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Vecinos contra campanas: la pugna entre el ruido y la tradición sacude Castilla y León
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ENTRE EL RUIDO Y EL PATRIMONIO

Vecinos contra campanas: la pugna entre el ruido y la tradición sacude Castilla y León

Varias denuncias contra iglesias por el ruido de sus tañidos y una propuesta parlamentaria del grupo Vox reabren el debate sobre la tradición y sus límites en Castilla y León

Foto: Campanas de la catedral de El Burgo de Osma, en Soria. (EFE/Wilfredo García)
Campanas de la catedral de El Burgo de Osma, en Soria. (EFE/Wilfredo García)

El sonido de las campanas de las iglesias, ¿Es ruido o tradición? ¿Hay que protegerlas o debemos proteger al vecindario de ellas? Lo cierto es que el conflicto acompaña la convivencia entre campanas y hombres desde hace décadas y no siempre es fácil encontrar una buena solución.

Dos recientes denuncias, una en Ponferrada (León) y otra en Navas de Oro (Segovia) han coincidido en el tiempo con una iniciativa parlamentaria del grupo regional de Vox, que aboga por proteger el toque de campana en Castilla y León por una doble vía: la reforma de la legislación sobre ruido, que debería dejar al margen de sus límites acústicos esta tradición, y su reconocimiento como patrimonio cultural inmaterial para garantizar su protección frente a denuncias.

"Se trata de proteger algo que forma parte del inconsciente colectivo de todos", asegura Miguel Suárez Arca. En la iniciativa que pide eximir a las campanas del cumplimiento de los límites establecidos para medir la contaminación acústica, el procurador de Vox asegura que su grupo ha tomado literalmente la redacción de un reglamento del año 2010 en Cataluña, elaborado por el PSC de Montilla. "Es una redacción muy pulcra que es la que nosotros planteamos aquí y que entendemos que no debería suscitar oposición".

El conflicto por el sonido de las campanas tiene mucha historia y muchas variedades. Una sentencia del año 2017 condenó a la parroquia de Hinojosa del Campo, en Soria, a pagar 2.000 euros a un vecino por los "daños morales" ocasionados por el ruido. Pero hay que tener en cuenta que en este caso el reloj daba las horas en horario nocturno.

Foto: Delibes en el rodaje de El Camino (Cedida)

Distinta es la situación de la parroquia de San Ignacio, de Ponferrada, que suspende los tañidos a partir de las diez de la noche, con la única excepción de dos días al año: en Nochebuena, con motivo de la Misa del Gallo, y en la madrugada del Domingo de Resurrección por la Vigila Pascual. Aun así, ese cuidado no ha evitado una denuncia que fue vista en el juzgado de Astorga el martes pasado.

"El denunciante es el único que se queja. El resto de los vecinos no tienen ningún problema", asegura el párroco José Antonio Prieto, quien reprocha además que no se denuncie también al reloj de la Plaza del Ayuntamiento "que no se calla durante la noche". En su caso, toca para llamar a misa, realiza las preceptivas llamadas del Ángelus y luego da las horas, los medios y los cuartos, aunque las campanadas no suenan todas ellas con igual intensidad. "Yo vivo de decir misa y de mi dedicación al culto divino y hay que entender que este es mi modo de dar a conocer mi trabajo", bromea.

placeholder Museo de Campanas de Urueña. (Cedida)
Museo de Campanas de Urueña. (Cedida)

Algunos vecinos de la localidad sospechan que en este caso puede estar detrás una asociación laicista. El procurador Miguel Suárez Arca es también de esta opinión. "Cuando la queja la presenta un vecino que vive junto al campanario, cualquiera lo entiende, pero en otras ocasiones la presentan representantes de asociaciones de dudosa legitimidad".

Otra iglesia de Ponferrada, la de San Pedro Apóstol, fue denunciada también por su toque de campanas el año pasado. En este caso, el párroco Javier Redondo optó por una vía conciliadora para resolver el problema. "Me animaron a recurrir la denuncia, pero yo preferí introducir algunos cambios", explica. En concreto, suprimió los toques de cuartos y limitó los de horas a una única campanada cada vez (lo habitual es que el número de toques coincida con la hora que se anuncia: seis toques para las seis, nueve para las nueve…). Con esto ha evitado una posible sanción sin que, a su juicio, la actividad de las campanas de su iglesia haya sido afectada de forma importante.

Una tercera parroquia de la localidad leonesa, la Basílica de Nuestra Señora de la Encina, se ha librado hasta ahora de denuncias, pese a que cuenta con un llamativo carrillón que interpreta una melodía muy popular en la zona. Su párroco, Antolín de Cela, es partidario de ser "sensibles" a los vecinos para evitar problemas de convivencia. En su caso, los toques de campana se limitan a los llamamientos al culto y al rezo del Ángelus, pero no dan las horas. "Es verdad que a veces se opta por la electrificación para dar las campanadas horarias y eso resulta más problemático. Cuando es un campanero el que se ocupa, lo hace con más cuidado", asegura el párroco.

Foto: Restos de una iglesia en la Raya Leonesa. (Cedida)

La basílica es una firme defensora del valor cultural del toque de campanas -que ha sido reconocido como patrimonio inmaterial por la Unesco- y el año pasado, durante las fiestas de Ponferrada, que se celebran en honor a la Virgen de la Encina, organizó un concurso de campanas al que asistieron expertos de diferentes procedencias. Allí pudieron oírse variantes hoy en desuso, como el toque a fuego, o el toque a tormenta, que servían para avisar de estas catástrofes naturales a los vecinos; pero también el toque a muerto, que advertía de fallecimientos. Fue incluso posible escuchar las variaciones de cada uno de ellos en distintas zonas. "Fue un gran éxito y a los vecinos les gustó mucho", afirma Cela.

El problema de la ‘electrificación’, que apuntaba el párroco leonés, puede estar en el origen del conflicto surgido en el municipio segoviano de Navas de Oro, que ha llegado incluso hasta el Procurador del Común. En este caso se trata de las campanas de un reloj instalado en la torre del Reloj, que es el único vestigio que queda de la antigua iglesia de Santa María. El reloj es de titularidad municipal.

Foto: Exposición del Tratado de Tordesillas en el Archivo General de Indias de Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)

El tañido de las horas es el más problemático porque es el que tiene una presencia más constante. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, no se trata de algo asentado claramente en la tradición. El etnógrafo y folclorista Joaquín Díaz, titular de un Museo de Campanas en Urueña, explica que los toques tradicionales que se daban en ciertas horas "tenían que ver con la liturgia, no con el reloj". Es en el siglo XIX cuando los ayuntamientos instalan campanas pequeñas en las plazas para marcar el paso del tiempo, "pero ahora no existe una necesidad real de que las campanas realicen esa función".

"Soy un gran defensor de las campanas, pero, al cabo del año, escucho alrededor de 20.000 toques, porque vivo cerca del campanario", explica Díaz, quien admite que quizás sea demasiado. "Soy partidario de que los toques tradicionales que llaman al culto, a los rezos y a acontecimientos especiales se conserven, por supuesto, pero los de horas, cuartos y medias no son realmente tradicionales", explica el etnógrafo. De todas formas, subraya que hay muchas soluciones "si se aplican buena voluntad y sentido común".

El sonido de las campanas de las iglesias, ¿Es ruido o tradición? ¿Hay que protegerlas o debemos proteger al vecindario de ellas? Lo cierto es que el conflicto acompaña la convivencia entre campanas y hombres desde hace décadas y no siempre es fácil encontrar una buena solución.

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