Es noticia
La alta abstención podría convertirse en un inesperado aliado para Joan Laporta
  1. España
  2. Cataluña
PODRÍA ALCANZAR EL 50% DEL ELECTORADO

La alta abstención podría convertirse en un inesperado aliado para Joan Laporta

El Centro de Estudios de Opinión (CEO), es decir, el CIS catalán, tiene a punto una nueva encuesta de opinión ante las elecciones autonómicas del próximo

Foto: La alta abstención podría convertirse en un inesperado aliado para Joan Laporta
La alta abstención podría convertirse en un inesperado aliado para Joan Laporta

El Centro de Estudios de Opinión (CEO), es decir, el CIS catalán, tiene a punto una nueva encuesta de opinión ante las elecciones autonómicas del próximo 28 de noviembre, según fuentes solventes consultadas por El Confidencial. Sus datos son similares a los del último sondeo. La característica principal, aparte de la ventaja que lleva Convergència i Unió (CiU), con un 40% de los votos, el doble que su principal rival, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que llega sólo al 20%, es la grandísima abstención que se espera. El 50% de los catalanes no piensa acudir a las urnas.

 

¿Cuál es la principal consecuencia de esta masiva apatía? Que los partidos minoritarios, los que irrumpen en el panorama político catalán, algunos de ellos de raíz casi folclórica, pueden acceder a la cámara autonómica. Y ello porque tienen poco público, pero tremendamente disciplinado, que funciona a golpe de silbato y que se moviliza al 100% a la menor ocasión. En este sentido, los partidos mayoritarios serían los verdaderamente perjudicados. Con una abstención del 35% y la intención de voto según reflejan las encuestas oficiales, CiU rozaría la mayoría absoluta o la conseguiría directamente.

Pero con la alta abstención, sus expectativas bajan y se quedarán alrededor de los 60 escaños, lejos todavía de los 68 necesarios para la mayoría absoluta. En ese hipotético escenario, el partido extraparlamentario que mayores posibilidades tiene de obtener representación es Solidaritat Catalana, del ex presidente culé Joan Laporta. “Paradójicamente, los que se queden en casa en estas elecciones estarán votando indirectamente a Laporta”, opina un político en activo consultado por este diario. Paradojas de la vida.

Laporta, que hoy celebra una convención de su partido en el Palacio de Congresos de Barcelona, no pierde onda. Quiere aprovechar la demanda de responsabilidad que los socios del Barça interpondrán en su contra para sacar provecho electoral, apelando al victimismo. Que hablen de él, aunque sea mal. Su meta es ser el voto útil de los extraparlamentarios.

Por eso, anunció ayer, a través de la agencia Europa Press, la presentación de una querella contra su sucesor en el Barça, Sandro Rosell, ampliable a la nueva directiva, por los presuntos delitos de “injurias, calumnias, atentado a la imagen y al honor, falsedad documental, falsificación en documento mercantil y maniobras para alterar el precio de las cosas”. Ya lo había anunciado hace unos días, al igual que su intención de estudiar si se amplía a KPMG, la auditora que revisó sus cuentas y encontró tantas salvedades que los 11 millones de beneficios se convirtieron, de repente, en casi 80 millones de pérdidas. En su particular teoría de la conspiración, llega a acusar a algunos dirigentes de CiU, de los que no cita el nombre, y al presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (ERC), de estar detrás de la demanda de los socios.

Las mentiras demostradas

Pero, en realidad, Laporta ha recurrido a la cortina de humo y al falseamiento de la verdad para sumar méritos como mártir independentista. Algunas de las acusaciones que lanzó contra el club son contestadas con rotundidad por una fuente de la actual directiva: “Dijo que no había tenido acceso a la due dilligence completa, sólo a lo que se presentó ante la asamblea de socios, pero es mentira. Durante varios días, tanto él como sus directivos tuvieron a su disposición la auditoría completa en las instalaciones del club. Ninguno se dignó en pasarse por allí a recogerla. Y también dijo que no se le había dejado defender sus cuentas ante los socios. Mentira de nuevo. Fue invitado a asistir a la asamblea y lo rehusó. Si su defensa son las mentiras, él mismo se descalifica”.

Pero hay más: “Las cuentas del Barça, tal y como estaban formuladas, no se sostenían. De ahí que tuviesen que reformularse para adaptarlas a los criterios contables normales. Sandro Rosell no va a pillarse las manos dando por bueno un desaguisado económico que luego se le puede imputar a él. Ha de recordarse, además, que Laporta manejó el club de manera poco ortodoxa. Y fue un juez el que tuvo que obligarle a convocar elecciones en el 2006”.

Pero Laporta tiene otro enemigo de altura: el agente de la FIFA Bayram Tutumlu, que ya le había denunciado a finales del año 2009. Tutumlu ha vuelto a la carga, ahora con datos muy concretos: Laporta cobró comisiones de 3 millones de euros a través de su despacho por utilizar al Barça. El dinero salió de las arcas de Zeromax, la compañia propiedad de Miradil S. Djalalov, vinculado al club Bunyudkor de Uzbekistán e incluso al presidente de este país, Islam Karimov y a su hija, Gulnara Karimova. Zeromax era la empresa que intentó comprar el Real Mallorca, negocio donde Laporta también intentó sacar tajada cobrando una comisión del 7%. Falló una cosa, pero el presidente del Barça no perdió comba y, según la nueva querella presentada por el agente de la FIFA, recibió suculentas comisiones por llevar a jugadores culés a la lejana ex república soviética.

De confirmarse la utilización de su cargo en beneficio personal, tendrá muy difícil explicar su repentino enriquecimiento que le ha llevado a comprar, en 2009, un lujoso piso en plena Diagonal de Barcelona por la nada despreciable cifra de alrededor de 3 millones de euros. Pero también se preparan informes que hablan de cuentas en el extranjero, con transacciones internacionales de las que han salido interesantes partidas mensuales a nombre del testaferro de un ex entrenador de fútbol muy amigo suyo y con el que compartiría negocios. Un culebrón que puede dar mucho de sí.

El Centro de Estudios de Opinión (CEO), es decir, el CIS catalán, tiene a punto una nueva encuesta de opinión ante las elecciones autonómicas del próximo 28 de noviembre, según fuentes solventes consultadas por El Confidencial. Sus datos son similares a los del último sondeo. La característica principal, aparte de la ventaja que lleva Convergència i Unió (CiU), con un 40% de los votos, el doble que su principal rival, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que llega sólo al 20%, es la grandísima abstención que se espera. El 50% de los catalanes no piensa acudir a las urnas.

Joan Laporta Cataluña Bayram Tutumlu