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Fèlix Millet dobló su patrimonio en Suiza en sólo siete años, hasta los 2 millones de dólares
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¿UN MAGO DE LAS FINANZAS?

Fèlix Millet dobló su patrimonio en Suiza en sólo siete años, hasta los 2 millones de dólares

Cuando, a mediados de octubre del pasado año el juez tuvo que tomar declaración a Fèlix Millet, ex presidente del Palau de la Música de Barcelona,

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Fèlix Millet dobló su patrimonio en Suiza en sólo siete años, hasta los 2 millones de dólares

Cuando, a mediados de octubre del pasado año el juez tuvo que tomar declaración a Fèlix Millet, ex presidente del Palau de la Música de Barcelona, el otrora gran patrón de la burguesía catalana fue tajante al afirmar que tenía una cuenta en Suiza, abierta poco después de la muerte de Franco. “Sólo hubo una operación el año pasado de 40 millones de pesetas por una venta de un solar, que una parte se pagó en Suiza y la otra se pagó aquí”. Millet aseguró que su saldo, de alrededor de un millón de euros, era “de hace veinte o treinta años”.

 

Pero no todo era absolutamente cierto. La cuenta, abierta en la Compagnie Bancaire de Genêve (CBG), ha estado operativa durante estos años y, a través de ella, Millet canalizaba inversiones internacionales, especialmente obligaciones y acciones, según la documentación incautada por la Policía. Tanto que a finales del año 2007 tenía en ella activos por casi 2 millones de dólares. Las tímidas inversiones de los años 90 contrastan con las fuertes apuestas monetarias en los mercados internacionales que comenzó en el año 2003, fecha que coincide con el inicio del gran expolio del Palau de la Música. Ése fue el año crucial en la investigación de Hacienda y la posterior de Fiscalía: ingentes cantidades de dinero en efectivo comenzaron a desaparecer de las cuentas de la institución musical y el patrimonio de Millet comenzó a crecer desmesuradamente. Pero, paralelamente a estas misteriosas desapariciones, comenzaron a crecer las inversiones del cliente 241 (el nombre en clave que Millet tenía) en la cuenta 707015.

En el año 1999, el entonces presidente del Palau movía pequeñas cantidades de dinero. Por ejemplo, había comprado obligaciones de Dell Computer, Johnson & Johnson, Pearson, o ING, entre otras, en paquetes que en pocas ocasiones sobrepasaban los 20.000 dólares. Incluso realizaba operaciones por valor de menos de 2.000 dólares. Más arriesgado era con los fondos de obligaciones, donde invirtió más de 500.000 dóalres en British Telecom, Procter & Gamble, British Gas, Rabobank, Genelec Capital o ABN Amro. Su fortuna en el país helvético era, entonces, de 1.004.669,37 dólares. Todavía en el año 2001 sus inversiones eran conservadoras y escasas, tanto que en ocasiones compraba acciones por varios cientos de dólares o por tan sólo unos pocos miles. A finales de ese año, sus depósitos en la cuenta eran todavía de 1.038.918,25 dólares.

A finales del 2002, el patrimonio se había incrementado hasta 1.153.512 dólares. Pero a finales de ese ejercicio, los fondos llegaban a casi 1,3 millones de dólares. En esa época, Millet ya apostaba fuerte: había comprado acciones de Gas Natural, Telefónica, Endesa, Zurich Finance Services, Novartis, Baloise, Nortel Networks, Lucent Technologies y Aegon, además de invertir también casi 600.000 dólares en obligaciones. Entre ellas, cabe destacar 110.628,56 euros en Imperial Tobacco, 81.957,75 euros en Repsol y 67.600,08 euros en Endesa.

También se servía de fondos de inversión para mover su dinero. Los que más utilizaba eran Moore Global Invest, Wimbledon Fund, Ashmore Emerging Market LIP, Tewksbury Investment o MW Japan. Incluso realizó, en algunos ejercicios, compra de metales preciosos, según se desprende de los extractos bancarios.

