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Un tesoro oculto en El Bierzo: el pueblo de León con un puente romano y una playa fluvial donde hace siglos durmió doña Urraca
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PARADA CLAVE DEL CAMINO DE SANTIAGO

Un tesoro oculto en El Bierzo: el pueblo de León con un puente romano y una playa fluvial donde hace siglos durmió doña Urraca

Las galerías de madera de castaño, los tejados de pizarra y los escudos nobiliarios en sus fachadas son el marco perfecto para un paseo que, ya sea como peregrino o visitante, no deja indiferente

Foto: Imagen del puente romano de Molinaseca, en León. (Turismo de Castilla y León)
Imagen del puente romano de Molinaseca, en León. (Turismo de Castilla y León)

A tan solo unos kilómetros de Ponferrada se encuentra Molinaseca, una joya berciana que ha sabido mantener intactos su legado medieval y su lengua leonesa. Con su icónico puente romano y su pintoresca playa fluvial, este pueblo leonés se ha convertido en una parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago y para quienes buscan un paraje histórico lleno de encanto. Pero, Molinaseca guarda más que solo belleza natural y arquitectura medieval, también una historia ligada a la mismísima doña Urraca, reina de León, quien escogía este refugio para pasar las noches durante sus viajes.

Sus calles adoquinadas y sus edificaciones históricas invitan a sumergirse en una época de señores y vasallos, donde cada rincón cuenta una historia. Situado a los pies de la sierra de los Ancares y atravesado por el río Meruelo, Molinaseca ofrece a sus visitantes un rincón fresco y acogedor, especialmente en los meses de verano, cuando su playa fluvial se convierte en un pequeño paraíso para quienes buscan escapar del calor.

Foto: Catedral de León. (Shutterstock)
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Ezequiel Jimeno - Asesor experto en PANGEA Aurora Vasco Campos

El río, con sus aguas frías y cristalinas, permite a locales y turistas disfrutar de un baño refrescante mientras contemplan el icónico puente de piedra que ha sido testigo del paso de los siglos. El Puente Romano, también conocido como Puente de los Peregrinos, es una joya arquitectónica que conecta el pasado con el presente. Aunque sus orígenes se remontan a la época romana, fue clave en la Edad Media, facilitando el tránsito de los peregrinos hacia Compostela.

Un coqueto pueblo para perderse

Su estructura de piedra, con siete arcos visibles, sigue siendo un punto de entrada para los caminantes que recorren la Ruta Jacobea. De hecho, la Calle Real, que atraviesa Molinaseca, sigue siendo parte de este histórico camino, custodiada por casas señoriales que narran las historias de tiempos pasados.

Además, desde lo alto de una loma, la imponente Iglesia de San Nicolás de Bari observa al pueblo, destacándose por su altura y presencia. Esta iglesia, con su arquitectura barroca, es uno de los puntos más visibles del paisaje de la localidad y ofrece una vista impresionante de los alrededores.

Otro de los tesoros de esta localidad es el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, un lugar de culto tan bello por dentro como por fuera. Esta edificación no solo atrae a los fieles, sino que también impresiona a los visitantes por su diseño y por la serenidad que emana.

Doña Urraca, reina de León y figura relevante de la historia medieval, también dejó su huella en Molinaseca. Se dice que durante sus viajes hacia Galicia, elegía este pueblo como lugar de descanso. La Casona de Don Pelegrín, hoy un hostal, fue uno de los sitios donde doña Urraca pasaba la noche. Este edificio, junto al Puente Romano, es una parada obligatoria para quienes quieran conectarse con su historia.

La villa, declarada Conjunto Histórico Artístico, sigue preservando su esencia medieval. En agosto, la famosa Fiesta del Agua transforma el pueblo cuando el río Meruelo inunda sus calles principales, y locales y visitantes participan en una divertida tradición donde nadie queda seco. Este evento es solo una de las muchas razones por las que cada vez más personas eligen Molinaseca como su destino de vacaciones.

Foto: Litografía de doña Urraca I de León.

Además, su entorno natural es perfecto para los amantes del senderismo. Las rutas que rodean Molinaseca, como la de los Puentes de Malpaso, ofrecen paisajes impresionantes y la oportunidad de descubrir la riqueza histórica de la zona, con conexiones directas a las antiguas infraestructuras romanas.

Molinaseca es, sin duda, un tesoro oculto en El Bierzo que combina naturaleza, historia y tradición. Una joya en el camino que merece ser descubierto por quienes buscan algo más que un simple destino turístico.

A tan solo unos kilómetros de Ponferrada se encuentra Molinaseca, una joya berciana que ha sabido mantener intactos su legado medieval y su lengua leonesa. Con su icónico puente romano y su pintoresca playa fluvial, este pueblo leonés se ha convertido en una parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago y para quienes buscan un paraje histórico lleno de encanto. Pero, Molinaseca guarda más que solo belleza natural y arquitectura medieval, también una historia ligada a la mismísima doña Urraca, reina de León, quien escogía este refugio para pasar las noches durante sus viajes.

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