Fue la primera catedral española declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y este año ha celebrado su 40 aniversario

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La catedral de Burgos, una de las obras maestras del gótico español, celebra este año un hito especial: su cuadragésimo aniversario como Patrimonio de la Humanidad. Fue el 31 de octubre de 1984 cuando la UNESCO reconoció su valor universal, convirtiéndola en la primera catedral española en recibir tal distinción, junto a otros grandes monumentos como la Alhambra de Granada y El Escorial de Madrid.

El inicio de la construcción de esta majestuosa catedral se remonta al año 1221, impulsada por el obispo burgalés Don Mauricio, cuya visión del estilo gótico, influenciada por su formación en París, dio origen a un edificio que sigue asombrando siglos después. Gracias al apoyo del rey Fernando III, el templo fue erigido rápidamente, alcanzando gran parte de su estructura básica en tan solo cuatro décadas.

A lo largo de los siglos, la catedral se ha enriquecido con añadidos icónicos, como las agujas caladas que coronan sus torres y el primer cimborrio en el crucero, ambos obra de Juan de Colonia. Estos elementos, que aportan verticalidad y distinción, son solo una muestra de cómo el estilo gótico evolucionó en España bajo influencias extranjeras y la pericia de sus maestros.

El esplendor de sus elementos decorativos

Entre los detalles que capturan la atención se encuentra la Portada del Sarmental, una obra escultórica rica en simbolismo religioso. En ella, destacan las figuras de los apóstoles y la representación de Cristo en Majestad, rodeado de los animales emblemáticos de los evangelistas. Esta portada no solo es una entrada, sino un verdadero relato en piedra del mensaje cristiano.

Dentro, las capillas y espacios como la Capilla de los Condestables revelan el esplendor renacentista, con una mezcla de obras pictóricas y escultóricas. La bóveda estrellada de esta capilla, una joya del gótico tardío, y el cuadro de María Magdalena, atribuido a discípulos de Leonardo da Vinci, son algunos de los tesoros artísticos que aquí se albergan.

La catedral de Burgos no solo es un monumento histórico, sino también un referente para los peregrinos del Camino de Santiago. La estatua del Peregrino en la plaza Rey San Fernando simboliza este legado, recordando que desde el siglo XIII, los viajeros han encontrado en esta ciudad una parada fundamental en su ruta hacia Santiago de Compostela.

Innovaciones y restauraciones para el futuro

Como parte de su evolución continua, la catedral se prepara para incorporar nuevas puertas de bronce diseñadas por el artista Antonio López, que sustituirán a las actuales de madera. Estas puertas incluirán representaciones de Dios Padre, la Virgen y el Niño, además de un friso con el skyline de Burgos, integrando modernidad sin perder su esencia histórica.

Con cada aniversario, la catedral de Burgos reafirma su papel como joya arquitectónica y espiritual de España, atrayendo a visitantes de todo el mundo que desean descubrir sus secretos y maravillas. Este año, al cumplirse cuatro décadas de su reconocimiento por la UNESCO, se celebra un legado que sigue vivo y proyectándose hacia el futuro.