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El juez del ‘caso Palau’ tiene la contabilidad B de Millet desde 2009 pero no la ha investigado
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LAS ACUSACIONES PIDEN ACCESO A LOS DOCUMENTOS

El juez del ‘caso Palau’ tiene la contabilidad B de Millet desde 2009 pero no la ha investigado

La investigación del expolio del Palau de la Música de Barcelona no está, ni mucho menos, concluida. Las acusaciones personadas en el caso han pedido al

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El juez del ‘caso Palau’ tiene la contabilidad B de Millet desde 2009 pero no la ha investigado

La investigación del expolio del Palau de la Música de Barcelona no está, ni mucho menos, concluida. Las acusaciones personadas en el caso han pedido al juez que instruye el sumario, Juli Solaz, que les traslade algunos documentos que habían sido incautados en las dependencias de la institución y que no habían sido tenidos en cuenta hasta ahora. Uno de estos documentos es un voluminoso dietario que llevaba Elisabeth Barberà, secretaria personal del presidente del Palau, Fèlix Millet, y en el que anotaba detalladamente todas las entradas y salidas de dinero en efectivo de una las cajas fuertes que había en la sede de la entidad.

El pasado mes de mayo, Barberà declaró ante el magistrado que todas las salidas de dinero se anotaban en una carpeta que estaba en el ordenador de una de sus compañeras, pero también admitió que ella llevaba “la contabilidad en un libro manual, tipo contabilidad antigua, de entradas y salidas”. Ahí constaba, según confesó, “todo lo que se entregaba, lo que salía y lo que se compraba”. El dietario se guardaba en un cajón de su mesa de trabajo, “por lo que debe estar en las dependencias del Palau”.

Pero no. El libro ya no estaba allí. Nadie conocía su existencia hasta ese momento. En realidad, el dietario formaba parte de una serie de documentos que fueron incautados por los Mossos d’Esquadra el 14 de octubre del año pasado. Es decir, lleva incautado hace casi un año, pero no se ha tenido en cuenta todavía a la hora de tomar decisiones. Los agentes se llevaron en aquella fecha cuatro cajas de documentación para entregar al juzgado. Y durante los siguientes meses, durmieron en dependencias oficiales, ajenas al escándalo que les afectaba. De hecho, no fue hasta mayo pasado, apenas unos días antes de la declaración de Elisabeth Barberà, que los Mossos hicieron llegar al juez el listado pormenorizado de los documentos hallados. Y en ellos figuraban dos libros de contabilidad, uno con anotaciones desde 1977 y otros con contabilidad detallada de salidas y entradas en efectivo desde el 2002 hasta el 2009.

Una fuente que vio la prueba físicamente declaró a El Confidencial que se trata de un dietario “muy grueso”, el típico libro de contabilidad con varias casillas para anotar el concepto, el debe, el haber y el saldo. Curiosamente, el libro con anotaciones desde 1977 es muchos menos voluminoso.

Un ‘agujero negro’ en el despacho de Millet

Pero, ¿por qué puede ser interesante el libro gordo de Millet? Para saber si en él están también anotados los pagos a personas físicas ajenas al Palau de la Música y, en concreto, pagos a políticos. “De hecho, es una especie de contabilidad B del Palau”, dice una fuente cercana a la investigación. Según las declaraciones de la secretaria de Millet, cada mes ingresaban en la caja fuerte de la tercera planta del Palau entre 40.000 y 50.000 euros en efectivo. Barberà afirmó ante el magistrado este dinero “era particular del señor Millet” y provenía de sus cuentas corrientes. Otros empleados, sin embargo, declararon ante el juez que a veces tenían que ir a los bancos con talones para retirar dinero que entregaban a la secretaria del presidente. Y esas cuentas eran del Palau. El movimiento de líquido en la caja fuerte era tal que cuando los Mossos registraron por primera vez la sede encontraron en ella casi 200.000 euros en efectivo. Ese dinero quedó depositado en la caja, pero una semana después, cuando volvieron para incautarlo, había desaparecido.

Aún así, según Barberà, gran parte del dinero sólo servía para pagar las hipotecas de Millet (ella era la encargada de distribuir sobre con dinero en efectivo cada semana), además de pagar al servicio de las mansiones del presidente, ayudar económicamente a sus hijas y dar 3.000 euros fijos a la mujer del jefe, Marta Vallès, para los gastos mensuales. “Mucho volumen de ingresos para tan pocos gastos”, aducen desde las acusaciones.

“Este dinero escapaba a todos los controles de la contabilidad oficial -señalan las fuentes consultadas-. Tanto es así que la caja fuerte de la tercera planta es un verdadero agujero negro en el Palau. La auditoría que realizó Hacienda se hizo sin tener en cuenta este flujo dinerario. Y la auditoría que los nuevos gestores realizaron a partir del mes de agosto del año pasado tampoco contó con estos documentos para verificar cómo estaba la situación financiera del Palau”.

Ahora, las acusaciones quieren que el juez investigue “si existen datos en ese dietario sobre pagos realizados en efectivo y de los que no queda rastro durante los años en que duró el saqueo”, según manifestaron a El Confidencial fuentes cercanas al caso, y quieren que se les dé traslado de las pruebas. “Se ha de llegar hasta el final y hemos de examinar con lupa toda la documentación hallada”, añaden las mismas fuentes.

El magistrado, de momento, quiere avanzar la instrucción que tiene abierta, dando prioridad a las declaraciones de todos los implicados, antes de abrir nuevas líneas de investigación. Pero sus últimas actuaciones han levantado suspicacias: la pasada semana, denegó a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) su personación en el caso y sólo podrá estar presente en la instrucción a través de la Diputación de Barcelona, que está en la causa debido a que había concedido algunas subvenciones públicas a la institución, además de pertenecer al Consorcio del Palau.

Hace unos meses, Solaz exigió una fianza de 6.000 euros a la FAVB para personarse en el caso como acusación popular. Esta entidad anunció en mayo pasado una emisión de 240 bonos solidarios de 50 euros cada uno para sufragar esos gastos. La suscripción fue un éxito y recaudó 9.800 euros. Pero, sorpresivamente, un auto del mismo juez de este mes de octubre les quita ese privilegio y les obliga a estar presentes a través del abogado de la Diputación. “Moveremos cielo y tierra para que esto salga adelante. Pensamos que tenemos que tenemos toda la legitimidad. Pero esto no se puede quedar aquí. Nosotros iremos a por todas”, declaró a Barcelona Televisió Jordi Giró, vicepresidente de la FAVB.

El juez, no obstante, justifica su decisión en base a un “criterio de economía procesal”, aunque para la FAVB lo que ha habido es una exclusión “de forma sutil pero efectiva” de esta institución en la instrucción del sumario. Y no entienden cómo puede obligarles el juez a ser representados por el letrado de una entidad con la que en determinados momentos pueden tener intereses contrapuestos.

La investigación del expolio del Palau de la Música de Barcelona no está, ni mucho menos, concluida. Las acusaciones personadas en el caso han pedido al juez que instruye el sumario, Juli Solaz, que les traslade algunos documentos que habían sido incautados en las dependencias de la institución y que no habían sido tenidos en cuenta hasta ahora. Uno de estos documentos es un voluminoso dietario que llevaba Elisabeth Barberà, secretaria personal del presidente del Palau, Fèlix Millet, y en el que anotaba detalladamente todas las entradas y salidas de dinero en efectivo de una las cajas fuertes que había en la sede de la entidad.

Fèlix Millet