Independentistas a la greña: Laporta dinamita el Círculo Catalán de Negocios

La historia se repite. Los independentistas catalanes vuelven a desatar una guerra fratricida. Todos contra todos. El ex consejero republicano Joan Carretero, que se presenta a las elecciones autonómicas encabezando Reagrupament, se ha destapado con una crítica inusual hacia las consultas independentistas; Carretero cuestionó su utilidad por una razón de lógica: “La mayoría de los ciudadanos son gente racional e inteligente y la primera pregunta que se hacen es que si yo voy a votar, ¿pasará algo? No”. Es decir, no sirven para nada. Carretero es partidario, tal y como dicen los principios programáticos de su partido, de proclamar la independencia unilateralmente desde el Parlamento autonómico.

La que parecía buena sintonía entre el ex consejero republicano y Joan Laporta, que lidera Solidaritat Catalana, se ha quedado finalmente en otra pelea de patio de colegio. Pero en sus respectivas formaciones, el gallinero está revuelto. El Bloc Sobiranista Català, un grupúsculo independentista que había arrimado el hombro con Reagrupament, ha abandonado la coalición antes de las elecciones. Su presidente, Josep Maria Boix, acusó a Carretero de “prepotencia”. El motivo real, la poca presencia que le dejaban en la lista, ya que sólo admitían a Boix en la candidatura.

En Solidaritat Catalana también corren aires de crisis. El histórico PSAN (Partit Socialista d’Alliberament Nacional) estudia dejar la coalición electoral después de que los socios del FC Barcelona decidiesen interponer una demanda contra Laporta; en ella le exigían responsabilidades por la desastrosa política económica que había llevado a cabo durante su mandato al frente del club. Laporta cuenta con el apoyo de la asociación Els Verds-Alternativa Verda, que encabeza el periodista Santiago Vilanova, pero otra organización, Els Verds-Esquerra Ecologista, ha desatado una guerra sin cuartel contra el ex presidente del Barça. Esta asociación ha sido una de las más activas para denunciar los negocios inmobiliarios de Laporta en la comarca del Baix Llobregat, donde adquirió terrenos que ahora están a punto de recalificarse, un pelotazo urbanístico de primera magnitud.

Antoni García, portavoz de Els Verds-Esquerra Ecologista, emitió un comunicado pidiendo a Vilanova que reconsidere su postura. En su última entrada del blog dice: “Laporta representa la derecha independentista o, dicho de otra manera, la marca blanca soberanista de Convergència, porque al fin y al cabo a Mas le interesa pactar antes con un viejo conocido de su órbita de negocios que no con un partido que tiene un proyecto nacional y social sin hipotecas”. García también pide al líder de Solidaridad Catalana “que deje de hacerse el víctima y que no vaya dando lecciones de independentismo”.

La pataleta del Cercle Català de Negocis

Sin embargo, la pelea más mediática es la batalla interna que se vive en el Cercle Català de Negocis, una asociación empresarial que propugna la independencia y que ha expulsado a su presidente, Ramon Carner, por alinearse claramente con Reagrupament. Parte de su junta apuesta por Solidaritat Catalana. Además, Carner no tuvo compasión con dos de los apoyos fundamentales de Laporta: el ex diputado republicano Uriel Bertran, y el ex dirigente de Convergència Alfons López Tena, de quienes dijo que son “mercenarios del poder anticatalán”. Esas palabras fueron el detonante de la ruptura del CCN. Tan tensa llegó a ser la situación que el pasado sábado, les impidieron el acceso a sus instalaciones. Los miembros de la junta cercanos a Laporta destituyeron a los carreteristas: Carner como presidente y Joan Canadell como secretario general. Y el lunes, Carner estalló con un comunicado público negando la legitimidad de esa junta y acusando a Laporta de intentar instrumentalizar su asociación y de dinamitar el independentismo. La Dirección General de Derecho y Entidades Jurídicas del departamento de Justicia de la Generalitat ha tomado cartas en el asunto y ha certificado que Carner sigue siendo presidente, ya que la junta convocada para destituirle no podía apartarle de sus funciones, puesto que en ella se habían incluido personas que no formaban parte de la misma.

La situación sorprende. Máxime si tenemos en cuenta que Carner, y el CCN fue uno de los apoyos incondicionales que tuvo Laporta cuando todavía era presidente del Barça y no había hecho el salto a la política. El propio ex presidente del Cercle afirma que su asociación estuvo asesorando a Laporta y a su equipo pero, de repente, desapareció. Incluso el CCN dio clases particulares a Xavier Sala i Martin, el hombre de los números del Barça, a quien le pasaron documentos e informes sobre el expolio fiscal que padece Cataluña por parte de España. No se queda ahí la pataleta. También asegura que algunos dirigentes del CCN han colocado a sus mujeres en las listas de Laporta. Y cuenta además que Emili Valdero, ex secretario de Comercio y Turismo de la Generalitat, que se escindió de ERC, pasó por Reagrupament y ahora milita en Solidaritat, decía hace tan sólo unos meses que el presidente del Barça era un “impresentable” y que no lo votaría nadie. ahora es uno de los hombres de confianza de Laporta. Carner era partidario de que el CCN no interviniese en política y recomendaba a sus asociados que votasen a Reagrupament o a Solidaritat. Pero sus querencias se decantan hacia Carretero. No en vano acaba de ser distinguido, la pasada semana, con el premio Segador del Año, una plaza que otorga Reagrupament a “defensores de la patria”. Precisamente, en el acto de entrega, el presidente del CCN pidió el voto para ese partido.

Carner, empresario con parada en el emblemático mercado de la Boquería, tiene también una empresa de alimentación, àpat’s Foods, y ha sido el impulsor de la denominada Xarxa de Bons Negocis (Red de Buenos Negocios), cuya máxima es “hagamos negocios entre patriotas” para favorecer los negocios entre empresarios partidarios de la independencia.