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El nacionalismo sale airoso de su último desafío y acaba con los toros en Cataluña
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LO EQUIPARAN A LA CAZA DEL ZORRO EN INGLATERRA

El nacionalismo sale airoso de su último desafío y acaba con los toros en Cataluña

Están en boca de todos. Para bien y para mal. En España y en el extranjero. En los últimos años, los nacionalistas catalanes se encuentran en el foco de

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El nacionalismo sale airoso de su último desafío y acaba con los toros en Cataluña

Están en boca de todos. Para bien y para mal. En España y en el extranjero. En los últimos años, los nacionalistas catalanes se encuentran en el foco de atención por los constantes pulsos que le echan tanto al Estado español, caso del Estatut, como a otros ámbitos de la sociedad que identifican con el centralismo de Madrid, véase los toros. Tanto en unos casos como en otros, los nacionalistas suelen ganar la partida.   

 

“En Canarias se han prohibido los toros hace veinte años y nadie ha dicho nada. Ahora, se aprueba esta ley en Cataluña y todos se echan encima. Sin embargo, lo único que ha hecho el Parlamento catalán es un ejercicio de autogobierno y de responsabilidad. La abolición de las corridas ha ganado con una mayoria consistente, una mayoría absoluta [la votación quedó en 68 votos a favor de la abolición frente a 55 en contra y 9 abstenciones]. Se ha realizado una acción de normalidad democrática”, dice a El Confidencial Josep Rull, el diputado de Convergència i Unió (CiU) sobre el que ha descansado la responsabilidad del debate en este proceso.

Pero de lo que no hay duda es de que la cámara catalana ha puesto el dedo en la llaga sobre la verdadera naturaleza de esta decisión. Desde algunos sectores, se acusa a los abolicionistas de seguir consignas indepententistas (es decir, el deseo de desmarcarse del símbolo del toro asimilado a España) y desde otras se niega este extremo. Argumentan unos que las corridas son un espectáculo cruel donde se hace sufrir a un ser vivo, lo que contraviene las leyes contra el maltrado animal. Y argumentan otros que la fiesta es una tradición centenaria y que el verdadero motivo de su abolición es que identifica a Cataluña con España. El diputado del PP Rafael Luna es tajante en este sentido: “Han ganado los nacionalistas, no los animalistas”, repite por enésima vez. Y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, también deja claro que no es un debate animalista, de protección animal, sino identitario, ya que los argumento de maltrato del animal se ven superados por el hecho de que alcaldes de los partidos que se han posicionado en contra de la fiesta dejan maltratar a animales en sus términos municipales.

Pero, ¿es verdad que algo se muere en el alma?. “La decisión tiene un trasfondo político -reconoce a El Confidencial Ignasi Llorente, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)-. Aún así, no hay que olvidar que las corridas de toros tienen partidarios en todos los partidos”. Otra cosa es la disciplina de voto merced a un mandato congresual de cada partido. ERC e ICV, por ejemplo, votaron en contra porque sus respectivos congresos ya se habían pronunciado en contra de este tema y, consecuencia lógica, aplicaron la disciplina de voto. CiU y PSC, por su parte, no habían tratado la cuestión en sus cumbres, por lo que dejaron libertad a sus diputados a la hora de votar. Por ello, tres representantes parlamentarios socialistas votaron a favor de la prohibición y siete de CiU votaron a favor de las corridas.

“Las corridas son una salvajada. No tenemos por qué prohibir algo que se va muriendo poco a poco”, dice a este diario un alto dirigente socialista. Y subraya que “los antitaurinos han sido muy cuidadosos de no introducir elementos políticos en el debate. Incluso Joan Puigcercós [presidente de ERC], en su análisis después de la votación parlamentaria, dejó claro que los toros son una tradición catalana pero que se han de acabar por lo que suponen de crueldad con un animal”. Lo dice un diputado que votó a favor de las corridas.

El ejemplo de los nacionalistas taurinos de Francia

Josep Rull especifica que la prohibición de las corridas en Cataluña “es un gesto, un elemento simbólico. Queremos construir un país con unos valores determinados y rechazamos la violencia gratuita”. El diputado convergente recuerda que Tossa de Mar fue el primer municipio español que se declaró antitaurino. “A partir de aquel momento, tuvo un incremento de turistas considerable. Por eso creemos que la declaración del Parlamento catalán será positiva. De hecho, las corridas de toros atraen muy pocos turistas”. Rull afirma que “a algunos les interesa la eterna confrontación entre lo que podría considerarse español y catalán, pero no es el caso. En Gran Bretaña ocurrió un debate similar cuando se planteó la prohibición de la caza del zorro, una tradición centenaria. Pero se prohibió y no pasó nada más. Las costumbres no son fósiles, sino que van modificándose a lo largo de la historia”.

A esta realidad se refiere también Ignasi Llorente, que afirma que en aquel país se reguló el cruento espectáculo de la caza del zorro sin que hubiese escándalo público. Además, subraya que los nacionalistas catalanes, precisamente, “se identifican con la tradición taurina en la zona de Perpignan, en el sur de Francia. Pero ERC, que tiene precisamente en ese segmento su banco de votos, siempre se ha mostrado en contra del padecimiento del animal. Tradicionalmente, nos hemos movido mucho más cómodamente con los animalistas”. Por ello, Llorente afirma que “la prohibición en Cataluña no necesariamente quiere decir que se prohiba en toda España, sino sólo en este territorio. Lo que ocurre es que los catalanes hemos de decidir estas cuestiones desde aquí”. Y, en este sentido, la cámara legislativa de Cataluña tiene, hoy por hoy, potestad para decidir si prohíbe o no las corridas.

Están en boca de todos. Para bien y para mal. En España y en el extranjero. En los últimos años, los nacionalistas catalanes se encuentran en el foco de atención por los constantes pulsos que le echan tanto al Estado español, caso del Estatut, como a otros ámbitos de la sociedad que identifican con el centralismo de Madrid, véase los toros. Tanto en unos casos como en otros, los nacionalistas suelen ganar la partida.   

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