La 'epidemia' de piscinas de pueblo cerradas en Castilla y León por un escatológico motivo
La presencia de heces en el agua ha obligado a clausurar a lo largo de las últimas semanas las piscinas de localidades como Laguna de Duero, Villabáñez o Serrada. "Creemos que se trató de algún niño", dice uno de los alcaldes
En verano, las piscinas de los municipios de Castilla y León se convierten en los verdaderos centros neurálgicos de estas localidades. No solo son el mejor lugar al que acudir a refrescarse huyendo de las altas temperaturas, también son un centro de reunión con el resto de los vecinos. Los más pequeños se inician en la natación y es donde, muchas veces, aprenden a nadar. Para los más jóvenes se convierte en un lugar de convivencia con el resto de las veraneantes de su edad, que durante julio y agosto duplican la población de estos municipios. Sean grandes o pequeños, todos notan el incremento. Pero este verano ha ocurrido algo inesperado.
Algunas de estas localidades han tenido clausurar momentáneamente sus piscinas por un sorprendente motivo: la presencia de heces en el agua. Esta desagradable sorpresa ha sido la culpable de que diferentes pueblos de Castilla y León se hayan quedado durante unos días sin estas instalaciones fundamentales en verano. Ya ha ocurrido en municipios vallisoletanos como Laguna de Duero, Villabáñez, Villanubla, Tordesillas o Serrada. El último afectado, Quintanilla de Onésimo.
Pero no son los únicos. Cuéllar, en Segovia, también ha vivido unos hechos parecidos. Pero es Villanubla la localidad que más veces ha tenido que dejar sin piscina a sus vecinos por este motivo, siete en lo que llevamos de verano. Los vecinos no dan crédito a lo que está sucediendo y los alcaldes y responsables de estas instalaciones municipales tampoco entienden la razón de algo que consideran un verdadero sinsentido. "Yo quiero creer que, al menos en nuestro caso, fue algo accidental y que se trató de un niño que no pudo controlar sus necesidades", explica César López, alcalde de Serrada, en Valladolid.
López recuerda que el aviso de lo sucedido vino por parte de uno de los usuarios que detectó la presencia de heces flotando en el agua y fue quien dio la voz de alarma al socorrista que en seguida se puso en contacto con el Ayuntamiento de Serrada, desde donde se decidió desalojar la piscina e inmediatamente proceder a su clausura.
Una vez hecho esto, al tratarse de heces que no estaban en estado de descomposición, se pudieron retirar sin mayor dificultad para después dar paso a un vaciado parcial del vaso del agua y una posterior desinfección a base de productos con los que poder volver a equilibrar los valores normales de la piscina.
López asegura que, si se hubiese tratado de una descomposición, la piscina se hubiese tenido que vaciar por completo, ya que el riesgo de infección sería mucho más superior a lo ocurrido. "Afortunadamente no fue así. Nosotros creemos que se trató de algún niño porque ese día hubo varios cursos de natación", sostiene el regidor.
Una situación insólita
Esta es la primera situación de este tipo que vive Serrada y espera que sea la última, pues hay muchos más pueblos de la provincia de Valladolid afectados. "Sabemos que hay un reto viral circulando, no se sabe si puede ser eso porque hay muchos pueblos afectados, pero no solo aquí, en toda España, me han pasado vídeos hasta de Valencia", agrega López.
Los hechos que están afectando a Villanubla, que la pasada semana tuvo que volver a cerrar ante esta aparición, ya están en manos de la Guardia Civil, desde donde se están investigando para dar cuando antes con el motivo y los causantes de uno de los grandes quebraderos de cabeza para el consistorio durante este verano.
Mientras tanto, en el resto de pueblos afectados, y en los de los alrededores, cruzan los dedos para que no se repitan hechos similares que les obliguen clausurar la piscina cuando más aprieta el calor.
En verano, las piscinas de los municipios de Castilla y León se convierten en los verdaderos centros neurálgicos de estas localidades. No solo son el mejor lugar al que acudir a refrescarse huyendo de las altas temperaturas, también son un centro de reunión con el resto de los vecinos. Los más pequeños se inician en la natación y es donde, muchas veces, aprenden a nadar. Para los más jóvenes se convierte en un lugar de convivencia con el resto de las veraneantes de su edad, que durante julio y agosto duplican la población de estos municipios. Sean grandes o pequeños, todos notan el incremento. Pero este verano ha ocurrido algo inesperado.