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El PSC acusa a Mas de ocultar 2.000 millones en efectivo que heredó del Tripartito
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“A MONTILLA LE ENGAÑARON. OJALÁ TUVIÉSEMOS ESE DINERO”

El PSC acusa a Mas de ocultar 2.000 millones en efectivo que heredó del Tripartito

Dos mil millones de euros en efectivo. Eso es lo que dejó el Tripartito a Artur Mas en la caja de la Generalitat de Cataluña, según

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El PSC acusa a Mas de ocultar 2.000 millones en efectivo que heredó del Tripartito

Dos mil millones de euros en efectivo. Eso es lo que dejó el Tripartito a Artur Mas en la caja de la Generalitat de Cataluña, según asegura a El Confidencial un alto cargo del anterior Gobierno catalán. “Es dinero en cash, líquido, para ejecutar inmediatamente”, añade. La mencionada fuente afirma que justo antes del traspaso de poderes, el anterior presidente, José Montilla, y el nuevo, Artur Mas, mantuvieron un encuentro en el despacho oficial del líder del Ejecutivo catalán, al lado del Patio de los Naranjos. Tras la exposición de las cuentas, Mas le preguntó a Montilla a cuánto ascendía la “deuda aplazada”, es decir, las facturas que se dejaban a deber. Dicha deuda hace referencia a las facturas a proveedores cuyo pago se retarda en aras de otras prioridades y cuyo cobro puede demorarse años,  tanto que a algunas empresas les ha provocado graves problemas económicos e incluso el cierre. En el año 2003, cuando CiU perdió las elecciones, dejó en “deuda aplazada” un total de 3.000 millones de euros, “facturas en el cajón, de las que no se había informado”, según las mismas fuentes.

En la reunión, Montilla respondió a Mas que no había “deuda aplazada”, pero que sí estaban pendientes las últimas facturas a pagar, con una antigüedad media de 60 días. “Ésa es la realidad de las cuentas que dejamos. Todo transparente, por mucho que el Gobierno de Mas intente arrojar sombras de dudas sobre las finanzas de la Generalitat”, afirman fuentes del anterior Tripartito. En el actual Gobierno, sin embargo, rechazan estas acusaciones. “La caja estaba vacía. Ojalá fuese así y nos encontrásemos con 2.000 millones en mano. No dudamos de que Montilla actuaba de buena fe, pero lo engañaron. Alguien lo llevó al huerto”, dice un alto cargo del actual Ejecutivo a El Confidencial.

Según la versión de la Generalitat, “a Montilla le debieron explicar un cuento. Le engañaron. En todo caso, podrían presentar el resguardo del banco en el que había ese dinero. De ser cierto, no tendríamos los problemas que tenemos”. Además, esta fuente afirma que el anterior presidente “ocultó datos a su sucesor, como las partidas comprometidas sin dotaciones económicas previstas y que pueden sumar miles de millones de euros”.

Un déficit del 3,6%

En la sesión parlamentaria de ayer, Mas acusó al anterior Gobierno de llevar a Cataluña “directamente a la ruina” a causa de la ausencia de control del gasto público. Durante la sesión, Mas confirmó la información adelantada por este diario referente a que casi la mitad de la necesidad de endeudamiento que tiene la Generalitat para este año, cifrada en 11.000 millones, es para refinanciar la deuda que vence a lo largo del ejercicio. Y los números son preocupantes: el déficit llega al 3,6%, es decir, a 7.000 millones de euros, en vez del 2,4% previsto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero la posición del presidente del Ejecutivo catalán no es cómoda: desde unos segmentos políticos a Mas se le achaca que “mendiga” en Madrid unas migajas, cuando lo que debe hacer es una posición de fuerza; desde otros, se le critica por retomar la estrategia del “victimismo” exagerando la precariedad de las cuentas de la Generalitat.

En los partidos que formaban el extinto Gobierno ha sentado mal la actitud de CiU en las últimas semanas al hablar sobre las finanzas de la Generalitat. “Es verdad que había problemas, como corresponde a una época de crisis, pero otra cosa es pintarlas de manera apocalíptica como lo hace el nuevo equipo”, dice otra de las fuentes del anterior Gobierno consultadas por este diario.

El Gobierno podrá endeudarse

Un dirigente del PSC, el principal partido del Tripartito, señala que “Artur Mas está engañando a los ciudadanos. Para empezar, dice que es urgente la reforma económica, pero aplaza la aprobación de los presupuestos del 2001 hasta después de las elecciones municipales. Si es tan importante, ¿porqué no los presenta ya?”. Los presupuestos de este ejercicio no se pudieron aprobar porque el Parlamento catalán había sido disuelto debido a la convocatoria de elecciones autonómicas el 28 de noviembre. El nuevo Gobierno espera aprobarlos en el mes de junio de este año, según manifestaron a El Confidencial fuentes del Ejecutivo.

Pero hay más: “El Gobierno afirma que hay una situación insostenible y decide la supresión del Impuesto de Sucesiones, que le podría suponer la inyección de 400 o 500 millones de euros. Su supresión, en cambio, sólo beneficia a 527 personas. A los otros siete millones y pico, ni les afecta. Y también dice que no reducirá el gasto en temas sociales y empieza por suprimir obras en centros de atención primaria y en hospitales”.

Para el PSC, los miembros del nuevo Ejecutivo de Artur Mas “son muy inexpertos. Parece como si estuviesen asustados”. Aún así, los socialistas dieron su apoyo al Gobierno -lo mismo que PP y ERC- a que la Generalitat emita deuda por un máximo de 2.613 millones de euros de aquí a que se aprueben los presupuestos. La portavoz adjunta del PSC en el Parlamento, Rocío Martínez-Sampere, declaró ayer que este voto afirmativo a la decisión de endeudarse “en ningún caso comporta complicidad con la política económica de este Gobierno, que todavía no conocemos y que no se concretará en el presupuesto del 2011”. Su justificación es que “se ha de dar margen al Gobierno por una causa fundamentalmente técnica”. En términos parecidos se justificó el portavoz del PP, Enric Millo. El diputado republicano Sergi de los Ríos, por su parte, afirmó que ERC apoya la emisión de deuda “por coherencia y responsabilidad”, aunque critica el “alarmismo” que crea Mas sobre las finanzas.

Dos mil millones de euros en efectivo. Eso es lo que dejó el Tripartito a Artur Mas en la caja de la Generalitat de Cataluña, según asegura a El Confidencial un alto cargo del anterior Gobierno catalán. “Es dinero en cash, líquido, para ejecutar inmediatamente”, añade. La mencionada fuente afirma que justo antes del traspaso de poderes, el anterior presidente, José Montilla, y el nuevo, Artur Mas, mantuvieron un encuentro en el despacho oficial del líder del Ejecutivo catalán, al lado del Patio de los Naranjos. Tras la exposición de las cuentas, Mas le preguntó a Montilla a cuánto ascendía la “deuda aplazada”, es decir, las facturas que se dejaban a deber. Dicha deuda hace referencia a las facturas a proveedores cuyo pago se retarda en aras de otras prioridades y cuyo cobro puede demorarse años,  tanto que a algunas empresas les ha provocado graves problemas económicos e incluso el cierre. En el año 2003, cuando CiU perdió las elecciones, dejó en “deuda aplazada” un total de 3.000 millones de euros, “facturas en el cajón, de las que no se había informado”, según las mismas fuentes.

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