potenciación de políticas sociales y el apoyo a emprendedores y la cultura. Ambas formaciones hicieron guiños a los indignados que la última semana han acaparado la atención mediática. Al margen de todos ellos, una última formación que ha puesto toda la carne en el asador es Ciudadanos, a quien todos sitúan a las puertas de entrar en el Ayuntamiento, pero a quien le faltan un puñado de votos, según los sondeos conocidos hasta ahora.

Convergència i Unió (CiU) desempolvó ayer sus viejas armas de enfrentamiento con el Gobierno central para espolear a su militancia. El líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida,  lo aireó ayer en el mitin final que los nacionalistas organizaron en Barcelona. Duran saltó al cuello a los socialistas, recordando que el Gobierno Tripartito de la Generalitat subvencionó el año pasado la compra de yates “modestos” con 470.000 euros (en realidad, tuvo un lapsus y dijo 470.000 millones de euros). Y el 39% de este dinero se lo llevaron dos ciudadanos: uno que se compró un yate de casi 4 millones de euros y el otro, de 1,4 millones de euros. “Ésta es la política social del Tripartito”, dijo para remarcar que las elecciones del 22-M serán una lucha a dos: o el socialista Jordi Hereu (“Tripartito”, matizó Duran, aunque la última legislatura el gobierno municipal fue bipartito, ya que estaba formado sólo por PSC e ICV) o Xavier Trias (CiU).

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