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El 'arquitecto de Maragall' también se apunta a la independencia
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ORIOL BOHIGAS FICHA POR EL REFERENDUM SOBERANISTA EN BARCELONA

El 'arquitecto de Maragall' también se apunta a la independencia

Hubo un tiempo en que decir Oriol Bohigas en Barcelona era signo de modernidad, de progresismo y de gauche divine. A partir de hoy, puede ser

Foto: El 'arquitecto de Maragall' también se apunta a la independencia
El 'arquitecto de Maragall' también se apunta a la independencia

Hubo un tiempo en que decir Oriol Bohigas en Barcelona era signo de modernidad, de progresismo y de gauche divine. A partir de hoy, puede ser signo de independencia. Porque el octogenario Bohigas -a punto de cumplir los 85 años-, íntimo amigo de Pasqual Maragall, también apuesta por un referéndum soberanista. Fue socialista de toda la vida, aunque del ala soberanista, catalanista o nacionalista del PSC. Y ahora, después de que su amigo Maragall oficiase como conversor ideológico concediendo una polémica entrevista al boletín interno de Convergència i Unió (CiU), y de que su correligionario Jaume Sobrequés -ex diputado socialista- se pasase a las filas convergentes ante las elecciones, él se ha apuntado al carro del independentismo. ¿Cómo? Muy fácil: se ha adherido a la Plataforma Ciutat Vella Decideix, un movimiento que propugna un referéndum independentista en la capital catalana para el mes de abril del 2012, con el que incluso CiU ha coqueteado en los últimos meses pero al que rehusa dar un apoyo manifiesto porque espera que haya un impulso ciudadano que confirme un masivo soporte popular mínimo.

Ésta es una plataforma donde confluyen históricos militantes del catalanismo radical. Entre otros, el escritor Mathew Tree, inglés afincado en Barcelona desde hace 26 años, independentista declarado, mimado por los gobiernos nacionalistas y que ha llegado a tener programa propio en la televisión catalana. O el escultor y ex diputado de ERC Jaume Rodri (hace años que abrevió su apellido Rodríguez por las connotaciones españolistas del mismo, según comenta un amigo suyo a El Confidencial); el filósofo Josep Maria Terricabras; el editor Vicent Partal, un valenciano propietario de uno de los holdings de comunicación más potentes  de habla catalana y receptor de millones de euros en subvenciones de la Generalitat durante la última década; el actor Carles Canut, perico confeso (es decir, hincha del RCD Espanyol) y director de la Fundació Romea; o el periodista Víctor Alexandre, receptor en el 2005 del premio Lluís Companys que concede ERC (justamente tras publicar el libro El caso Carod, que novelaba el encuentro del entonces conseller en cap del Gobierno catalán con miembros de ETA en el sur de Francia a comienzos del 2004) y que fue luego demonizado por este partido aduciendo que practicaba un independentismo crispado.

Pero la de Bohigas no es una neoconversión. El arquitecto era catalanista hace muchos años. Discípulo del Bocaccio (el templo nocturno creado por Oriol Regàs, pasarela de vanidades y de antifranquistas de la alta sociedad), como una buena parte de la clase política acomodada -sea del partido que sea, desde CiU hasta PSC pasando por PP o ERC-, siempre tuvo muy presente los signos identitarios. “La Cataluña autónoma, ya la tenemos. En realidad, Cataluña nunca había sido tan autónoma como hoy. El problema real de Cataluña es que, con autonomía o sin ella, no tiene resueltos sus vínculos o sus relaciones con el Estado español. Y el Estado español es un Estado que no funciona bien para nosotros y tenemos cierto rechazo hacia la situación actual, con la imperialización del poder castellano o español sobre Cataluña”, declaraba no hace mucho a Vilaweb, una de las publicaciones de su amigo de aventura Vicent Partal.

De asesor a concejal

Bohigas fue Premio Nacional de Arquitectura del Ministerio de Vivienda en el año 2006, en reconocimiento a su dedicación a la formación de una cultura urbanística en España. Pero, sobre todo, fue el arquitecto de Pasqual Maragall. Tanto que, tras ser delegado de servicios de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona desde 1980, el entonces alcalde Maragall le enchufó en 1984 como consejero urbanístico y, al mismo tiempo, le encargó el plan especial para construir la Villa Olímpica y el Puerto Olímpico de Barcelona. En 1991, antes de acabar su cometido, también fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

Al margen de varias remodelaciones de espacios públicos y privados de la capital catalana, Bohigas había concebido un ambicioso proyecto para limpiar la cara a los barrios más marginales del este de Barcelona. En sus planos urbanísticos, creados e finales de los 80, aparece la la erradicación incluso del barrio de La Mina. Ubicado encima del actual centro de Diagonal Mar, La Mina ocupa una estrecha franja entre Barcelona y el río Besòs, pero pertenece administrativamente a la ciudad de Sant Adrià del Besòs. Es un barrio marginal donde un alto porcentaje de vecinos pertenecen a la clase baja y con un alto grado de delincuencia.

Cuna del patriarca gitano Tío Manolo, fallecido hace unos años, al que sustituyó el Tío José, el plan de Bohigas era hacer desaparecer este barrio y construir residencias para personas de alto poder adquisitivo -algo parecido a lo que ocurrió en la zona del barrio de Poblenou cuando se construyó la Villa Olímpica-. Los planos con las vías de comunicación, la distribución de los edificios y los costes -anotados de puño y letra, ya fuese a bolígrafo o a lápiz, por los arquitectos-, fueron arrojados a la basura por el despacho de Bohigas y apilados junto a los contenedores.

Algunos de los archivadores, sin embargo, se salvaron del olvido eterno y fueron rescatados por vecinos, que los conservan como documentación histórica de la transformación de la ciudad. En ellos, por ejemplo, se detallan diferentes posibilidades de construcción de la Villa Olímpica y de La Mina, dependiendo del trazado de las rondas, las vías rápidas de comunicación que se construyeron entonces y que rodean la capital catalana como desahogos de la circulación. Pero, sobre todo, lo mareante es el baile de millones de pesetas que entonces se manejaban y que figuran en muchas de las hojas del arquitecto, tanto en soporte papel normal como en soporte papel cebolla.

Hubo un tiempo en que decir Oriol Bohigas en Barcelona era signo de modernidad, de progresismo y de gauche divine. A partir de hoy, puede ser signo de independencia. Porque el octogenario Bohigas -a punto de cumplir los 85 años-, íntimo amigo de Pasqual Maragall, también apuesta por un referéndum soberanista. Fue socialista de toda la vida, aunque del ala soberanista, catalanista o nacionalista del PSC. Y ahora, después de que su amigo Maragall oficiase como conversor ideológico concediendo una polémica entrevista al boletín interno de Convergència i Unió (CiU), y de que su correligionario Jaume Sobrequés -ex diputado socialista- se pasase a las filas convergentes ante las elecciones, él se ha apuntado al carro del independentismo. ¿Cómo? Muy fácil: se ha adherido a la Plataforma Ciutat Vella Decideix, un movimiento que propugna un referéndum independentista en la capital catalana para el mes de abril del 2012, con el que incluso CiU ha coqueteado en los últimos meses pero al que rehusa dar un apoyo manifiesto porque espera que haya un impulso ciudadano que confirme un masivo soporte popular mínimo.

Fundación Pasqual Maragall Independentismo