Los vips catalanes atacan al Gobierno y su política impositiva delante del ministro Sebastián

Todo cargo de la Administración sabe que los ministros no son requeridos tanto por lo que saben como por lo que son. Hay una frase que lo resume bien: “Sólo quieren tocar ministro”. Y por eso, aun a sabiendas de que poca información adicional puede proporcionar, todos insisten en charlar con él. El titular de Industria, Miguel Sebastián, llegó ayer a Sitges para inaugurar la 26 Reunión del Círculo de Economía, el principal encuentro del mundo económico que se realiza cada año en España, bajo el síndrome de tocar ministro.

Contó con un auditorio de renombre. En primera fila, se encontraba el secretario general adjunto de Convergència, Felip Puig, cerca del coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro, de la ex ministra Anna Birulés, y de su ex compañero de partido, el ahora abogado Miquel Roca i Junyent. El diputado Josep Sánchez Llibre (que tocó ministro en el pasillo, a punto de retirarse Sebastián), rehuyó la primera fila y se ubicó entre la tropa. También se encontraba allí el ex presidente del Círculo y ex hombre fuerte del BBVA en Cataluña, Pedro Fontana, hoy dedicado a negocios privados. Un dato a tener en cuenta: Fontana fue quien acompañó discretamente al invitado después del discurso. Se fueron los dos charlando junto al actual presidente del Círculo, Salvador Alemany, el anfitrión.

Por allí tocaban ministro también otros pesos pesados de los negocios. Entre ellos, Miquel Valls (presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona), Artur Carulla, consejero delegado de Agrolimen), Quim Faura (Telefónica), Enric Crous (Damm), Carlos Tusquets (Fibanc), Sixte Cambra (Seeliger y Conde), o Josep Manuel Basáñez (ex consejero de Economía y de Colonial y Caprabo). Incluso el ex presidente de La Seda, Rafael Español, se dejó ver. Con la llegada del líder de CiU, Artur Mas, el foro adquirió un tinte más cuatribarrado: el portavoz de CiU en el Senado, Jordi Vilajoana, el líder convergente del ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, el portavoz parlamentario, Oriol Pujol, o el ex consejero, ex concejal y ex diputado Joaquim Molins.

Sebastián no dijo nada nuevo, pero desgranó un discurso duro y coherente. El presidente del Círculo, Salvador Alemany, le hizo de introductor. Le recordó los “rumores, preanuncios y mensajes contradictorios” del Gobierno, subrayándole especialmente “el mensaje ambiguo e inconcreto sobre la reforma del sistema impositivo”. Pidió al ministro “un guión claro y, si fuera posible, compartido, sobre el camino a seguir”. En otras palabras, le pidió “un relato realista y coherente, que la sociedad pueda entender, del que se derive un conjunto transparente de medidas equitativas y de inequívoco cumplimiento con una clara indicación sobre cuál es el proyecto de crecimiento para el futuro”.

Sebastián captó el mensaje y no decepcionó. Destacó como el principal eje prioritario la necesidad de “una ambiciosa reforma del mercado del trabajo”. Es decir, más movilidad, más formación, más flexibilidad... “Estoy convencido de que los agentes sociales estarán a la altura, como lo han estado en otras ocasiones. Si no, el Gobierno tiene la firme intención de tomar las medidas necesarias”, advirtió. En otras palabras, el gobierno tiene intención de negociar, pero impone las reglas de la negociación. Paralelamente, es necesaria la reforma del sistema financiero. “Necesitamos un sistema financiero ágil. No podemos retrasarnos más. Necesitamos entidades financieras fuertes y capitalizadas. No podemos permitirnos otro 2009”.

“Un discurso constructivo y realista”

El reforzamiento de la competitividad fue el segundo eje desarrollado por el ministro, a través de la reducción de los costes de producción (tanto laborales como energéticos), del aumento del tamaño empresarial y de la apuesta por un mayor peso de la industria en el PIB. Y el tercer eje, la imprescindible reducción de la dependencia energética, con la apuesta por las energías renovables a pesar de que su factura sea muy elevada todavía. Sebastián recordó también que durante muchos años “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y con desequilibrios estructurales. No debemos demorar los sacrificios que todos debemos asumir. Creo en la responsabilidad de las fuerzas políticas y sociales y en la capacidad de los españoles para aceptarlo”. En resumen, como apostilló Alemany, fue “un discurso constructivo, realista y de confianza. Es una hoja de ruta que desearíamos ver plasmada”. Una frase que resume la valoración generalizada de los empresarios presentes, con algunas excepciones, claro está.

Coincidió Sebastián con Cristóbal Montoro en el análisis de la naturaleza de la crisis. Pero Montoro llevó el agua a su molino: en dos años, la deuda pública ha subido en 320.000 millones de euros, se han destruido 2.300.000 puestos de trabajo y se han creado 200.000 funcionarios más. Y dio su principal receta: “Hay que prohibir el déficit público por ley, como yo lo hice cuando fui ministro de Hacienda, con la Ley de Estabilidad Presupuestaria”. Recordó que la balanza fiscal pasó de un superávit del 2% en el 2007 a un déficit del 10% en el 2009. “Y 2010 aún será deficitario. ¡Y aún le llaman impulso fiscal!”. Y la otra gran receta: “En una crisis como la nuestra, hay que bajar los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social, no subirlos”. Junto a él, el economista Edward Hugh expuso su receta: un gran pacto nacional para bajar los precios y los salarios un 20%. Montoro, a su vera, miraba hacia otro lado.

A continuación, Artur Mas desgranó las propuestas de su federación. Recordó primero que su grupo se había abstenido en la votación del congreso sobre los recortes del Gobierno porque “si esto no salía, en pocos días, España acababa intervenida como Grecia. Ésta es la valoración que hacemos”. Criticó luego el despilfarro y enumeró los dos ejes básicos para salir de la crisis: ahorro y austeridad (“es inconcebible que se congelen las pensiones y que haya ministerios sin competencias”) por una parte y reformas estructurales por otra: la laboral, la moderación fiscal, el crédito, la morosidad, la exportación y la concertación público-privada. Invitó a Rodríguez Zapatero a convocar elecciones porque el actual Gobierno “está amortizado”.

Las jornadas esperan hoy al presidente de la Generalitat, José Montilla, al ex ministro de Economía Miguel Boyer, al líder del PP, Mariano Rajoy, al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, al ex líder de CCOO, José María Fidalgo, al secretario general de la UGT, Cándido Méndez, al presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, y al director general de Agbar, Ángel Simón, entre otros. Y el sábado, hablarán el presidente del ICO, José María Ayala, el director general de La Caixa, Juan María Nin, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Simón Pedro Barceló, y el director general de Regulación del Banco de España, José María Roldán. También debatirán frente a frente el secretario general de CCOO de Cataluña, Joan Carles Gallego, y el presidente de la Comisión de Política Económica y Financiera de la CEOE, José Luis Feito, antes de que el vicepresidente y Comisario Europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, clausure las jornadas.