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Malestar en Caixa Tarragona tras ver reducido su peso en la gran fusión de cajas catalanas
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LA ENTIDAD ADMITE ROCES POR “POSTURAS PERSONALES”

Malestar en Caixa Tarragona tras ver reducido su peso en la gran fusión de cajas catalanas

“¿Y de lo mío qué hay?”. La pregunta es recurrente en cada gran operación. Y ahora vuelve a plantearse en la gran fusión de las cajas

Foto: Malestar en Caixa Tarragona tras ver reducido su peso en la gran fusión de cajas catalanas
Malestar en Caixa Tarragona tras ver reducido su peso en la gran fusión de cajas catalanas

“¿Y de lo mío qué hay?”. La pregunta es recurrente en cada gran operación. Y ahora vuelve a plantearse en la gran fusión de las cajas catalanas, la que integrará en una misma entidad a Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Son más de 81.000 millones de activos que han de encontrar acomodo en una estructura nueva y que no contentan a todos los socios que participan en el proyecto.

Lo cierto es que Adolf Todó, máximo ejecutivo de Caixa Catalunya será el piloto de la institución resultante. Así lo especifican los acuerdos a los que han llegado las tres cajas. Pero el problema está en el organigrama que ha de confeccionar el propio Todó. De momento, ya ha dejado constancia de que sus hombres de confianza serán Jaume Masana, actual director adjunto de Catalunya, y Feliu Formosa, director general de Manresa, un hombre al que él forjó y aupó cuando estaba en aquella entidad. En este contexto, Tarragona queda un poco desplazada y eso ha hecho surgir roces y dudas sobre su peso específico en la nueva caja, que será la cuarta de toda España por volumen.

El director general de Caixa Tarragona, Rafael Jené, cumple próximamente 65 años. Los estatutos de la entidad especifican que el director general debe jubilarse no más allá de los 67 años. Pero todavía faltan por redactar los estatutos de la nueva entidad resultante, por lo que, es posible que Jené puede continuar en la estructura unos años más, lo que obliga a buscarle acomodo.

Fuentes cercanas a la operación apuntan a que el malestar de Caixa Tarragona ha ido creciendo las últimas semanas al ver que su peso específico (tiene más de 11.000 millones de activos frente a los 6.600 millones de Manresa) no es el esperado y que la entidad más pequeña “mandará más”. Y todo ello, sin perder de vista que la institución de menor tamaño es la que presenta unos balances más saneados y mejores ratios. Ello no es óbice para que las críticas lluevan sobre el piloto de la operación: “Todó se ha precipitado al airear que Masana y Formosa serán sus hombres de confianza. Además, el propio Formosa va sacando pecho en todos los foros como uno de los nuevos hombres fuertes, cuando no hemos negociado todavía nada en este sentido”, señala a El Confidencial una de las fuentes mencionadas.

Un portavoz de Caixa Tarragona quita hierro a la cuestión: “Se planteó que Todó eligiera al mejor candidato para cada cargo de la cúpula y, como ya llevamos varios meses con equipos trabajando conjuntamente, tenemos el suficiente conocimiento mutuo para saber la capacidad de cada cual. Preferimos esperar a ver qué organigrama presenta”. Esperan que la auditoría de Seeliger y Conde sobre las aptitudes de todos los directivos arroje luz sobre el asunto.

Desde Caixa Catalunya se especifica que la intención del nuevo organigrama es “repartir cuotas de profesionalidad, no cuotas de poder”. Y, además, matizan que “se ha de tener en cuenta que el proyecto de fusión no es una federación de cajas, sino un nuevo proyecto que pretende ser muy competitivo”.

Preocupación en la Administración

Desde la Administración, el tema se ve con una cierta preocupación. “El proyecto de integración está en el Banco de España y a la espera de ver qué dice Bruselas sobre el mismo. Hemos detectado el malestar existente, pero esperamos que, a estas alturas y con todos los documentos presentados, los problemas acaben solucionándose”, afirma una fuente de Economía a El Confidencial.

En algunos círculos empresariales tarraconenses se alude también a la “pérdida de identidad” de la institución de esta provincia como otro de los motivos de malestar. Algunos importantes empresarios de la zona evitan criticar en público la estrategia que se está siguiendo en el proceso de integración, aunque sus detractores ven intereses políticos también en esta actitud.

Todas las fuentes consultadas por este diario, no obstante, prefieren obviar intereses que no sean puramente financieros o empresariales. “Los tres perdemos identidad -afirma a este diario una fuente de Caixa Catalunya-, pero en la estrategia diseñada se apuesta por la territorialidad. Buscaremos la cercanía del cliente, que la nueva entidad se implique en las redes sociales de barrio, con las familias y las pymes. Queremos retomar los hábitos y que los empleados dejen de estar frente al ordenador y salgan a la calle a hablar con los clientes. Además, no será una caja centralista, sino que tendrá como punto de partida un negocio basado en la descentralización. Prueba de ello es la partida que se destina a la obra social: el 15% será gestionado directamente por una fundación de Caixa Tarragona, otro 15%, por una fundación de Caixa Manresa y el 70% restante, gestionará proyectos comunes que tendrán muy en cuenta el territorio, por lo que también tendrán una porción de este paquete”.

En Caixa Tarragona se espera que todo sea una tormenta en un vaso de agua. “Creemos que la apuesta que hemos hecho es válida. Hemos escogido el mejor proyecto que podíamos. Pero lo importante es que tenemos voluntad de llegar a buen puerto, al margen de que alguna postura personal haya podido molestar en un momento determinado. Los problemas que hay ya se solucionarán”, zanja esta fuente.

“¿Y de lo mío qué hay?”. La pregunta es recurrente en cada gran operación. Y ahora vuelve a plantearse en la gran fusión de las cajas catalanas, la que integrará en una misma entidad a Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Son más de 81.000 millones de activos que han de encontrar acomodo en una estructura nueva y que no contentan a todos los socios que participan en el proyecto.