La primera medida de Artur Mas: reducir un 25% la plantilla de la Generalitat

El líder de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, ya se ve como President. Tanto que este lunes hizo públicas las primeras medidas que piensa adoptar en cuanto tome posesión del Palau de la Generalitat: aplicar un plan de reactivación económica, reducir entre un 20 y un 25% la plantilla del Gobierno autonómico, una cumbre con los agentes educativos para reducir el fracaso escolar, un plan de simplificación normativa y medidas más concretas como la supresión del Código Ético de los Mossos d’Esquadra ideado por el consejero Joan Saura, la eliminación del límite de velocidad de 80 kilómetros hora en los accesos a Barcelona y una cumbre de partidos para conseguir el Pacto Fiscal, con características del concierto económico que tienen el País Vasco y Navarra.

También aprovechó para atacar a su principal oponente, José Montilla. “Lo que pretendemos es pagar las deudas que deja Montilla -subrayó-, que hipotecarán a los catalanes por muchas décadas”. Y, de paso, “recuperar la confianza a través de un buen Gobierno”. Fue duro con el candidato socialista, a quien echó en cara que diga que CiU quiere recortar “el bienestar en un país que tiene un 18% de paro, un 20% de gente que vive en la pobreza y un 30% de fracaso escolar, además de un 40% de paro juvenil”. Y aprovechó para apostillar que los recortes más grandes han sido los del Gobierno Tripartito, pero recortes del estado del bienestar.

Sus medidas fueron contestadas inmediatamente por Montilla. “El escenario apocalíptico de nuestra economía o de nuestras finanzas que presenta el líder de la oposición es irreal y falso -dijo-. Pretende crear el estado de ánimo para justificar un recorte de las políticas sociales en el caso hipotético de una victoria electoral”. El candidato socialista reconoció que su Gobierno tiene déficit “como todos los gobiernos, como el que ellos [refiriéndose a CiU] dejaron en el 2003, de más de 1.300 millones de euros de entonces. Pero no tenemos los cajones llenos de facuras, como hicieron ellos, con un gasto aplazado de más de 3.000 millones de euros. Nosotros no escondemos facturas. Las pagamos, las contabilizamos y las financiamos”. Montilla aprovechó para recalcar que “lo peor de la crisis ya ha pasado” y que en este trimestre, por primera vez en tres años, “ya se han creado más empresas de las que han cerrado”. Además, citó al Financial Times, “una publicación nada sospechosa de ser de izquierdas”, para quien ”Cataluña ha creado la mitad de la ocupación de España en los últimos trimestres y casi toda la del sector privado”.

Todos contra Puigcercós

Mas también se refirió a las duras palabras del candidato de ERC, Joan Puigcercós, que dijo ayer domingo que Hacienda se ceba en Cataluña mientras que Madrid es una fiesta fiscal y en Andalucía no paga “impuestos ni Dios”. Para el candidato de CiU, estas declaraciones son “una salida de tono. El estilo es importante, la provocación de sacar pecho o marcar no sé qué acaba haciendo mal a Cataluña”. Y añadió: “Las salidas de tono causan una irritación innecesaria y no resuelven el problema de fondo, porque es cierto que Cataluña aporta muchos recursos al Estado y no acabamos de saber si sirven para que todo vaya mejor”. Mas emplazó finalmente al republicano a sentarse a una mesa y a aceptar “el pacto fiscal en la línea del concierto económico”.

Todos los partidos se echaron este lunes encima de Puigcercós. José Montilla calificó sus tesis de “falsas” porque “todo el mundo paga sus impuestos” tanto en Cataluña como en otras comunidades y se quejó de los políticos que hablan “sin criterio ni conocimiento”. La candidata del PP, Alicia Sánchez-Camacho, fue más contundente y calificó las afirmaciones del candidato republicano de “indignas e inaceptables, un insulto al pueblo andaluz. Y no es suficiente que pida perdón, porque esta manera de hacer política es un estilo que el PP ni quiere ni desea, ni tampoco los catalanes”. La candidata popular apeló a la solidaridad interterritorial: “De la misma forma que el 75% de lo que se recauda en Cataluña se hace en Barcelona y se redistribuye entre el resto de las provincias, es preciso hacer lo mismo entre las comunidades de toda España”. Su compañero de partido Esteban González Pons también censuró a Puigcercós y calificó al líder de Esquerra de “xenófobo, por no decir algo más fuerte”, por lo que le conminó a pedir perdón por ellas.

El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, aludió, asimismo, a las polémicas declaraciones y las achacó a un intento de tensar las relaciones entre Cataluña y España y al victimismo que practica Esquerra. Negó que en Cataluña haya más inspecciones, aunque advirtió que sería conveniente, en época de crisis, “hacerlas rigurosamente”.

Puigcercós, lejos de amilanarse ante el aluvión de críticas, respondió con números. Según la memoria de la Agencia Tributaria, la recaudación del fisco por vía ejecutiva en el 2008 fue de 311,2 millones en Cataluña, frente a los 155,4 millones de Madrid y los 54,7 millones de Andalucía. En cuando a las balanzas fiscales, el porcentaje sobre el PIB de Cataluña se sitúa en -8,7%, mientras que la de Madrid está en un -5,5% y Andalucía, en el 4,5%.

Con estos datos en la mano, Puigcercós se justificó diciendo que no quiso ofender con sus comparaciones: “No tengo nada contra Andalucía. Pero pido el mismo celo y el mismo respeto para Cataluña que se nos exigen a nosotros”. El líder republicano insistió en que Cataluña tiene un déficit fiscal de casi un 10% del PIB, que sus ciudadanos han de pagar servicios que en otras comunidades son gratis -como libros, ordenadores o peajes- y que además padece el doble de inspecciones fiscales que Madrid. Por ello, subrayó que quiere que se le responda “con cifras”, porque “Cataluña hace un gran esfuerzo y no se ve recompensada”. En este sentido, enfatizó que todos reconocen la aportación de Alemania a la UE, pero aquí nadie reconoce la aportación de Cataluña al Estado español.

Además, afirmó que "las cifras dicen que la gestión recaudadora por la vía ejecutiva es el doble en Cataluña que en Madrid y seis veces más que en Andalucía. Si a esto se le suma el déficit fiscal de 22.000 millones, la situación es muy injusta".