De estar en riesgo de desaparición a formar un rebaño: el pastor detrás de la cabra guisandesa de Ávila
La falta de población en el medio rural y de relevo generacional provocó la casi extinción de la raza. Ahora, una iniciativa impulsada por Acapri y la Diputación lucha por su supervivencia
La falta de población en el medio rural y de relevo generacional en un oficio tan sacrificado como es el de pastor fueron dos de las causas que provocaron la práctica extinción de la cabra guisandesa, raza autóctona de la provincia de Ávila. Ahora, sin embargo, diferentes programas de conservación luchan por incrementar el número de ejemplares. Uno de ellos es el rebaño que han creado la Diputación y Acapri para asegurar una población mínima de esta raza.
José Ignacio Romero es el presidente de Acapri y el pastor a cargo del rebaño. Es el tercero que se ha puesto en marcha en la provincia y si comenzó con cinco cabras, ahora son 24. El objetivo es conseguir una producción estable de 80 animales en tres años. Su función principal es recuperar la raza, por lo que, de momento, no van a ser destinadas ni a la producción de leche ni de carne. “Para nosotros es algo fundamental e importante para que la gente descubra a través del pastoreo la importancia del medio ambiente”, explica.
La extinción de la cabra guisandesa está estrechamente ligada, explica el pastor, al fenómeno de la despoblación, a la realidad de aquellos pueblos en los que ha desaparecido la figura del pastor, un oficio que conlleva un trabajo de 24 horas al día durante los 7 días a la semana. “De una ganadería en extensivo y, en concreto, del caprino, hay que estar permanentemente al cuidado”, sostiene Romero.
La tradición es lo único que había logrado preservar en la provincia los dos rebaños que se conservaban y que se espera que pueda aumentarse una vez que se estabilice este tercero. “En Acapri lo que hacemos es promover que la gente se forme, que la gente pueda tener en este un medio de vida”, sostiene.
Tres años de convenio
El convenio entre la Diputación y Acapri para la recuperación de la raza tiene una duración inicial de tres años, con posibilidad de renovación anual, lo que “pone de manifiesto ese compromiso a medio y largo plazo de todas las partes involucradas en este loable esfuerzo por preservar el patrimonio natural, socioeconómico y cultural de la provincia de Ávila”, indica la Diputación.
Este proyecto de recuperación de la cabra guisandesa comenzó en mayo de 2023 gracias al impulso del Área de Desarrollo Rural de la Diputación. El objetivo es garantizar la pureza genética de la raza mediante un exhaustivo estudio y la reproducción de todas las hembras del rebaño que asegure la calidad de los nuevos ejemplares.
La cabra guisandesa es una raza de aptitud mixta. Se destina a la producción de carne y leche y se trata de una raza rústica que se adapta a las condiciones climáticas de la zona, con una producción de 200 litros de leche, alcanzando los 250 en lactaciones de 150 días. Los cabritos lechales pueden alcanzar un peso de entre 11 y 14 kilos en un período de 28-30 días.
Difusión y concienciación
La Fundación Ávila se encuentra inmersa en difundir y concienciar sobre la importancia medioambiental que tiene la recuperación de esta raza avileña. “Lo primero era asentar el rebaño en el entorno, después, buscar proyectos innovadores de sensibilización y formación y, por último, darle visibilidad”, sostiene Carlos Carrera, director de Fundación Ávila.
También está trabajando de forma muy activa con otros proyectos como es el de protección de las casi 5.700 hectáreas de bosque y pastos comunales de Brañosera. De esta manera, la entidad abulense liderará experiencias de pastoreo extensivo en la Finca Bascarrabal de Ávila y en los pastos y bosques de Brañosera.
La Fundación Ávila contribuirá además al establecimiento de una Escuela de Pastores, ofreciendo formación dirigida a colectivos vulnerables para fomentar nuevos emprendimientos y oportunidades profesionales. En esta línea, organizará tres experiencias formativas teórico-prácticas, dos en Ávila y una en Brañosera, para capacitar a individuos interesados en el pastoreo y la gestión sostenible.
La falta de población en el medio rural y de relevo generacional en un oficio tan sacrificado como es el de pastor fueron dos de las causas que provocaron la práctica extinción de la cabra guisandesa, raza autóctona de la provincia de Ávila. Ahora, sin embargo, diferentes programas de conservación luchan por incrementar el número de ejemplares. Uno de ellos es el rebaño que han creado la Diputación y Acapri para asegurar una población mínima de esta raza.
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