El gran salto adelante

Las cosas le fueron bien. Tan bien que a finales del 2007 el saldo de la cuenta ascendía a casi 2 millones de dólares. En otras palabras: desde finales del 2002, o sea, en sólo cinco años, había incrementado su fortuna en Suiza en más de 800.000 dólares. Y en sólo siete años, había doblado el dinero que tenía en el banco. O era un mago de las finanzas o durante esa época inyectó fondos en la cuenta, contrariamente a lo que declaró ante el juez. En esa época, disponía de dos depósitos fiduciarios en Luxemburgo, canalizados por Luxembourg SGBT, es decir, por la Société Générale Bank & Trust, por valor de casi 162.000 y de 223.000 dólares. Además, había invertido más de 79.000 euros en acciones de Société Générale, más de 53.000 euros en acciones del Grupo Catalana Occidente, más de 39.000 euros en Aegon y casi 55.000 dólares en EMC. También disponía de más de 200.000 dólares en fondos de acciones canalizados a través de Powershares Water Resources y de MW Japan y tenía casi 350.000 dólares invertidos en productos alternativos a través de Moore Global Fixed, de Moor Global Investments y de Tewksbury. Y, por si fuera poco, había comprado 400 onzas de metales preciosos que le costaron 400 PAO (Paladio en Onzas), lo que representa 138.000 dólares (cada PAO se cambiaba a 345 dólares).

El año anterior, su cuenta era menos abultada: el saldo llegaba a 1.688.569 d´lares. Una anotación realizada a mano por el propio Millet en los extractos bancarios detallaba que esta cantidad representaban 1.340.134 euros y 222.979.556 pesetas. Sus inversiones en ese ejercicio fueron muy diversificadas: compró acciones de Novartis, Aegon, Enagás, Grupo Catalana de Occidente, Theolia, Mosaic, Nortel Networks y ABN Amro. Cada uno de los paquetes accionariales, sin embargo, no bajaba nunca de los 40.000 euros. En ese ejercicio, la inversión realizada en ABN Amro fue de casi 65.000 euros. En aquellos momentos, comenzaba la operación de asalto del Banco Santander sobre el banco holandés, información que se había filtrado sólo a reducidos círculos, ya que fue a finales de año cuando comenzó a circular el rumor de que la entidad española estaba interesada en la holandesa. Curiosamente, otro de los inversionistas en ABN en la primavera de ese año fue Macià Alavedra, que compró un paquete accionarial por más de 50.000 euros a través de una cuenta en Andorra en la que también figuraba su esposa.

De la frenética actividad de Millet a través de su cuenta suiza da cuenta el extracto de los diferentes años. En el 2004, por ejemplo, se hizo con paquetes de obligaciones de Toyota Crédit Canada, de Genelec Capital y de Nederland Waterschapsbank en cantidades que rondaban los 60.000 dólares por cada paquete. Pero también compró acciones de Repsol YPF, Enagás, Aegon, Sodexho, Zurich Financial Services o Lucent Technologies, entre otras. Y en el 2005 probó por primera vez en el mercado de metales preciosos invirtiendo algo más de 46.000 euros en paladio. Además, ese ejercicio utilizó diversos fondos para mover su dinero: Moore, MW Japan, Tewksbury, Wimbledon, Sgam i Optimum y Kheops. Pero su sueño faraónico se truncó cuando se descubrió el expolio del Palau de la Música y la cuenta 707015 dejó de moverse.

Cuando, a mediados de octubre del pasado año el juez tuvo que tomar declaración a Fèlix Millet, ex presidente del Palau de la Música de Barcelona, el otrora gran patrón de la burguesía catalana fue tajante al afirmar que tenía una cuenta en Suiza, abierta poco después de la muerte de Franco. “Sólo hubo una operación el año pasado de 40 millones de pesetas por una venta de un solar, que una parte se pagó en Suiza y la otra se pagó aquí”. Millet aseguró que su saldo, de alrededor de un millón de euros, era “de hace veinte o treinta años”.

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